Microplásticos en nuestra comida: Un problema creciente
Los microplásticos son un problema creciente que afecta tanto a nuestro medio ambiente como a nuestra salud.
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La presencia de los microplásticos en la comida se ha convertido en un problema que va en aumento. De hecho, un estudio de la Universidad de Toronto y Ocean Conservancy reveló que el 88% de las proteínas analizadas contenían microplásticos.
Se estima que desde el siglo XX se han producido 8.300 millones de toneladas de plásticos, de las cuales solo el 9% se recicla. La persistencia y abundancia del plástico lleva a que, por diferentes vías, entre en la cadena alimenticia. Esto constituye un riesgo importante para la salud.
Los microplásticos
Los microplásticos son partículas de plástico menores a 5 milímetros. Se generan por la degradación de productos plásticos más grandes, como botellas, bolsas o envoltorios. Se forman principalmente a través del uso diario, debido a cortar, rasgar o desgastar envases plásticos. Tales acciones liberan estas partículas al medio ambiente.
También están los nanoplásticos, que son fragmentos de plástico mucho más pequeños que los microplásticos. Por su diminuto tamaño no pueden ser captados a simple vista y se ha detectado su presencia en el agua embotellada y otros alimentos.
El plástico es un compuesto que se fabrica a partir de polímeros derivados del petróleo o del gas natural. Tarda cientos de años en descomponerse y libera microplásticos en el proceso de fabricación y uso cotidiano. La ingestión de estos compuestos tiene efectos negativos sobre la salud.
Cómo llegan a la comida
Hace un tiempo se descubrió que algunos pescados como sardinas, boquerones y merluzas acumulaban microplásticos, ya que los ingerían en la superficie del agua, debido a la alta contaminación de los océanos. Con el tiempo se demostró que los alimentos marinos no eran los únicos que contenían este tipo de compuestos.
Varias investigaciones demostraron que los microplásticos no solo están presentes en el agua, sino también en el aire y en el suelo. Esto provoca una primera transferencia a los alimentos vegetales y animales. Por eso se encuentran presentes en proteínas de consumo común, como las carnes.
Otro gran generador de microplásticos es el procesamiento industrial de los alimentos. El contacto con maquinaria y cintas transportadoras de plástico hace que los alimentos altamente procesados contengan elevadas cantidades de microplásticos. Productos como como nuggets de pollo, hamburguesas vegetales y tofu tienen altas proporciones de esos compuestos.
También se han encontrado microplásticos en productos que se consideran “naturales”, como sal, miel, manzanas y pepinos. Incluso el agua embotellada puede contener entre 110.000 y 400.000 partículas de nanoplásticos por litro, según un estudio de Proceedings of the National Academy of Sciences.
Impacto en la salud
Los microplásticos son portadores de químicos tóxicos como BPA, ftalatos y PFAS. Estos compuestos se encuentran asociados con trastornos endocrinos, enfermedades cardiovasculares y otros problemas de salud. Pueden ingresar al cuerpo a través de la ingestión, la piel o la inhalación.
Estos pequeños fragmentos de plástico pueden liberar sustancias químicas tóxicas e interrumpir sistemas hormonales, lo que podría asociarse con problemas de salud como trastornos endocrinos, enfermedades gastrointestinales y efectos negativos en el sistema inmunológico.
La investigación también ha mostrado una variedad de peligros experimentales asociados con estas partículas, desde inflamaciones hasta cambios celulares. Un estudio de la Universidad de Viena señaló que los microplásticos eran posiblemente cancerígenos y factores que alteran la microbiota intestinal.
Algunos estudios han encontrado la presencia de microplásticos en los vasos sanguíneos. Esto incrementa el riesgo de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y muerte. Se cree que estos compuestos pueden llegar a penetrar varios órganos. Pese a todo, aún no se tiene plena claridad sobre los efectos que llegan a tener en la salud humana.
¿Qué hacer?
Los microplásticos pueden tener efectos graves sobre la salud. Partiendo de esta premisa, lo más recomendable es optar por consumir alimentos frescos y almacenados en materiales naturales como vidrio o papel de aluminio. Así mismo, evitar el uso de plásticos para almacenar o calentar alimentos, especialmente en microondas. También es conveniente vestir prendas hechas de fibras naturales.
Sin embargo, principalmente se requiere de medidas a gran escala para reducir la contaminación por plásticos, comenzando por establecer regulaciones más estrictas para las industrias responsables de su producción y dispersión.
Acciones para mitigar el problema
La lucha contra la contaminación por microplásticos requiere un enfoque multidimensional:
- Reducción del uso de plástico: Adoptar prácticas sostenibles en la producción y el consumo de plásticos.
- Educación y concienciación: Informar a la población sobre el problema de los microplásticos y fomentar la reducción de residuos.
- Investigación: Continuar investigando el impacto de los microplásticos en la salud humana y en el medio ambiente.
- Regulación: Implementar políticas y regulaciones que limiten la producción y el uso de plásticos, así como mejorar los sistemas de reciclaje.
La colaboración entre gobiernos, industrias y ciudadanos es crucial para abordar esta crisis ambiental y proteger nuestro futuro. Mantenernos informados y actuar en consecuencia es el primer paso hacia un mundo más limpio y saludable.
Lecturas recomendadas
Temas:
- Comida
- Medio Ambiente