CATALUÑA

La destituida Borràs liderará la oposición de JxCat contra su socio ERC mientras deciden si rompen

El voto a favor de ERC a la suspensión de Borràs ha tensado aún más las relaciones entre los dos socios

Borràs se enfrenta a gritos con la dirección de JxCAT: «Yo vine a hacer la independencia, no dimito»

Laura Borràs
Laura Borràs
Joan Guirado

Laura Borràs no acepta su destitución como diputada y presidenta del Parlament. La líder de Junts per Catalunya fue suspendida recientemente con el voto a favor del PSC, Esquerra Republicana y los Comuns tal como establece el reglamento del Parlament contra aquellos representantes que tengan un procedimiento judicial abierto. Borràs se tendrá que sentar en unos meses en el banquillo de los acusados por varios delitos de corrupción. La ex presidenta del Parlament catalán, que como líder de Junts es la responsable de proponer un nuevo nombre, se niega a ser relevada pese a su suspensión, incumpliendo así el acuerdo con ERC. Laura Borràs, explican en su entorno, liderará desde la presidencia del partido «la oposición» contra sus propios socios en el Govern con la mirada puesta en un más que posible adelanto electoral de las elecciones autonómicas previstas para mayo de 2023.

El artículo 25.4 del reglamento del Parlament obliga a cualquier diputado de la Cámara a dimitir de su escaño si resulta imputado por corrupción. Este es el caso de Borràs, investigada por varios delitos relacionados con la corrupción política. La norma está vigente desde 2017, cuando ERC y JxCAT -que entonces formaban un único grupo parlamentario bajo el paraguas de Junts pel Sí- quisieron ser implacables contra la corrupción, desmarcándose de la antigua Convergencia, acorralada por el 3%. Borràs intentó reformarla, tras acceder a la presidencia del Parlament para protegerse, sin éxito. Los socios y la oposición la han dejado caer y se negaron a darle apoyo a la reforma. Y la líder de Junts no olvida. La inquina contra sus compañeros de Gobierno es total.

El voto favorable de ERC a la suspensión de Borràs, tras negarse a reformar dicho reglamento para impedir llegar a esta situación, ha tensado aún más las relaciones entre los dos partidos que forman el Govern. Pero las desavenencias vienen de lejos. El acuerdo de Esquerra con los Comuns para aprobar los Presupuestos, de espaldas a Junts y dejando fuera de la ecuación a la CUP, o los incumplimientos que los junteros denuncian respecto a la hoja de ruta secesionista, han dinamitado la confianza entre los socios. A todo eso la apuesta de ERC por la mesa de negociación con el Gobierno y la salida de JXCat de la misma han evidenciado que la ruptura es algo más que una opción remota.

Juicio

En esta causa que sentará a la presidenta de Junts per Catalunya y ex presidenta del Parlament en el banquillo de los acusados, la Fiscalía ha reclamado para Borràs una pena de seis años de cárcel y 21 de inhabilitación por los presuntos delitos continuados de prevaricación y falsedad documental. El juez que ha instruido el caso ve «razonabilidad y consistencia» en las acusaciones de la Fiscalía a partir de los indicios recabados en la investigación, y recuerda que la acusación hasta ahora se basa en indicios que no comprometen la presunción de inocencia de los acusados, que se valorará en el juicio. Borràs, pues, podría verse obligada a entrar en prisión en breve.

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