Los empresarios valencianos piden medidas de “economía de guerra” para energía y materias primas
Salvador Navarro, presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), la organización de referencia del empresariado en esta Comunidad y una de las principales en España, ha hablado ya hoy abiertamente de que «estamos en una economía de guerra». Por tanto, «tenemos que adaptar» la economía para que «las empresas no tengamos mucho más perjuicio del que ya estamos teniendo». Navarro se ha expresado así tras la reunión del Comité Ejecutivo de la CEV. Ese comité, basándose en esa realidad, ha aprobado este jueves una propuesta de medidas para paliar las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania así como el alza de los precios energéticos y de las materias primas. Las propuestas serán trasladadas a la Generalitat Valenciana para trazar con ella, a su vez, una propuesta conjunta, a través del diálogo social, que ayude a superar este estado de excepcionalidad.
Los empresarios valencianos tienen tan clara esta situación que ante la preocupación que genera han decidido adelantar su comité ejecutivo con el objetivo de recopilar las necesidades de todos los sectores productivos ante este nuevo y desconocido escenario, evitando de este modo la improvisación que hubiera supuesto ir detrás de los acontecimientos y no por delante. Las medidas tienen 2 fines, según se desprende de las mismas: garantizar la solvencia y liquidez empresarial y consolidar el esfuerzo por mantener el empleo en un momento especialmente crítico.
La preocupación de la CEV va en aumento. Y han advertido también que la implementación de la mayoría de las medidas exige ampliar el plazo del marco temporal Covid-19 en la Unión Europea, que finaliza el 30 de junio, a la vez que crear un nuevo marco temporal de ayudas del Estado que permita paliar los demoledores efectos de la guerra. De hecho, consideran que las medidas de liquidez y ayudas directas a las empresas deberán estar sujetas a ese marco temporal de ayudas y no a ayudas concedidas por los Estados de la Unión Europea cuyo importe es inferior a 200.000 euros.
El documento aprobado hoy por el Comité Ejecutivo de la CEV incluye medidas laborales y fiscales. Entre las primeras, los empresarios valencianos apuestan por la implementación de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTEs) sectoriales en las ramas más afectadas por el «desbaratamiento de los constes energéticos» y los precios de las materias primas. Reclaman ayudas a todos los niveles de la Administración de líneas de ayudas a fondo perdido a empresas afectadas por la subida de los precios y costes y por los efectos de la guerra en Ucrania. Y, también, incitar al consumo a través de las ampliaciones presupuestarias de programas como el bono viaje o el bono consumo.
En el ámbito fiscal abogan por el aplazamiento de cualquier modificación presupuestaria que traiga como consecuencia subidas de impuestos y prolongar las reducciones actuales en impuestos por el IVA, IEE o el IPEE, impuesto que grava las actividades de producción e incorporación de energía al sistema eléctrico. También, y con el fin de asegurar la liquidez de las empresas, los empresarios valencianos abogan por la ampliación de los plazos para solicitar las líneas ICO (Instituto de Crédito Oficial) y los periodos de carencia y, en el ámbito autonómico, generar líneas específicas para los sectores que están resultando más afectados por el alza de los precios. En este caso, según se desprende, como resultante de ese encarecimiento de la energía y las materias primas.
Piden también agilizar los trámites administrativos para desbloquear el fomento de la inversión en energías renovables, estimular el auto consumo y favorecer las medidas de eficiencia energética. Piden, además, revisar el sistema marginalista del mercado eléctrico con la Unión Europea mediante el desacople de los precios del gas y crear una plataforma europea centralizada de compra de gas natural para crear reservas estratégicas de ese producto a nivel de la UE y evitar, según se desprende también, escenarios como el actual.
Por tanto, se trata de medidas de auténtica economía de guerra. Un ‘plan resistir’ que permita a las economías domésticas e industriales superar el tremendo impacto que está suponiendo en sus economías el conflicto bélico. Y eso, sólo se logra mediante una «economía de guerra», como defiende Navarro.