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La ruta que te trasladará a Finlandia sin salir de Madrid: perfecta para hacer en familia

La ruta que te trasladará a Finlandia sin salir de Madrid: perfecta para hacer en familia
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Hacer una escapada en familia siempre es un acierto para disfrutar de tiempo de calidad juntos, relajarse y desconectar. Pues bien, justo al lado de Madrid hay una ruta que es ideal para hacer durante los meses de invierno, en la que te sentirás como si hubieras viajado a Finlandia.

Se encuentra en la Sierra de Guadarrama, a unos 1.100 metros de altitud, en el asombroso Valle de Lozoya. Se trata de uno de los grandes tesoros naturales de la Comunidad de Madrid, y una ruta 100% recomendada para mayores y pequeños.

La ruta más bonita para hacer en invierno de la Comunidad de Madrid

Enclavado en la belleza natural de Rascafría, el Monasterio de Santa María del Paular destaca como un tesoro histórico y arquitectónico. Su construcción, iniciada a finales del siglo XIV y continuada por Juan Guas, arquitecto de los Reyes Católicos, revela una obra maestra del gótico flamígero, visible en la exquisita portada de la iglesia y el gótico mudéjar del claustro.

Desde el Puente del Perdón, cercano y pintoresco, hay unas vistas impresionantes del monasterio. El Antiguo Molino de papel de los Batanes, donde se produjo el papel para la primera edición de Don Quijote de La Mancha, es una visita obligada.

A pocos kilómetros, el núcleo de Rascafría despliega su encanto con la plaza de los Trastámaras, recordando la dinastía de los Reyes Católicos. El ayuntamiento, de estilo neomudéjar, y la Parroquia de San Andrés Apóstol, del siglo XV, dan vida al patrimonio histórico. Además, el entorno natural atrae a visitantes, con la zona de baño de Las Presillas en verano y las estaciones de esquí de Valcotos y Valdesquí en invierno.

Explorar Rascafría se convierte en una experiencia única con el Paseo Azul, una ruta urbana por la ribera de Artiñuelo, y la visita al Bosque finlandés, un rincón idílico con estanque, sauna y un bosque frondoso.

Bosque finlandés

El Bosque Finlandés de Rascafría se convierte es un rincón. Los monjes del Monasterio de Santa María de El Paular utilizaban las aguas del Lozoya para diversas actividades, desde la pesca hasta el pastoreo y la producción de papel. Fue esta última la que los conectó con los bosques, incluido el finlandés.

Siguiendo el Camino del Papel, que conecta el monasterio con el antiguo Molino de Papel en ruinas, se atraviesa el Puente del Perdón sobre el Lozoya, un puente del siglo XVIII. Desde el Molino, el sendero lleva al Bosque Finlandés, marcado por un pequeño puente de piedra.

En el bosque, se encuentra una cabaña de madera con ventanas rojas que fue una sauna. Aunque actualmente no está operativa, se ha convertido en un icónico elemento fotográfico, especialmente con la nieve. La vegetación, típica del centro y norte de Europa, incluye abedules, chopos, tejos y acebos.

Frente a la cabaña, un pequeño embarcadero en una de las presillas del Lozoya ofrece vistas una únicas en invierno, cuando los árboles cubiertos de nieve y el agua congelada crean una estampa encantadora. Este lago, históricamente utilizado por los monjes para la energía hidráulica del molino, se asemeja al lago Saimaa finlandés.

El Bosque Finlandés, con su ruta circular, permite explorar el entorno. Este tesoro natural, oculto durante siglos, revela su belleza cambiante con las estaciones y invita a volver una y otra vez para descubrir sus encantos.

Historia

En el siglo XIV se fundó la cartuja de El Paular, la más antigua de Castilla, marcando la historia del Valle y, en particular, la de Rascafría. Rascafría, realengo de Segovia, experimentó un periodo económico centrado en la ganadería lanar y, posteriormente, en la industria maderera, debido a los daños causados por los animales del cazadero de los Reales Bosques de Valsaín.

A mediados del siglo XIX, tras la reestructuración provincial de 1833, Rascafría se incorporó a la provincia de Madrid. A finales del siglo, hubo un desarrollo industrial, con fábricas de papel, vidrio, molinos harineros y serrerías. En el siglo XX, la población se mantuvo estable alrededor de los 1100 habitantes, con algunas variaciones. En 1975, se anexionó el núcleo de Oteruelo del Valle.

Manzanares El Real, un pueblo con mucha historia

De camino de Rascafría a Madrid se encuentra Manzanares El Real, que cuenta con un gran patrimonio histórico. Su joya, el Castillo de los Mendoza del siglo XV, se erige majestuosamente sobre una colina, fusionando la arquitectura militar castellana con elementos de palacio residencial.  La silueta del castillo, rodeada por los paisajes rocosos de La Pedriza y las aguas del embalse de Santillana, invita a la fotografía.

Además, el jardín de los sentidos, con plantas seleccionadas de acuerdo con la historia, ofrece una experiencia única. Manzanares El Real también alberga la Ermita de Peña Sacra, la Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, el Puente de la Cañada Real Segoviana y la Fuente de las Ermitas. Completando la experiencia cultural, el Museo Etnológico exhibe restos arqueológicos y una reconstrucción de una vivienda tradicional.

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