El volcán Etna se desplaza peligrosamente hacia el mar
Los volcanes pueden definirse como uno de los fenómenos naturales más devastadores que pueden asolar la Tierra. Muchos han sido los inconvenientes que los volcanes han provocado a lo largo de la historia. Sin embargo, estas formaciones son tan peligrosas como interesantes. En este caso hablamos del volcán Etna, un curioso cráter que entró en erupción el año 2012, y que desde entonces no ha parado de desplazarse a través del territorio siciliano. Te lo contamos.
Un volcán en movimiento
Un grupo de investigadores de la Open University (Reino Unido) ha llevado a cabo un estudio en el que se ha demostrado que el volcán Etna se mueve poco a poco hacia el mar. Un descubrimiento realizado gracias a un enorme trabajo durante años que ha basado sus esfuerzos en monitorizar la actividad de uno de los volcanes más famosos del mundo. La clave reside en un red de estaciones GPS instaurada en la montaña por medio de la que se ha podido comprobar que el volcán Etna lleva más de diez años sin parar de moverse.
Cabe destacar que este desplazamiento es casi imperceptible por el ojo humano, ya que Etna se desplaza a un ritmo de 14 milímetros al año a través de una suave pendiente de 3 grados de inclinación. Lo que sí está claro es que este volcán se dirige hacia el mar en un movimiento imparable que puede afectar gravemente a las localidades cercanas y los habitantes de la zona. La capa de sedimentos débiles sobre la que se sitúa esta formación favorece aun desplazamiento lento pero constante que puede incrementarse por medio de cualquier tipo de alteración subterránea.
Eso sí, el ritmo al que se desplaza evita que los riesgos sean inmediatos. Los expertos calculan que tendrán que pasar varios siglos para que el volcán Etna se convierta en un auténtico riesgo para la seguridad ciudadana. A no ser que una segunda erupción pueda incrementar la velocidad de desplazamiento.