La escritora Louise O’Neill: «No hay que confundir sexo con violación»
La escritora de origen irlandés, Louise O’Neill, ha rechazado la tendencia de culpabilizar a las víctimas de agresiones sexuales por cómo iban vestidas, por si habían bebido o por si volvían solas de noche a casa en el momento de la violación y considera que, en este tipo de crímenes, el «único culpable» es el propio violador.
Así se ha expresado ‘Tú te lo has buscado’ (Esfera de libros), O’Neill ha matizado que en todos los países del mundo se confunde el sexo con la violación, que «tiene que ver con el poder, la violencia y el control, así como que existe una diferencia entre la «normalización» de la sexualidad masculina y el control que se ejerce sobre la femenina.
«La violación es el único crimen en el que se buscan razones para culpar a la víctima: se le pregunta qué llevaba puesto, por qué había bebido o por qué iba sola por la calle. Cuando te entran a robar en casa esto no ocurre, así que la única persona a la que se tiene que culpar en estos casos es al violador y esa idea hay que reforzarla», explica en una entrevista con Europa Press.
Emma, una joven de 18 años en Irlanda
Así, la novela narra la historia de Emma, una joven de 18 años de un pequeño pueblo de Irlanda que, tras haber salido de fiesta, se despierta en el porche de su casa sin recordar nada de lo que ha ocurrido la noche anterior hasta que se empiezan a difundir unas «escabrosas» fotografías suyas en las redes sociales.
La autora ha subrayado que el libro, traducido a trece idiomas y dividido en dos partes que se centran en la vida de Emma antes y después de la violación, trata de visibilizar el impacto que puede tener una situación así en la víctima, así como en su familia y amigos.
O’Neill señala que para construir esta historia se basó en dos casos reales ocurridos en EEUU, especialmente en uno en el que varios jugadores de fútbol agredieron sexualmente a una chica que se había desmayao en una fiesta. De este modo, ha asegurado que lo que más le sorprendió de este caso fue que el pueblo apoyó a los violadores y aisló socialmente a la víctima.
A pesar de que la escritora asegura que la violencia sexual es «epidémica», cree que este tipo de casos son «más complicados» en los países católicos, como Irlanda o España, debido al «control de la Iglesia» sobre el cuerpo y la sexualidad de las mujeres.
«En los 90 Irlanda vivió una revolución sexual muy importante, se empezaron a abrir sex shop, se legalizó el divorcio y llegaron los anticonceptivos, pero el control de la Iglesia seguía ahí y a día de hoy aún seguimos intentando lbrarnos de esa carga», ha destacado.
Asimismo, subraya que la «vergüenza» de que ocurran violaciones es «mucho mayor» en los países en los que hay una fuerte presencia de la religión católica, al tiempo que afirma que es «más difícil» que las mujeres cuenten su historia por la presión a la que se ven sometidas por parte de la Iglesia.
Para crear el personaje de Emma y construir su situación psicológica, O’Neill ha hablado con la responsable del Centro de Apoyo a las Víctimas de Violación de Cork y con supervivientes, y se ha nutrido de documentales y memorias escritas por mujeres que han sufrido agresiones sexuales.
«La historia de Emma no es mi historia»
Además, ha confesado que ella misma sufrió violencia sexual, aunque matiza que la historia de Emma no es la suya, un hecho que le ayudó a comprender «toda la ansiedad y vergüenza» que conlleva, así como las diferentes maneras que existen de afrontar este tipo de situaciones.
«La historia de Emma no es mi historia, pero sí me fue difícil lidiar con ella porque me metí mucho en su vida y empecé a tener pesadillas sobre que me violaban, pero era necesario para crear algo auténtico», ha señalado.
Por otra parte, reconoce que las redes sociales se han convertido en un instrumento para fomentar la «cultura de la violación» y, a pesar de que asegura que poseen un «doble rasero», cree que «fueron buenas» en el caso de La Manada. «Sirvieron para defender a la víctima, ayudaron a que se hablase más de la cultura de la violación y a organizar las protestas feministas», resalta.
Sin embargo, ha lamentado el hecho de que se difundiese la identidad de la víctima y las imágenes de la agresión porque, además de ser ilegal, ciertos datos permanecen en Internet para siempre, impidiendo que las víctimas de bullying o agresiones sexuales puedan olvidar y continuar con su vida.
«La educación sexual en Irlanda es muy pobre»
«Muchas veces nosotros mismos no nos damos cuenta de que es algo ilegal y deberíamos tenerlo más claro. Además, siempre queremos saber más detalles o ver las imágenes y tenemos que pensar un poco en el papel que tenemos en esta situación tan grotesca y en cómo nos volvemos cómplices», ha expresado.
O’Neill ha confesado estar «muy preocupada» por la intervención de los partidos políticos y las organizaciones vinculadas a la derecha en la educación sexual de niños y adolescentes que, a su juicio, debe darse de los cuatro a los 18 años «adaptando los contenidos a cada edad».
Así, considera que la educación sexual, «muy pobre» en Irlanda, debería ser obligatoria en todos los colegio porque «es algo poderosos que protege a toda la comunidad». «Tenemos que seguir forzando esta conversación para erradicar el machismo en la sociedad y darles a las mujeres el lugar que les corresponde», sostiene.