El Govern se rompe: Aragonés sopesa si echar a Junts o esperar a que dimitan
El presidente catalán convoca una reunión extraordinaria de su Ejecutivo de coalición
El día ha llegado. Tras muchos meses de desencuentros entre Esquerra Republicana y Junts per Catalunya, que hacían insostenible la relación con una parte de los junteros alentando la ruptura entre los dos socios del Govern, Pere Aragonés medita este mediodía si echa a JxCAT del Ejecutivo catalán o si espera a unos días a que sean ellos los que den el paso y rompan el acuerdo de coalición. El presidente catalán ha convocado una reunión extraordinaria de su Gabinete esta tarde.
Aragonés ha suspendido su agenda oficial, como también lo ha hecho su vicepresidente de Junts, Jordi Puigneró, un día después de su intervención en el debate de política general. Según fuentes del entorno del presidente catalán, está analizando la respuesta que va a dar a sus socios. Puigneró, con los dirigentes de JxCAT, también estudia cómo responder a Aragonés. El partido de Laura Borràs, cuya suspensión como diputada torció mucho las relaciones, hace meses que planea una consulta a sus bases para ver si rompen.
El discurso del líder de Esquerra Republicana este martes en el Parlament, apuntan sus socios, «fue decepcionante». Junts per Catalunya «esperaba un compromiso mucho más contundente» para «levantar la declaración unilateral de independencia y poner fecha al próximo envite contra el Estado». Pero se encontraron con una propuesta «muy de mínimos» en la que Aragonés trata de mover, sin éxito hasta ahora, al Gobierno de Pedro Sánchez hacia «un acuerdo de claridad» que facilite un referéndum a la canadiense.
Precisamente los socios minoritarios del Govern achacan a esa falta de frutos de la negociación con el PSOE la situación que viven ahora ERC y Junts. Básicamente, subrayan, «porque a Aragonés le ha interesado más ser amigo de Sánchez que cumplir con los acuerdos que firmó con nosotros y con la ciudadanía de Cataluña».
Lo que ha provocado la suspensión de las agendas oficiales de la mayoría de miembros del Govern, para ver que salida dar a la enésima crisis institucional que viven, ha sido la solicitud por parte de JXCat de que Pere Aragonés se someta a una moción de confianza. Era uno de los requisitos que le puso la CUP sobre la mesa para apoyar su investidura. El año pasado, sin embargo, al descolgarse los anticapitalistas del acuerdo de Presupuestos que tuvo que aprobar con el voto de En Comú Podem, el president dejó sin efectos esa cuestión de confianza que debía producirse a medio mandato. Que uno de los dos partidos que conforman su gabinete, conscientes de que pueden derrocar a Aragonés a pocas semanas de las elecciones municipales, ha colmado la paciencia del mandatario catalán.
El debate de política general, que empezó ayer en el Parlament con el discurso del jefe del Ejecutivo regional y la fijación de posiciones por parte de los primeros grupos parlamentarios, seguirá este viernes tras un paro por el juicio contra la diputada de la CUP Eulàlia Reguant.
Así pues, a menos que se precipiten los acontecimientos y Aragonés opte por echar hoy mismo a Junts -algo que no descartan en su entorno-, lo más seguro es que sea a finales de semana cuando se evidencie el divorcio entre los partidos separatistas. Y que a lo largo de la semana que viene sepamos si Cataluña vuelve de nuevo a las urnas o los partidos buscan alguna fórmula para agotar el mandato. El PSC, tal como reveló OKDIARIO, aseguró a Aragonés la estabilidad si rompía con Junts.