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La NASA envía un inodoro de 20 millones de euros al espacio

Se instalará en la Estación Espacial Internacional

La NASA envía un inodoro de 20 millones de euros al espacio
Inodoro de la NASA

La vida de los astronautas en la Estación Espacial Internacional no es nada sencilla. Si a las dificultades propias de un espacio tan ‘reducido’ sumamos la gravedad cero, hábitos tan sencillos como defecar se convierte en una tarea muy compleja para ellos. Por esta razón, la NASA va enviar un inodoro de 20 millones de euros, nada más y nada menos.

El inodoro de la agencia espacial estadounidense ya ha sido enviado a la EEI en el interior de una cápsula de carga de Northrop Grumman Cygnus. El principal objetivo es probarlo en condiciones de gravedad cero para que luego se pueda utilizar en misiones a Marte o a la Luna.

Chris Cassidy e Ivan Vagner son quienes han puesto a prueba esta obra de ingeniería de la NASA. Son los dos astronautas que en estos momentos se encuentran en la Estación Espacial Internacional. Tras recibir el inodoro de 20 millones de euros en la cápsula, han tenido que anclarla, extraer el inodoro y finalmente instalarlo.

¿Cómo es el inodoro de la Estación Espacial Internacional?

El retrete ha sido bautizado con el nombre ‘Universal Waste Management System’. Tal y como su propio nombre indica, es un sistema especialmente diseñado y desarrollado para que los astronautas puedan defecar y orinar en él. Es una de las mejores obras de ingeniería de la NASA: es un 40% más ligero que los inodoros anteriores y un 65% más pequeño.

Pero, ¿por qué tiene un precio tan elevado? Se debe principalmente a que está dotado con la tecnología más innovadora del mercado. El retrete tiene un embudo para la orina, y un separador de doble ventilador. La función del ventilador es la de crear un flujo de aire que atrapa las deposiciones aunque no haya gravedad. De no existir, la orina quedaría ‘flotando’ por el interior del habitáculo.

‘Reciclaje’ de la orina de los astronautas

Además, la orina pasa a un sistema de ‘reciclaje’ para obtener agua. Esto ha sido posible gracias a investigadores del Instituto de Electroquímica de la Universidad de Alicante. La orina humana, tras pasar una serie de etapas de purificación, acaba convirtiéndose en amoniaco, el cual puede ser eliminado mediante un proceso electroquímico.

Por el momento los astronautas de la Espación Espacial Internacional no van a hacer uso de su propia orina. La NASA va a enviar varias disoluciones de amoniaco con una composición muy similar a la que tendría la orina humana después de haber sido purificada.

Aún así, si finalmente los resultados son satisfactorios, el sistema de ‘reciclaje’ se podría utilizar en misiones muy largas, como el viaje a Marte.

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