Lo has usado mil veces y no sabes lo que significa: el desconocido origen del refrán «A troche y moche»
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El idioma español conservó a lo largo de los siglos una gran cantidad de expresiones cuyo origen muchas veces se pierde en la historia. Una de ellas es la famosa «a troche y moche». Y quien diga que jamás ha usado esta expresión, está mintiendo.
Esta se trata de una locución adverbial utilizada para describir acciones realizadas sin orden, de forma descontrolada o sin consideración alguna. Su presencia en el habla cotidiana perduró, pero su etimología no resulta tan evidente.
¿Qué significa ‘A troche y moche’ y de dónde proviene?
La Real Academia Española (RAE) recoge la expresión y la define como una acción llevada a cabo «disparatada e inconsideradamente». Se emplea en situaciones donde se actúa de forma desorganizada, sin planificación previa. Un ejemplo común es: «Gastaron el presupuesto a troche y moche, sin ningún control».
Otras expresiones con un sentido cercano incluyen «sin ton ni son» o «a lo loco», aunque cada una tiene sus particularidades. Asimismo, «a destajo» podría confundirse con «a troche y moche», pero su significado difiere: mientras la primera indica rapidez y productividad, la segunda enfatiza la falta de criterio en la acción.
Una teoría relaciona «a troche y moche» con labores agrícolas, especialmente la tala indiscriminada de árboles. En tiempos pasados, los leñadores podían actuar sin un orden definido, cortando «a troche y moche», sin planificación o sin considerar el impacto ambiental.
En este contexto:
- «Troche» podría derivar de «trocear», es decir, dividir en partes.
- «Moche» vendría de «mochar», verbo que significa cortar o cercenar algo, especialmente su parte superior.
De este modo, la expresión describiría una acción de cortar de manera desordenada y sin medidas, concepto que posteriormente se extendería a otras situaciones más allá del ámbito rural.
El otro posible origen de ‘A troche y moche’: un episodio histórico en Castilla
Otra teoría apunta a un origen político en la Castilla del siglo XV. Según se recoge en diversos estudios, Isabel la Católica ordenaba derribar las torres de los castillos de los nobles que no acataban sus mandatos. Este acto simbólico buscaba reducir el poder de la nobleza y consolidar su autoridad.
- «Troche» en este contexto representaría la acción de cortar en trozos.
- «Moche» haría referencia a la mutilación o eliminación de la parte superior de las edificaciones.
Bajo esta hipótesis, «a troche y moche» aludiría a una destrucción masiva, ejecutada sin miramientos, que con el tiempo se asimiló a cualquier acción realizada sin orden ni control.
Por su parte, el académico Federico Corriente, especialista en Filología Semítica, propuso que «a troche y moche» podría tener un origen árabe.
Según sus investigaciones, la expresión derivaría de «tugíb ma wagáb», locución utilizada en la época de Al-Ándalus que significaba «ponga las condiciones que ponga». Esta frase se empleaba en el contexto de acuerdos matrimoniales y divorcios, donde la esposa podía imponer condiciones específicas para la separación.
La adaptación fonética al castellano habría derivado en «a troche y moche», con una transformación semántica que llevó a su significado actual. Este fenómeno no es inusual, ya que muchas expresiones del español tienen raíces en la influencia árabe durante la Edad Media.
¿Cómo se usó este refrán en la cultura popular?
La expresión trascendió los siglos y continúa vigente en el español moderno. Su uso no se limita a España, sino que también es comprendido en otros países hispanohablantes.
Un ejemplo curioso de su difusión se encuentra en la música. Cuando la canción «Helter Skelter» de The Beatles fue traducida al español en algunos países de América Latina, se eligió la expresión «a troche y moche» para transmitir la idea de caos y desorden que evocaba el título original.
Este tipo de adaptaciones refuerzan el carácter coloquial y la flexibilidad de las locuciones populares, capaces de mantener su significado esencial aunque evolucionen en su uso cotidiano.