El secreto jamás desvelado sale a la luz. Por qué el desierto del Sáhara se transforma en un vergel cada 21.000 años
El Sáhara es el desierto cálido más grande del mundo. Con más de 9,4 millones de kilómetros cuadrados de superficie, abarca la mayor parte de África del Norte, desde el mar Rojo hasta el océano Atlántico. Sin embargo, no siempre ha sido un desierto.
Un equipo de científicos ha demostrado que a lo largo de la historia esta región se ha transformado en un vergel en tres ocasiones. Y lo más curioso de todo es que lo ha hecho exactamente cada 21.000 años. Por lo tanto, el Sáhara ha sido bosque, sabana y desierto de manera cíclica.
El Sáhara se transforma en un vergel
La investigación, publicada en ‘Nature Communications’, demuestra que las fases húmedas y verdes que se han producido en el Sahara periódicamente fueron impulsadas por cambios en la órbita terrestre.
Esta es la primera vez en la que los científicos del clima han conseguido simular los intervalos de «reverdecimiento» del Sáhara a lo largo del tiempo. Gracias a un profundo análisis, han obtenido pruebas de cómo los efectos de los periodos de hielo en el Hemisferio norte afectaron a la intensidad y la duración de estos eventos húmedos.
Edward Armstrong, científico climático de la Universidad de Helsinki y la Universidad de Bristol y autor principal del estudio, afirma lo siguiente: «La transformación cíclica del desierto del Sahara en ecosistemas de sabana y bosque es uno de los cambios ambientales más notables del planeta».
Y añade: «Nuestro estudio es uno de los primeros estudios de modelado climático que simula los períodos húmedos africanos con una magnitud comparable a lo que indican las observaciones paleoclimáticas, revelando por qué y cuándo ocurrieron estos eventos», según recoge ‘Sport’.
Gracias a un modelo climático, el equipo de investigadores ha demostrado que en el pasado el Sáhara estuvo cubierto de vegetación cada cierto tiempo, con la proliferación de especies animales propias de este regiones, como hipopótamos. Todo apunta a que los bautizados como «reverdicimientos» estuvieron impulsados por los cambios en la precesión orbital de la Tierra.
La precesión es un movimiento por el cual la Tierra oscila sobre su eje, lo que influye en las estaciones durante un ciclo de 21.000 años. Esto provocó que en el Hemisferio Norte los veranos fuera más cálidos, al tiempo que aumentó las precipitaciones en el Sáhara.
Estos períodos húmedos del norte de África pudieron ser cruciales para proporcionar corredores con vegetación hacia otros continentes, permitiendo la dispersión de algunas especies, incluidos los primeros humanos, por todo el mundo.