El curioso motivo por el que el mes de enero se nos hace tan largo
¡Por fin es febrero! Aunque enero solo ha tenido 31 días, al igual que otros muchos meses, se nos ha hecho eterno. Es una percepción que compartimos la mayoría de las personas y que no ha ocurrido únicamente en 2023, sino que es algo que se repite todos los años. Lo más curioso de todo es que hay una explicación para ello, y tiene que ver con los niveles de dopamina, un neutrotransmisor que produce el cerebro y que tiene un papel clave en el funcionamiento del organismo.
¿Por qué el mes de enero se hace tan largo?
Hace varios años, un equipo de investigadores de la University College of London se plantearon la pregunta de qué sucedió con la noción del tiempo en enero. Tras un exhaustivo análisis, llegaron a la conclusión de que se debe al conocido como «reloj de la dopamina», cuyo funcionamiento es cuanto menos curioso.
Todos tenemos un reloj biológico situado en el hipotálamo, una zona del cerebro donde se liberan las hormonas que regulan aspectos como el estado de ánimo, la temperatura corporal o el hambre. También nuestra noción del tiempo, según los estímulos externos.
Cuando los niveles de dopamina son altos, el reloj interno del cuerpo se acelera y, en consecuencia, parece que el tiempo pasa más rápido. Cada uno de nosotros experimentamos el tiempo de una determinada manera ya que la percepción es algo completamente subjetivo.
Esto es algo de lo que es muy fácil darse cuenta. Cuando estamos entretenidos, pasando un rato divertido con nuestra familia o amigos, sentimos que el tiempo pasa volando. Por el contrario, cuando nos aburrimos o estamos haciendo una tarea que nos disgusta, parece que el tiempo pasa mucho más lento.
Es precisamente lo que ocurre en diciembre y enero, y por este motivo se nota tanto el contraste entre un mes y otro. Diversos estudios han demostrado que la sensación de bienestar emocional influye en gran medida en la percepción del tiempo.
El mes de diciembre está lleno de reuniones y eventos con la celebración de la Navidad. Además, disfrutamos de varios días libres en el trabajo y podemos estar con nuestros seres queridos. Pero cuando pasa el Día de Reyes volvemos a la rutina de manera brusca, sin ningún día festivo, así que el mes de enero se nos hace muy largo y pesado.
La dopamina es el neutrotransmisor que se encarga de la percepción del tiempo. Después de haber producido altos niveles de dopamina durante la Navidad, en enero se reducen considerablemente.
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