10 cosas que pasan cuando eres la hermana pequeña

No ser hijos únicos supone ocupar un rol concreto de la familia. Así, convertirse en el hijo mayor o en el menor trae aparejado tener que hacerle frente a situaciones concretas y determinadas por su posición dentro del conjunto de los hermanos. Sí, así te lo mostramos en un artículo anterior, donde te dimos a conocer qué supone ser el primogénito.

Pues bien, ahora lo que queremos es analizar a qué cosas tienen que enfrentarse las hermanas pequeñas. Si tú tienes este papel en tu familia, posiblemente te sientas identificada con una o más de las situaciones que planteamos a continuación:

1-Eras la consentida

Aunque no lo quieras reconocer delante de tus hermanos, lo sabes: eras la consentida de la familia. El hecho de ser la más pequeña propició, desde el momento que naciste, que tus padres, posiblemente cansados de “combatir” con los demás hijos, te permitieran más caprichos y accedieran a darte licencias de las que el resto no disfrutó.

2-Siempre te conocen como “la hermana pequeña de…”

Ser la menor tiene sus cosas buenas y sus cosas malas y entre estas últimas se encuentra que seas una gran desconocida. ¿Por qué? Sencillamente porque para alguna gente no eres Ana, Carmen, Luisa o Victoria sino la hermana pequeña de…Eso es así.

3-Heredaste la ropa de tu hermana

Una de las desventajas de las que quejan muchas mujeres que son las pequeñas de la familia es que tardaron mucho tiempo en poder estrenar ropa, ya que crecían vistiendo con la que heredaban de sus hermanas. De ahí que soñaran cada noche con el día en el que, por fin, podrían ir a la tienda y comprarse una camiseta, un pantalón o un jersey que no hubiera pasado por ninguna mano antes y que se ajustara por completo a sus gustos.

4-Tu hermana era la responsable de tus travesuras

Entre las cosas positivas que tiene ser la hermana pequeña es que de niñas siempre era la que se libraba de los enfados y las regañinas de los padres cuando cometían cualquier travesura. En ese caso, siempre la bronca recaía en la mayor, que, fuera o no culpable, no podía rebatir los argumentos de los adultos pues esos siempre la hacían callar con la siguiente frase: “tu hermana es pequeña y no sabe lo que hace, la mayor y responsable eres tú”.

5-Los profesores te odiaban o querían en función de tu hermana

Igual que heredan la ropa de las mayores, las menores heredan las filias o fobias que esas hubieran generado en el colegio o en el instituto. Así, los maestros y profesores, las “enchufaban” o las detestaban en función de la relación, el comportamiento y el buen o mal rollo que generaron sus hermanas en clase antes que ellas. Era de esta manera y poco podían hacer por cambiar las cosas.

6-Tenías siempre a una guardaespaldas particular

Las hermanas pequeñas en la escuela se sentían como grandes divas y eran kamikazes. Así, hacían lo que les venía en gana y discutían o peleaban cuando era necesario y con quien fuera, ya que sabían que tenían a su guardaespaldas particular que las defendía a toda costa: sus hermanas mayores.

7-Eras el objetivo de todas las bromas

Cualquier hermana menor sabe que era la consentida en casa, pero también el objetivo de todas las bromas. Y es que su inocencia hacía que tanto sus padres como su hermana la convirtieran en una víctima fácil.

8-Contabas con un tutor, además de tus padres

Si los padres están todo el día encima, controlando y vigilando que se vaya por buen camino, ni que decir tiene que eso es algo que también hacen las mayores. Por eso, las pequeñas siempre deben lidiar con los progenitores y con sus hermanas, que incluso llegan a ser más dictatoriales y estrictas si cabe.

9-Tenías el camino abierto

Una gran ventaja de ser la hermana menor es que ya no hay que pelear con los padres con la edad para salir por la noche o sobre la hora de volver a casa, eso es algo que han batallado antes las mayores, por lo que, en ese caso, sólo quedará vivir de lo conseguido por esas.

10-Eras y eres objetivo de las comparaciones

Aunque siempre se les dice a los padres que, bajo ningún concepto, deben comparar a sus hijos, acaban haciéndolo, especialmente cuando se trata de los estudios. Por eso, las pequeñas que han tenido a hermanas inteligentes y estudiosas, han tenido que escuchar una y otra vez como se les decía “aprende de tu hermana”, “mira que bien le va”, “a ver si sigues sus pasos y te conviertes en una mujer de provecho”…

¿Te identificas con estas situaciones siendo la hermana pequeña?