Cuidados del bebé

Familias del Futuro: Cómo la disminución de parientes afecta los cuidados del bebé

Un estudio reciente muestra la evolución de las estructuras de parentesco hasta el año 2100

Ser abuelo y cuidar de los nietos te puede hacer vivir más… Si lo haces con moderación

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Cómo van a cambiar las familias
Blanca Espada

La imagen de los abuelos jugando en los parques con sus nietos, contando historias y transmitiendo sabiduría de generación en generación, es una estampa que ha definido la cultura familiar en España durante décadas. Esta tradición, arraigada en el corazón de la sociedad, no solo refleja el fuerte vínculo intergeneracional, sino que también ha sido un pilar en la crianza y el cuidado de los más jóvenes. Sin embargo, los cambios demográficos y sociales apuntan a una transformación en el tejido de nuestras familias, una que podría alterar profundamente estas dinámicas familiares e impactar de forma profunda en la sociedad y en esa «crianza» de los niños por parte de los abuelos.

En los últimos años, hemos sido testigos a nivel global de una disminución en la tasa de natalidad y un aumento en la esperanza de vida. Estos factores, combinados con tendencias hacia una fertilidad más tardía, están remodelando la estructura de las familias y, por ende, la distribución de roles en el cuidado de los niños. Las estadísticas actuales sugieren que, mientras que en el pasado era común que los niños crecieran rodeados de numerosos hermanos, primos y otros parientes cercanos, el futuro podría presentar un escenario muy diferente ante las estructuras y tipos de familias.

En nuestro país este cambio podría ser mucho más impactante si tenemos en cuenta lo mencionado: la tradición de los abuelos españoles involucrados en la crianza de sus nietos y que es más que una simple costumbre; es un reflejo de la estructura familiar y de los valores que han sostenido a nuestra sociedad a lo largo de generaciones. Sin embargo, llega ahora el estudio que lo cambia todo. Llamado «Projections of human kinship for all countries» (Proyecciones del parentesco humano para todos los países) sugiere que esta imagen está destinada a cambiar.

El estudio sobre cómo van a cambiar las familias

El estudio, liderado por el demógrafo Diego Alburez-Gutiérrez, proyecta una disminución significativa en el número de parientes que una persona tendrá hacia finales de este siglo, lo que podría tener un impacto considerable en el cuidado de los más jóvenes.

El estudio destaca que, debido a la baja natalidad y al aumento de la esperanza de vida, es probable que un bebé nacido en el futuro tenga menos hermanos, primos y tíos, pero más abuelos y bisabuelos. Sin embargo, la creciente brecha generacional y los desafíos del envejecimiento podrían limitar la capacidad de estos parientes mayores para proporcionar el mismo nivel de cuidado y atención que las generaciones anteriores ofrecían.

«Nos preguntamos cómo afectará el cambio demográfico a la ‘dotación’ de parentesco en el futuro», explica Alburez-Gutiérrez en declaraciones que recoge el portal mpg. «¿Cuál era el tamaño, la estructura y la distribución por edades de las familias en el pasado y cómo evolucionarán en el futuro?» Para el estudio, los investigadores analizaron datos históricos y proyectados de la revisión de 2022 de las Perspectivas de Población Mundial de las Naciones Unidas. «Utilizamos modelos matemáticos para representar la relación entre una persona, sus antepasados ​​y sus descendientes en un período de tiempo determinado. El modelo proporciona distribuciones promedio de edad y sexo para diferentes tipos de parentesco para cada año calendario», dice Alburez-Gutiérrez. Se calcularon 1000 historias de parentesco para cada país.

Cómo afectará a las familias de 2100

La investigación de Alburez-Gutiérrez no solo se centra en la disminución numérica de los parientes, sino también en cómo esta tendencia afectará la calidad y la naturaleza del apoyo familiar. Para el año 2100, se espera que una mujer de 65 años tenga aproximadamente 25 parientes vivos, en comparación con los 41 que podría haber tenido en 1950. Esta reducción del 38% en el número de parientes vivos resalta la necesidad de adaptar nuestras políticas y sistemas de apoyo para compensar la disminución de la red familiar natural.

El estudio subraya la importancia de invertir en servicios de cuidado infantil y en el apoyo a las personas mayores para aliviar la carga de aquellos que envejecen con menos recursos familiares. A medida que avanzamos hacia el 2100, es crucial que las sociedades reconozcan y se preparen para estos cambios demográficos, asegurando que las infraestructuras de apoyo estén en su lugar para mantener la salud y el bienestar de todas las generaciones.

En conclusión, las familias del futuro se enfrentarán a desafíos únicos que requerirán soluciones innovadoras. La disminución de parientes no solo cambiará la forma en que cuidamos a nuestros bebés, sino que también transformará la experiencia de la familia en sí. A través de la inversión en cuidado infantil y en el apoyo a las personas mayores, podemos crear una sociedad que, aunque diferente en estructura, siga siendo rica en conexiones y apoyo mutuo. Lo que plantea el mencionado estudio nos invita a actuar ahora para garantizar un futuro donde, a pesar de los cambios en la dinámica familiar, el espíritu de comunidad y cuidado continúe floreciendo.

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