Salud

Tics nerviosos en los niños: Cómo identificar y cómo tratar

Si por ejemplo tu hijo o tu hija tiene un tic en el ojo o en cualquier otra zona de su cuerpo, es probable que haya desarrollado un tic nervioso. Veamos qué son y cómo tratar.

tic en el ojo
Descubre qué son los tics nerviosos en los niños y cómo tratar
Blanca Espada

Algunos niños desarrollan durante su primera infancia pequeños tics nerviosos como por ejemplo un tic en el ojo que hace que parpadee más la cuenta o que mueva la boca sin control. Este tipo de tics suelen tener una explicación, y lo mejor es que suelen ser pasajeros, de modo que vamos a ver a continuación cómo identificar y cómo tratar.

Tics nerviosos en los niños: Cómo identificar y cómo tratar

tic en el ojo

Los tics nerviosos en niños suelen identificarse con movimientos involuntarios, rápidos y repetitivos que aparecen repentinamente y tienen un cierto ritmo.

Cuando se trata de un tic simple, estos generalmente involucran músculos de la cara, hombros, brazos y cuello, produciendo movimientos como parpadeo, fruncir el ceño, sacudir la cabeza, contraer la boca o encogerse de hombros. Estos generalmente desaparecen durante el sueño y al realizar actividades que requieren concentración. Sin embargo, el estrés, la fatiga, la ansiedad y la excitación conducen a una mayor intensidad.

Aunque no lo parezca, son muchos los niños que sufren de este tipo de tics nerviosos, los cuales comienzan en muchas ocasiones cuando el niño inicia su etapa escolar. Según algunos investigadores, los tics son automatismos nerviosos que ayudan a aliviar la tensión, que a menudo desaparecen espontáneamente con el tiempo sin necesidad de tratamiento.

Qué hacer cuando el niño tiene un tic nervioso

La gran pregunta que surge es cuál es la actitud correcta hacia un niño con un tic nervioso. En primer lugar, es crucial tener en cuenta que un tic nervioso, como un tic en el ojo no es algo que se controle fácilmente y solo se puede evitar con esfuerzo y tensión emocional. En segundo lugar, debe entenderse que estos comportamientos a menudo resultan de situaciones estresantes y por lo tanto tienden a desaparecer con el tiempo; así que lo mejor es ignorarlos. Si como hemos mencionado de ejemplo, el niño tiene un tic en el ojo que le hace guiñar el ojo cada dos por tres, no debemos estar insistiendo en que deje de hacerlo. Lo mejor es tranquilizar al niño diciéndole que el tic pronto desaparecerá. Después de transmitir este mensaje, el adulto debe tener una postura coherente, y como decimos, no culpar o hacer comentarios negativos cada vez que surja el tic.

Cuándo preocuparse

Aunque la mayoría de los tics desaparecen espontáneamente, hay casos, aunque raros (un caso por cada 5,000 niños), donde se vuelven crónicos y duran más de un año. Cada vez que el niño tiene tics motores y al menos un tic vocal, podemos estar experimentando el síndrome de Tourette. Este es el trastorno de tics más grave y generalmente se asocia con problemas de relación, aprendizaje, atención, concentración y comportamientos obsesivos y compulsivos. En el tratamiento de este síndrome, es muy importante, en primer lugar, informar al niño, los miembros de la familia y los maestros sobre sus características para que puedan comprender y aceptar el problema en cuestión. En segundo lugar, la terapia psicológica y farmacológica es decisiva. Las actividades deportivas también pueden ayudar.

Por mucho que el tic te moleste y tengas ganas de regañar a tu hijo, controla la irritación y nunca hables del tic con otras personas delante del niño. Al no preocuparte por el problema, estás contribuyendo de manera casi decisiva a hacerlo rápidamente parte del pasado.

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