El telescopio James Webb arroja datos sobre la expansión del universo que sorprenden a los científicos
Los astrónomos descubren una monstruosa estructura cósmica que desafía lo que ya sabemos del universo
El experimento que demostró la teoría: la confirmación del Big Bang por medio del experimento del satélite COBE
Estupefacción entre los científicos: este hallazgo cambia todo lo que sabemos sobre el cerebro y el Alzheimer
Ésta es la mejor hora para irse a dormir: la ciencia lo confirma
Los físicos se han quedado perplejos al descubrir discrepancias en las observaciones del telescopio espacial Hubbl, que se utilizaron para analizar la expansión del universo..Un estudio más reciente realizado con el observatorio espacial James Webb descarta la posibilidad de error humano y plantea cuestiones significativas sobre el entendimiento del cosmos.
En 1929, Edwin Hubble reveló la expansión del universo, respaldando la teoría del Big Bang. Sin embargo, la constante de Hubble, que mide esta expansión, arroja valores divergentes en cada intento de medición.
El misterio de la expansión del universo
Una técnica para calcular esta constante es a través de las cefeidas, estrellas cuyo brillo varía predictivamente con su expansión y contracción. Estos objetos sirven como indicadores de distancia confiables.
Los astrónomos han calculado una tasa de expansión de 73 km/s/Mpc usando cefeidas y supernovas. Sin embargo, otras técnicas, como el análisis del fondo cósmico de microondas, sugieren una tasa más baja, de 67 km/s/Mpc. Este desacuerdo se conoce como la «tensión de Hubble».
El telescopio James Webb confirma estas discrepancias. Un estudio reciente, utilizando la alta resolución del Webb, observó una muestra extensa de cefeidas y supernovas, reforzando las mediciones anteriores.
Los científicos no han encontrado errores humanos en estas mediciones, lo que sugiere una comprensión incompleta del universo. Aunque se pensaba que las mediciones podrían estar sesgadas, el Webb confirmó resultados dentro de un margen de error mínimo.
Para Adam Riess, este resultado elimina la posibilidad de error humano y plantea la emocionante idea de una comprensión errónea del cosmos. ¿Podrían existir partículas o fuerzas desconocidas? La tensión de Hubble está en su punto máximo, desafiando a la física a repensar sus fundamentos.
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Teoría de las semillas cósmicas
Por otra parte, un fascinante descubrimiento realizado por el telescopio James Webb ha abierto un debate sobre el origen y la evolución de los agujeros negros supermasivos en el universo. Estos puntos rojos, inicialmente considerados insignificantes, resultan ser cuásares en su estado primordial, sugiriendo la presencia de agujeros negros supermasivos en galaxias tempranas.
El astrofísico Jorryt Matthee y su equipo, del Instituto de Ciencia y Tecnología de Austria, lideraron esta investigación que revela la existencia de agujeros negros supermasivos en etapas iniciales del universo. Este hallazgo desafía las teorías previas sobre la formación de estos gigantes cósmicos, planteando la posibilidad de que se originen a partir de «semillas» masivas formadas por el colapso de enormes nubes de gas.
La sorpresa y perplejidad ante estos hallazgos se reflejan en la analogía de Matthee, quien compara la situación con «mirar a un niño de cinco años que mide dos metros». Esta revelación cuestiona nuestras concepciones sobre el desarrollo de los agujeros negros supermasivos y sugiere una rápida evolución de estos sistemas en el tiempo cósmico observado.
El equipo de investigación busca ahora ampliar su estudio a cuásares aún más jóvenes y menos masivos, en un esfuerzo por comprender mejor las condiciones que condujeron a la formación de estos agujeros negros en las primeras etapas del universo. Estos hallazgos invitan a reconsiderar las teorías establecidas sobre la formación y evolución del cosmos.
Exploración de las aurora de Saturno y Urano
Por otro lado, el telescopio espacial James Webb está preparado para realizar un exhaustivo estudio de las impresionantes auroras que iluminan los cielos de dos gigantes del sistema solar: Urano y Saturno. El objetivo es desentrañar los enigmas detrás de estos fascinantes espectáculos de luz en planetas tan distintos.
Henrik Melin, de la Escuela de Física y Astronomía de la Universidad de Leicester, liderará la investigación sobre Urano y se muestra entusiasmado: «El JWST ya está alterando nuestra comprensión del universo, desde nuestro propio sistema solar hasta las galaxias primigenias», según recoge el portal ‘Robotitus’.
Las auroras se producen cuando partículas cargadas del viento solar chocan con el campo magnético de un planeta, creando un deslumbrante espectáculo. Aunque se han observado auroras en otros planetas del sistema solar, todavía hay mucho por descubrir sobre ellas.
Urano es particularmente intrigante, ya que se sabe relativamente poco sobre sus auroras. El año pasado, un equipo de la Universidad de Leicester confirmó la existencia de una aurora infrarroja alrededor del planeta. Este descubrimiento plantea la fascinante pregunta: ¿Podrían las auroras de Urano ser responsables de mantenerlo más cálido de lo esperado?
El estudio del telescopio sobre Urano comenzará a principios de 2025 y consistirá en mapear las emisiones aurorales a lo largo de un día uraniano completo. Por otro lado, el proyecto sobre Saturno, liderado por el científico Luke Moore, observará la región auroral norte del gigante gaseoso durante un día saturniano completo.
Estas observaciones, realizadas con el potente instrumento NIRCam del telescopio, revelarán más sobre los procesos detrás de las auroras en el sistema solar y podrían proporcionar información crucial sobre los exoplanetas similares a Urano y Saturno.