Ron Clark Academy, el colegio donde todo se aprende mediante la diversión
Elegir la guardería o el colegio a donde se va a llevar a los hijos es una tarea muy complicada, primero porque existen muchas posibilidades y segundo porque hay que elegir entre educación pública, concertada o privada. Pero no sólo por eso, sino también porque se deben tener en consideración otros factores tales como el dinero que hay que abonar, en el caso de que sea privado, los pilares académicos del centro, la reputación, el conjunto de actividades extraescolares que ofrece…
Sin embargo, si a los menores se les diera la oportunidad de elegir el lugar donde quieren estudiar, quizás la mayoría se decantaría por la escuela que existe en Atlanta (Georgia) y que responde al nombre de Ron Clark Academy. ¿Por qué la seleccionarían? Básicamente porque la máxima en esa es que los alumnos tienen la obligación de divertirse, pues se considera que sólo así pueden aprender.
Su origen
Detrás de la puesta en marcha de este centro educativo estadounidense de Secundaria, que es privado y sin ánimo de lucro, se encuentra el hombre que le da nombre: el profesor Ron Clark. Un docente este que decidió abrirlo después de haber trabajado dentro del ámbito de la educación teniendo como alumnos a jóvenes muy conflictivos y con serios problemas, tanto en Harlem como en diversas escuelas rurales.
Fruto de esa experiencia aprendió muchísimo, adquirió una serie de ideas sobre cómo debía ser la educación en pro de todos los estudiantes y realizó diversos proyectos, como libros, que le valieron para recibir distintos premios. Pero finalmente, en 2010, se decantó por conseguir que su manera de entender la formación académica se hiciera realidad con la apertura del mencionado colegio.
Claves importantes de la escuela
Ron Clark Academy, como hemos mencionado al principio, tiene como pilar fundamental el hecho de que los niños se diviertan, esa es su asignatura obligatoria. No obstante, además de eso destaca por otras particularidades notables:
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Su diseño está inspirado en la mítica Escuela de Hogwarts, el colegio de Hechicería donde se forma Harry Potter y sus amigos Hermione y Ron.
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Cuenta con diversos juegos, actividades e incluso instalaciones que parecen atracciones, con el claro objetivo de que los menores se lo pasen en grande y no haya día que no deseen acudir a clase.
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Su filosofía es que estimulando a los estudiantes con juegos y con propuestas que les diviertan, se les incentivará, se les hará más felices y se considera que aprenderán las asignaturas de una manera más sencilla, gracias a la motivación que tendrán.
Normas básicas
El hecho de que todo sea pura diversión no significa que en esta escuela no existen normas. Por supuesto que las hay, se conocen como las 55 normas de Clark, que el mencionado profesor las ha publicado en formato libro. De entre todas esas las más significativas son las siguientes:
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Siempre hay que decir gracias cuando te doy algo. Si lo haces no lo digas a los tres segundos después de recibirlo, porque me lo llevaré otra vez hacia atrás. No hay excusa para no mostrar agradecimiento.
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No guardes los asientos en el comedor. Si alguien quiere sentarse allí, déjale. No se trata de excluir a nadie. Somos una familia y debemos tratarnos unos a otros con respeto y amabilidad.
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Si yo o cualquier otro maestro en la escuela le está hablando o reprendiendo a otro alumno, no mires a ese estudiante. A ti no te gustaría que los demás estudiantes te miraran cuando estuvieras siendo reprendido, por lo que no hay que mirar a los compañeros en esa situación.
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Nunca debes quejarte si la fila es demasiado larga, si la comida no es buena o si hay que esperar. No debes ser negativo para no estropear el disfrute de los demás.
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Después de comer, vamos a limpiar nosotros mismos. Esto incluye la limpieza de las mesas y asegurarse de que no hay basura en el suelo o alrededor de lo que es la zona de comedor. Es importante ser responsable de su basura.
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Cuando viajemos en el autobús, siempre vamos a sentarnos mirando hacia adelante. Nunca nos vamos a dar la vuelta para hablar con otros estudiantes, a pegar la cara en las ventanas o a salir fuera de nuestros asientos. Cuando salgamos del autobús, vamos a agradecer el trayecto al conductor y le diremos que tenga un buen día.
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Si algún niño en esta escuela te está molestando, házmelo saber. Soy tu profesor y estoy aquí para cuidarte y protegerte. No voy a permitir que nadie te haga sentirte incómodo. A cambio sólo te pido que tú no intentes resolver el asunto por tu cuenta, déjame hablar con el estudiante.
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Se positivo y disfruta de la vida. Hay cosas por las que no vale la pena enfadarse. Mantén todo en perspectiva y enfoca la vida de manera positiva.
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Acepta que vas a cometer errores. Aprende y sigue adelante.