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El sencillo truco de las abuelas valencianas para saber si una mandarina está rica o no antes de comprarla

Mandarinas, trucos
Mandarinas. Imagen: Ilustración propia.
  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

La mandarina es una de las frutas más versátiles y deliciosas que existen. Su sabor dulce y refrescante la convierte en una opción ideal para cualquier momento del día: es fácil de pelar, práctica para llevar en el bolso y está cargada de vitamina C.

Sin embargo, no todas las mandarinas son iguales. Algunas son demasiado ácidas, otras resultan aguadas o secas, y hay casos en los que la cáscara se desprende con demasiada facilidad, dejando una textura poco agradable.

La clave está en saber elegir las mejores, aquellas que sean dulces, jugosas y de la textura perfecta. Y para ello, nada mejor que recurrir a la sabiduría de las abuelas valencianas, quienes tienen un truco infalible para identificar la mandarina perfecta antes de comprarla.

El sencillo truco de las abuelas para escoger una mandarina

Las abuelas valencianas llevan años seleccionando las mejores mandarinas con una técnica que puede parecer simple, pero que funciona a la perfección. Sólo hay que prestar atención a ciertos detalles al momento de escogerlas en el mercado:

  • El peso importa: Una mandarina de calidad debe sentirse pesada al sostenerla en la mano. Esto indica que tiene una gran cantidad de jugo en su interior y que será más dulce y refrescante. Si es demasiado ligera, es probable que esté seca o pasada.
  • La piel debe ser firme, pero no dura: Al presionarla suavemente, la mandarina debe ceder un poco. Si está demasiado dura, significa que aún no ha madurado del todo, y si está muy blanda, probablemente ya esté pasada.
  • El color es clave: Las mejores mandarinas tienen un tono naranja intenso y uniforme. Si presentan zonas verdes, significa que no han madurado completamente, y si están demasiado apagadas, pueden estar en mal estado.
  • Las hojas: Si la mandarina todavía tiene hojas unidas al tallo, fíjate en su color. Cuanto más verde e intenso sea, más fresca será la fruta. En cambio, si las hojas se ven marchitas o de un tono grisáceo, significa que la mandarina ha estado almacenada por demasiado tiempo.
  • El aroma: Una buena mandarina debe desprender un olor fresco e intenso a cítrico. Si apenas huele o tiene un aroma demasiado débil, es probable que no tenga mucho sabor.
  • Evitar imperfecciones en la piel: La cáscara debe estar lisa, sin manchas, cortes o agujeros. Si presenta señales de deterioro, es posible que la fruta esté dañada o haya sido mal manipulada durante el transporte.

Este truco de las abuelas permite asegurarse de que las mandarinas que llevamos a casa sean las más dulces y jugosas. Además, es importante recordar que esta fruta no madura una vez cosechada, por lo que elegir bien en el momento de la compra es fundamental.

Los beneficios de las mandarinas

Una vez que escojas la mejor mandarina, sólo queda disfrutarla. Y si no es tu fruta favorita, quizás sus beneficios te hagan cambiar de opinión.

  • Refuerza el sistema inmunológico.
  • Mejora la circulación y reduce el colesterol.
  • Favorece la digestión y ayuda a controlar el peso por su aporte de fibra.
  • Equilibra los niveles de azúcar en la sangre.
  • Elimina toxinas y mantiene la piel luminosa.
  • Regula la producción de grasa en el cuero cabelludo.
  • Aporta potasio y favorece un mejor flujo sanguíneo.
  • Contiene ácido fólico.

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