Cuidados del bebé

Cuánta agua deben beber los bebés: pautas para una hidratación adecuada

A partir de los 6 meses es cuando los bebés pueden beber agua pero la cantidad dependerá del peso y la actividad que hagan a medida que crecen.

agua bebés
Qué cantidad de agua deben beber los bebés

¿Cuánta agua deben beber los bebés? Hace poco ya os hablamos a partir de qué edad es aconsejable que los bebés began agua, pero debemos tener también claro las cantidades y de este modo conseguir que el bebé, y también los niños pequeños, estén bien hidratados.

Cuánta agua deben beber los bebés: pautas para una hidratación adecuada

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Sabemos de la importancia de beber al menos litro y medio o dos litros de agua para poder llevar una vida saludable, no retener líquidos, estar hidratados e incluso, perder peso. Pero ¿Cuánta agua deben beber los niños?.

Muchas veces nos centramos demasiado en la alimentación del bebé y no tenemos en cuenta su hidratación. Y si a esto le sumamos el que en los bebés, la sensación de sed está muy poco desarrollada de modo que no nos van a pedir que les demos agua, por lo que deberemos tener claras las cantidades en función de la edad.

Cuánta agua beber según la edad

El primer factor a considerar a la hora de determinar la cantidad de agua que debe beber un niño es la edad. Por norma general, la necesidad de agua es mayor en recién nacidos y lactantes (100-190 ml por kilo por día), debido a factores que se relacionan con la composición corporal, mayor recambio de líquidos y crecimiento más rápido en comparación con edades posteriores. Los niños entre 6 meses y 3 años de edad deben beber entre 600-900 ml por día; mientras que los niños en edad escolar alrededor de 1100 ml; y los adolescentes aproximadamente 1500-2000 ml.

En el caso concreto de los bebés, es importante señalar o recordar, que los lactantes tienen suficiente con la leche materna que ya tiene agua. En el caso de que no se disponga de leche materna, se deben utilizar aguas mínimamente mineralizadas (residuo fijo menor a 50 mg / L) o poco mineralizadas (residuo fijo entre 50 y 500 mg / L) para mezclar con las fórmulas adaptadas, que tienen un contenido de nitratos igual o inferior a 10 mg / L. A partir del año de vida también se pueden añadir aguas minerales o de manantial con un residuo fijo inferior a 1500 mg / L .

Actividad física e hidratación

Por otro lado, entre los factores a tener en cuenta en cuanto a la hidratación del bebé se encuentra también la actividad física. Un niño que juega baloncesto, va a nadar o juega fútbol tendrá una mayor necesidad de agua.

En el caso de que el niño esté haciendo ejercicio, es importante incrementar la ingesta, siendo aconsejable una prehidratación,  antes de iniciar la actividad deportiva, entre 90-180 ml (hasta 40 kg de peso corporal) y 180-360 ml (si el peso del niño es superior a 40 kg).

Además, durante la actividad física se recomienda tomar al menos 150-240 ml cada 20 minutos; al final de la actividad se sugiere un ingreso entre 220 y 330 ml / kg de peso para reponer las pérdidas (también teniendo en cuenta la intensidad de la actividad física y el alcance de las pérdidas) .

¿Podemos darle a los niños agua con gas?

Son muchos los niños, que ya desde muy pequeños, muestran predilección por el agua con burbujas, pero lo cierto es que las aguas minerales que añaden dióxido de carbono no se recomiendan antes de los 4 años, mientras que las efervescentes naturales se pueden utilizar en a partir del primer año, después de haber reducido ligeramente la efervescencia (agitándola y facilitando la salida de gases). Por tanto, conviene optar por el agua natural, evitando que los más pequeños adopten el hábito de pedir agua con gas.

¿Podemos dar a los niños agua fría?

Cuando avanza el calor, el agua fría se convierte en una fuente para refrescarse. Pero cuidado: los niños solo deben beber agua a temperatura ambiente. Esto se debe a que en realidad, los niños y en especial si son pequeños, son muy sensibles a la temperatura del agua que beben .

Beber agua fría puede provocar trastornos gástricos, a veces incluso graves como la congestión. Por este motivo, siempre se debe ofrecer agua a temperatura ambiente, lo más similar posible a la temperatura corporal, preferiblemente en pequeños sorbos y varias veces.

Por otro lado, será bueno añadir que tampoco es aconsejable sumergirlos en agua demasiado fría inmediatamente después de comer, y además, es preferible evitar hacerlos beber agua muy fría durante la digestión. De hecho, cuando se recluta una gran cantidad de sangre en el intestino para apoyar los procesos digestivo, un cambio repentino en la temperatura del cuerpo (causado por la ingestión de agua fría o por inmersión en agua fría) puede conducir a un desequilibrio circulatorio , lo que resulta en un flujo sanguíneo deficiente a órganos, como el cerebro y el intestino.

¿Podemos darles infusiones o bebidas refrescantes?

Son muchos los bebés a los que se les infusiones, con el objetivo de calmarlos o ayudarlos a dormir, pero lo cierto es que no son nada aconsejables porque puede interferir en la regularidad del ritmo hambre-saciedad (que también depende de la dilatación del estómago, que se llena incluso solo de agua), y porque además se trata de sustancias no previstas en la alimentación natural del recién nacido.

Solo a partir de los 6 meses, se puede introducir agua con el destete. Pero en general, los niños menores de 5 años no deben beber nada más que agua y en el caso de elegir darles un jugo de frutas, deberás ser a partir del año.

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