Ni Maldivas ni Turkmenistán: el único país del mundo que no tiene capital


Cuando se piensa en un país, lo habitual es imaginarlo con una capital bien definida, un centro neurálgico donde se concentra el poder político, económico y cultural. Sin embargo, hay excepciones a esta norma. A lo largo de la historia, algunas naciones han cambiado su capital, mientras que otras han adoptado un sistema descentralizado sin establecer una capital oficial. Un caso singular es el de Nauru, una pequeña isla del Pacífico que no sólo es la república independiente más pequeña del mundo, sino también el único país que carece de una capital reconocida formalmente.
Nauru, conocida oficialmente como la República de Nauru, es una pequeña isla en el Océano Pacífico, situada a unos 42 kilómetros al sur del ecuador. La mayor parte de las funciones gubernamentales de Nauru se desarrollan en Yaren, uno de los 14 distritos de la isla. Ahí se encuentra el Parlamento, las oficinas gubernamentales y otras instituciones importantes. Sin embargo, Yaren nunca ha sido oficialmente declarada capital. Esto se debe en parte a la estructura geográfica de la isla y a su pequeña extensión, lo que hace innecesario centralizar el gobierno en un solo lugar.
Nauru: el único país sin capital
La historia de Nauru es tan singular como su organización política. Originalmente habitada por tribus micronesias y polinesias, la isla fue descubierta por los europeos en el siglo XVIII. En 1888, fue anexada como colonia por el Imperio Alemán, que la gobernó hasta el final de la Primera Guerra Mundial. Posteriormente, la Liga de Naciones otorgó su administración a Australia, Nueva Zelanda y el Reino Unido. No fue hasta 1968 cuando Nauru logró su independencia, convirtiéndose en un estado soberano.
Uno de los aspectos más llamativos de la historia de Nauru ha sido su economía, basada casi exclusivamente en la explotación de fosfatos. Durante el siglo XX, este mineral se extrajo masivamente, generando una enorme riqueza para el país en la década de 1970. Nauru llegó a ser una de las naciones con mayor ingreso per cápita del mundo. Sin embargo, la sobreexplotación del recurso llevó a la degradación ambiental de la isla y, con el tiempo, a una grave crisis económica .
La ausencia de una capital oficial en Nauru no es una decisión arbitraria, sino el resultado de diversas condiciones geográficas, históricas y estructurales. En primer lugar, con una extensión de apenas 21 kilómetros cuadrados, es lo suficientemente pequeña como para que todas sus funciones administrativas puedan distribuirse sin necesidad de centralizarlas en una única ciudad.
Por otro lado, la población de Nauru está dispersa en pequeñas comunidades a lo largo de la isla, sin una ciudad dominante que pueda fungir como capital natural. Finalmente, a lo largo de su historia, la administración de Nauru ha sido flexible, permitiendo que distintas áreas de la isla alojen funciones gubernamentales sin la necesidad de una capital formal.
Yaren
Aunque Nauru no tiene una capital oficial, Yaren es considerada como la «capital de facto». Este distrito alberga el Parlamento, la sede del Gobierno y varios edificios administrativos clave. Además, el Aeropuerto Internacional de Nauru también se encuentra en esta zona, lo que la convierte en el principal punto de acceso a la isla.
Sin embargo, a diferencia de otras capitales, Yaren no tiene un estatus oficial ni cuenta con la infraestructura típica. Con apenas 1.200 habitantes y su desarrollo urbano es mínimo en comparación con otras naciones.
Datos curiosos
Además de ser el único país del mundo sin capital, Nauru destaca por su peculiar historia económica. Durante gran parte del siglo XX, el país fue muy próspero gracias a la explotación de sus ricos yacimientos de fosfato. Sin embargo, la extracción masiva de este recurso agotó las reservas y provocó un colapso económico. Como resultado, hoy en día depende en gran medida de la ayuda exterior, principalmente de Australia, que también se encarga de su defensa, ya que Nauru carece de un ejército propio.
Otro aspecto llamativo es que la isla tiene una de las tasas de obesidad más altas del mundo, ya que más del 90 % de su población padece sobrepeso. Esto se debe, en parte, a la importación de alimentos procesados y a un estilo de vida más sedentario. Asimismo, la infraestructura del país es bastante limitada; por ejemplo, cuenta con una sola carretera principal, que rodea toda la isla y tiene apenas 17 kilómetros de longitud.
Por otro lado, Nauru tiene una historia marcada por la Segunda Guerra Mundial. En 1942, fue ocupada por Japón, lo que resultó en la deportación de cientos de habitantes a otras islas para ser utilizados como trabajadores forzados. Además, la isla sufrió bombardeos por parte de las fuerzas aliadas.
En la actualidad, Nauru sigue siendo un país con desafíos importantes, pero su historia y cultura lo hacen único. A pesar de su pequeña población de aproximadamente 10.800 habitantes, la isla mantiene su identidad y continúa adaptándose a los cambios globales.