El Archivo Histórico Nacional celebra 150 años siendo la memoria de España
Siglo y medio de Archivo Histórico Nacional (AHN) merece una completa programación. Así, coincidiendo con el día de su creación formal, se celebra un acto conmemorativo en la sede con la presencia del secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, y una serie de conferencias de carácter científico.
El AHN cuenta con 43.609 metros lineales de documentos, en los que conserva cerca de 4.000 fondos documentales producidos por instituciones públicas privadas desde la Edad Media. Los fondos más antiguos corresponden a las instituciones eclesiásticas españolas desamortizadas en el siglo XIX, a partir de cuyos documentos se puede estudiar la economía, la sociedad y la vida cotidiana de la Edad Media.
Conserva una carta de venta en pergamino fechada en el año 857
Entre los más de 200.000 pergaminos medievales, aparece el documento más antiguo conservado en los Archivos Estatales españoles, una carta de venta en pergamino fechada en el año 857.
En sus 8.460 metros cuadrados de depósito, conserva también 16.383 documentos cartográficos, 13.600 fotografías, 2.266 sellos de cera medievales, 25 matrices de sellos, 232 objetos, 1,1 millones de imágenes publicadas y 730.959 registros descriptivos.
Entre sus fondos documentales se pueden destacar ‘Los decreta de León de 1188’, el testimonio más antiguo del sistema parlamentario europeo, y el ‘Beato de Tábara’, del siglo IX. A estos se añaden documentos tan singulares para la Historia española como el ‘Cartulario de Valpuesta’ (S.XII), escrito en latín, pero en el que aparecen las primeras palabras escritas en castellano, anteriores a las glosas emilianenses.
También están los archivos de La Mesta y de la Asociación General de Ganaderos del Reino, las Constituciones latinas del Colegio Mayor de San Ildefonso de la Universidad de Alcalá de Henares (1510), los planos del primer submarino de propulsión eléctrica de Isaac Peral, o los archivos personales de tres premios Nobel de Literatura, como José Echegaray, Juan Ramón Jimenez y Jacinto Benavente, del que se conserva, junto a sus manuscritos, la medalla de oro que recibió como premio Nobel en 1922.