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La razón por la que entran polillas en tu casa: esto que tienes en tu armario les encanta

Polillas en casa
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Las polillas son uno de esos visitantes indeseados que aparecen en casa, y muchas veces no nos damos cuenta de su presencia hasta que es demasiado tarde. A la hora de hacer el cambio de armario, sacamos toda la ropa que guardamos hace meses, y encontramos un agujero en nuestra camiseta favorita. A diferencia de las polillas que revolotean alrededor de la luz, las que atacan la ropa son mucho más discretas. Se trata de insectos de pequeño tamaño, generalmente de color marrón o beige, que permanecen escondidos en la oscuridad.

Lo curioso es que no son los adultos los que dañan la ropa, sino sus larvas. Los adultos ponen huevos en los tejidos, y cuando las larvas nacen comienzan a alimentarse de las fibras naturales. El ciclo de vida de una polilla puede durar entre 65 y 90 días, durante los cuales una hembra puede poner hasta 200 huevos. Teniendo esto en cuenta, es fácil entender por qué, cuando aparecen, se pueden multiplicar rápidamente y causar destrozos considerables.

¿Por qué entran polillas en tu casa?

Cuando guardamos ropa durante mucho tiempo, como por ejemplo de una temporada a otra, especialmente si se trata de fibras naturales como algodón, lino, seda o lana, estamos creando el escenario perfecto para que proliferen las polillas de la ropa. No es el tejido lo único que les atrae, sino también los restos de sudor y grasa corporal, así como de perfumes y desodorantes, que quedan impregnados en las prendas. Quizá nosotros no lo percibamos, pero para las polillas son un atractivo irresistible.

Por lo tanto, el problema se agrava cuando guardamos la ropa sin lavarla antes. Un vestido de algodón que utilizamos en verano y que dejamos guardado hasta el próximo año se convierte en un auténtico caldo de cultivo. Las polillas aprovechan esas condiciones de calor, humedad y oscuridad en casa para instalarse, alimentarse y reproducirse.

¿Cómo detectar su presencia?

Uno de los principales problemas de las polillas de la ropa es que actúan de forma casi invisible, y es muy difícil detectar su presencia hasta que el daño ya está hecho. Por eso, los expertos insisten en la importancia de aprender a identificar las primeras señales:

  • La pista más evidente son los pequeños agujeros en la ropa en forma de mordidas irregulares.
  • Además de los agujeros, otro indicio claro son los restos de tejido o pequeños hilos parecidos a telarañas en el interior de los armarios. Estos hilos los crean las larvas para protegerse mientras se alimentan y crecen.
  • Una señal muy clara de que hay polillas en casa son las larvas diminutas de color blanquecino o amarillento. Normalmente, se esconden en costuras, bolsillos o entre los pliegues de la ropa.
  • En algunos casos es posible ver a los adultos revoloteando al abrir el armario. Suelen ser pequeños insectos de tonos beige o marrón claro.

La importancia de la prevención

Uno de los errores más habituales es guardar la ropa de temporada sin lavarla, tal cual la hemos usado. Puede que a simple vista parezca limpia, pero siempre quedan restos  de sudor, perfume, cremas corporales o incluso polvo del ambiente, los cuales atraen a las polillas. Por lo tanto, es fundamental lavar la ropa y asegurarse de que las prendas están completamente secas antes de guardarlas, ya que la humedad residual favorece la proliferación de insectos y hongos.

En esta línea, las bolsas herméticas al vacío son muy útiles para ahorrar espacio y evitar que las polillas de la ropa invadan el armario. Para prendas delicadas, se pueden utilizar fundas de algodón transpirables, que reducen la condensación y, por ende, evitan la aparición de malos olores.

Las polillas adoran el ambiente del armario porque es un espacio oscuro, cerrado y con poca ventilación. Teniendo esto en cuenta, es recomendable abrir las puertas una o dos veces por semana y dejar que el aire circule. Con 15 o 20 minutos es suficiente para reducir la humedad.

Además de ventilar, conviene limpiar el interior al menos dos veces al año. Vaciar por completo los cajones y estantes y pasar un paño con vinagre blanco diluido en agua es un método natural y muy eficaz.

Las polillas se sienten especialmente cómodas en ambientes húmedos. Si vives en zonas costeras o en casas con poca ventilación, el carbón activo es un gran aliado. Retiene el exceso de agua en el ambiente y neutraliza olores. Se puede colocar en pequeñas bolsas de tela o recipientes perforados dentro del armario.

Finalmente,  existen soluciones naturales que han pasado de generación en generación y ofrecen muy buenos resultados. La lavanda seca, además de perfumar la ropa, ahuyenta a las polillas, ya que su aroma les resulta muy desagradable. Por otro lado, el eucalipto y la menta, tanto en hojas secas como en aceites esenciales, ofrecen un aroma fresco. Se puede impregnar un algodón y guardarlo en un frasco abierto dentro del armario.

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