Un padre mata a su bebé enferma de cáncer

Perplejos, consternados e incapaces incluso de articular palabra. Así es como nos hemos quedado esta mañana al descubrir la noticia que ha causado un gran revuelo en todo el mundo. Nos estamos refiriendo al suceso que ha tenido lugar en Estados Unidos: un padre ha matado a su bebé enferma de cáncer golpeándola con un bate de béisbol.

¿Dónde ha sucedido?

En tierras norteamericanas, como hemos mencionado, es donde ha sucedido tan trágico y lamentable hecho. Más concretamente el escenario del mismo ha sido la ciudad de Nueva York, que es donde vivían los protagonistas.

Padre e hija

Aunque eran padre e hija ahora se han convertido en verdugo y en víctima respectivamente. El primero es un hombre llamado Ryan Lawrence y la segunda es su pequeña, de 21 meses de edad, que respondía al nombre de Maddox. Una pequeña esta que se encontraba enferma de cáncer y que llevaba ya un tiempo luchando con todas sus fuerzas por superar la patología y tener un presente y un futuro. Sin embargo, en este caso, no ha sido su salud la que le ha impedido cumplir ese sueño sino el varón que le dio la vida.

Los hechos

Celos. Puros celos. Estos parecen ser que son los que ha propiciado la muerte de la niña, pues son los que han hecho que su propio padre decidiera acabar con su vida.

Según se ha dado a conocer a través de distintos medios de comunicación, Maddox, como es lógico, estaba continuamente recibiendo atenciones, cuidados y mimos por parte de su madre y del resto de la familia. Y es que su grave enfermedad requería que estuvieran pendientes de ella, de sus necesidades y también de darle todo el amor y el cariño del mundo, como una manera de reconfortarla y de conseguir que sacara fuerzas de donde incluso ya no tenía para poder luchar contra esa patología.

Sin embargo, no todo el mundo estaba implicado en su cuidado. Parece ser que su padre estaba cansado de que su entorno se dedicara única y exclusivamente a mostrarle amor a la niña y no, por ejemplo, a él.

Por eso, arrastrado por los celos y demostrando una absoluta falta de generosidad y de amor hacia su hija, decidió ponerle fin a la situación. ¿Qué hizo? Tomar la decisión de acabar con la vida de la pequeña Maddox. Así, como ha trascendido a los distintos medios de comunicación, no dudó en coger un bate de béisbol y golpearla hasta matarla.

Después, no dudó en incinerar el cuerpo de la menor, en ocultar sus cenizas en una bolsa y en proceder a trasladarse hasta el río más cercano para, una vez allí, tirarla al agua.

¿Y ahora?

Después de ir recabando distintas pistas y de una investigación a fondo y muy exhaustiva, la Policía ha conseguido descubrir al culpable de la desaparición y asesinato de Maddox: su padre. Por eso, no ha dudado en detenerlo y en meterlo en la cárcel hasta que el juicio sea puesto en marcha.

La sociedad de Nueva York y la de todo el mundo, en general, se encuentra realmente estupefacta, incrédula e impactada con la actitud de ese padre hacia su hija, una menor que, lamentablemente y para más inri, padecía una dura y grave enfermedad como es el cáncer.

Por lo que se ha podido saber los abogados de este hombre van a apostar por utilizar como argumentos de su estrategia de defensa que, además de los mencionados celos que sentía por los cuidados y atenciones que contaba la niña, tenía alterado su estado mental. Así, está previsto que dejen sobre la mesa que desde hace mucho tiempo contaba con ideas suicidas y había intentando hacerse daño a sí mismo en más de una ocasión así como también a la propia menor.

Sin embargo, van a tener en contra numerosas pruebas que no le pondrán nada fácil el conseguir una sentencia lo menos perjudicial posible. Y es que, como se ha publicado a través de varios periódicos, Ryan no estaba enajenado cuando planeó acabar con la vida de la menor. Así lo demuestra el hecho de que existen distintas imágenes de cámaras de seguridad en las que se puede apreciar cómo acudió a un establecimiento comercial para proceder a comprarse una peluca y un bigote con los que poder ocultar su identidad y así no poder ser reconocido.

Pero no sólo eso. Cuando la policía consiguió detenerlo, tenía todo preparado para huir de manera inmediata, contaba con equipamiento típico de quien acampa en el bosque y disponía de un singular libro donde se daban varias claves para lograr no ser capturado y poder escapar de las autoridades sin dejar pistas.

Después de lo ocurrido, lo único que queda es confiar en la justicia y en que el responsable de tan cruel asesinato no quede impune.