Cuidados del bebé

No hay que despertar a los bebés ¿Verdad o mito?

¿Se debe despertar al bebé mientras duerme o es algo que puede afectar a su desarrollo?

Descubre cuáles son las fases del sueño del bebé

El sueño del bebé: aspectos que influyen en la calidad del descanso

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Descubre si es bueno o no despertar a los bebés
Blanca Espada

El sueño de los bebés es uno de los temas que más preocupan y confunden a los padres, especialmente a los primerizos. Hay muchas dudas y mitos al respecto, y uno de ellos es el de si hay que despertar o no a los bebés cuando duermen. ¿Es bueno o malo para su salud y su desarrollo? ¿Depende de la edad o del momento del día? ¿Qué consecuencias puede tener? A continuación intentaremos responder a estas preguntas y dar algunos consejos para ayudarte a gestionar el sueño de tu bebé y responder a la pregunta de si no hay que despertar a los bebés ¿Verdad o mito?

No hay que despertar a los bebés ¿Verdad o mito?

El sueño es una función vital para todos los seres humanos, pero especialmente para los bebés. Durante el sueño, el cerebro procesa la información, consolida la memoria, regula las emociones y libera hormonas del crecimiento. Además, el sueño favorece el sistema inmunológico, el metabolismo y el equilibrio energético. Por todo ello, el sueño es esencial para el desarrollo físico, cognitivo, emocional y social de los bebés.

¿Cuánto deben dormir los bebés?

La cantidad de sueño que necesita un bebé depende de su edad, su peso, su salud y su personalidad. No hay una regla fija ni universal, sino que cada bebé tiene su propio ritmo y sus propias necesidades. Sin embargo, se pueden establecer unas medias orientativas según las etapas de crecimiento:

  • Recién nacidos (0-3 meses): entre 14 y 18 horas al día, repartidas en varios periodos de sueño-vigilia que duran entre 2 y 4 horas. No distinguen entre el día y la noche, y se despiertan por hambre, frío, calor o incomodidad.
  • Bebés (3-12 meses): entre 12 y 15 horas al día, repartidas en dos o tres siestas durante el día y un sueño nocturno más largo. Empiezan a regular su reloj biológico y a adaptarse a los ciclos de luz-oscuridad. Se despiertan por hambre, sed, dolor, ruido o ansiedad.
  • Niños pequeños (1-3 años): entre 10 y 14 horas al día, repartidas en una o dos siestas durante el día y un sueño nocturno más consolidado. Tienen un sueño más profundo y más estable, pero también pueden tener dificultades para conciliarlo o mantenerlo. Se despiertan por pesadillas, terrores nocturnos, miedos o cambios.

¿Hay que despertar a los bebés cuando duermen?

La respuesta a esta pregunta no es sencilla ni única, sino que depende de varios factores. En general, se recomienda respetar el sueño de los bebés y dejarlos dormir todo lo que necesiten, siempre que no haya una razón médica o de seguridad que lo impida. Sin embargo, hay algunas situaciones en las que puede ser conveniente o necesario despertar a los bebés cuando duermen:

  • Cuando son recién nacidos y tienen bajo peso o problemas de salud: en estos casos, puede ser necesario despertarlos cada 2 o 3 horas para alimentarlos y asegurar su correcta nutrición e hidratación. El pediatra te indicará la frecuencia y la cantidad adecuadas según el caso.
  • Cuando tienen problemas para ganar peso o crecer: en estos casos, puede ser necesario despertarlos cada 4 o 5 horas para alimentarlos y estimular su apetito y su metabolismo. El pediatra te indicará la frecuencia y la cantidad adecuadas según el caso.
  • Cuando tienen problemas para dormir por la noche: en estos casos, puede ser conveniente despertarlos durante el día para evitar que duerman demasiado y alteren su ritmo circadiano. Lo ideal es que no duerman más de 2 o 3 horas seguidas durante el día y que no duerman después de las 17:00 horas.
  • Cuando tienen problemas para adaptarse a un horario: en estos casos, puede ser conveniente despertarlos a una hora fija por la mañana para ayudarles a regular su reloj biológico y a sincronizarse con el ciclo de luz-oscuridad. Lo ideal es que se despierten entre las 6:00 y las 8:00 horas, según su edad y su rutina.
  • Cuando tienen que cumplir con una cita o un compromiso: en estos casos, puede ser necesario despertarlos para llevarlos al médico, a la guardería, a visitar a la familia, etc. Lo ideal es que se haga con suficiente antelación y de forma suave y gradual, evitando los ruidos bruscos o las luces fuertes.

¿Cómo despertar a los bebés cuando duermen?

Si tienes que despertar a tu bebé cuando duerme, lo mejor es que lo hagas de forma suave y gradual, respetando su ritmo y su estado de ánimo. Aquí te damos algunos consejos para hacerlo:

  • Abre las cortinas o enciende una luz tenue para que entre la claridad en la habitación.
  • Acércate a su cuna o a su cama y háblale con voz dulce y cariñosa, llamándole por su nombre y diciéndole que es hora de despertarse.
  • Tócale con delicadeza la cara, las manos o los pies, y hazle cosquillas o masajes suaves para estimular sus sentidos.
  • Cógelo en brazos y abrázalo con ternura, dándole besos y mimos para transmitirle seguridad y afecto.
  • Cántale una canción, cuéntale un cuento o ponle una música relajante para animarle y distraerle.
  • Ofrécele el pecho, el biberón o un poco de agua para hidratarle y reactivarle.
  • Cámbiale el pañal, la ropa o el pijama para refrescarle y prepararle para el día.
  • Llévalo a otra habitación donde haya más luz, más sonido y más movimiento para que se adapte al ambiente.

¿Qué consecuencias puede tener despertar a los bebés cuando duermen?

Despertar a los bebés cuando duermen puede tener algunas consecuencias negativas tanto para ellos como para los padres. Algunas de ellas son:

  • Alterar su ciclo de sueño-vigilia y provocarles desajustes horarios, insomnio o somnolencia.
  • Reducir la calidad y la cantidad de su sueño y afectar a su salud y su desarrollo.
  • Aumentar su irritabilidad, su llanto, su estrés y su ansiedad.
  • Disminuir su apetito, su energía y su ánimo.
  • Dificultar su aprendizaje, su memoria y su concentración.
  • Generar conflictos, tensiones y frustraciones en los padres.
  • Reducir el tiempo y la calidad del sueño de los padres y afectar a su salud y su bienestar.

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