Cómo ayudar a los hijos hiperactivos
Tener un hijo hiperactivo no es nada fácil. Y es que, en la mayoría de las ocasiones, los padres no saben cómo actuar ante su impulsividad, su incapacidad para estar quieto, su falta de concentración o nerviosismo.
Por eso, se hace necesario que los adultos acudan al ámbito médico adecuado para que le establezca a su pequeño el tratamiento más idóneo para su situación. De esta manera, se conseguirá, en la medida de lo posible, reducir a la mínima expresión todos los síntomas que presenta e incluso se logrará que aprenda por sí solo a tener bajo control sus impulsos.
No obstante, además de seguir las indicaciones de los profesionales especializados en hiperactividad, es fundamental que los padres lleven a cabo una serie de acciones que, de manera indudable, ayudarán al niño y mejorarán tanto su calidad de vida como la de toda la familia:
1-Actividades al aire libre
Una energía desbordante es la que manifiesta en todo momento el niño hiperactivo, lo que supone que le sea casi imposible no sólo parar quieto mucho tiempo sino también dormir del tirón muchas horas. Por ese motivo, se recomienda que sus padres opten por preparar con el pequeño frecuentes actividades al aire libre, en espacios abiertos, donde pueda jugar libremente, moverse sin obstáculos y liberar toda esa adrenalina. Así, se sentirá feliz, liberará tensiones y luego le será más fácil poder conciliar el sueño llegado el momento.
Alternativas en este sentido son salir al parque, ir a la playa o a la piscina en épocas de verano, practicar algún deporte, realizar rutas senderistas…
2-Jugar
A todos los niños les gusta jugar, por tanto, a los hiperactivos también. Pero en su caso, divertirse así les ayuda además a aprender multitud de aspectos de una forma entretenida y les permite descargar toda la energía que llevan dentro. Todo eso sin pasar por alto que es, de igual modo, una forma muy útil para que puedan mejorar su capacidad de concentración.
3-Controlar su alimentación
Cualquier pequeño debe tener una dieta que sea sana, completa y variada, en pro de su crecimiento y salud. Eso supone que no se incluyan o se minimicen lo máximo posible el consumo de ciertos alimentos que les hacen engordar y sólo añadir azúcares y grasas a su organismo. Unas reglas estas que también, como es lógico, se refieren a la alimentación del niño hiperactivo, en la que especialmente importante que no estén presentes ni dulces ni chucherías. ¿Por qué? Porque el azúcar lo que hace es aumentar, hasta en tres veces según los expertos, la energía que ya tiene.
4-Imponer normas
A la hora de ayudar al pequeño con el trastorno que nos ocupa, es necesario que los adultos impongan una serie de normas en casa para que las cumpla. Y es que es importante que sea consciente de que los padres son comprensibles con su problemática y le apoyan, pero una cosa es eso y otra que se le dejé hacer todo por la misma.
Para educarlo, desde el principio es importante que asuma que hay límites y obligaciones que todos deben cumplir en el hogar en pro de la convivencia y el respeto.
5-Diálogo y comunicación permanente
Importante es, de igual manera, que los padres mantengan una comunicación permanente con el hijo hiperactivo. Y es que así podrán conocer qué le pasa o qué siente, poder atender las necesidades que tenga y comprenderle. De la misma manera, eso aumentará la autoestima del menor, que sabrá que le entienden, que le apoyan y le respaldan.
Eso sí, es vital que cuando se mantenga un diálogo con el niño, se haga con un lenguaje sencillo y directo, adecuado a su edad y su capacidad de comprensión.
6-Demostrarle el cariño
Todos los pequeños necesitan saber que tienen el cariño y el amor de sus padres, y más aún en el caso de los que cuentan con hiperactividad, porque es la forma de que no sientan rechazo, de que tengan buena autoestima y de que sepan que no se les critica por el trastorno que sufren.
7-Crear rutinas
Por supuesto, otra medida que se recomienda llevar a cabo en cualquier hogar con un pequeño hiperactivo es imponer rutinas y hábitos en aspectos tales como los horarios de las comidas, la higiene personal, la realización de tareas e incluso la salida al parque con los amigos. Esta es una acción que le ayudará a poder tener bajo control su ansiedad, a ordenar su día a día e incluso a disponer de la tranquilidad que necesita.
Con estas siete sencillas recomendaciones los papás estarán poniendo su granito de arena para que su pequeño con el trastorno que nos ocupa pueda tener una mayor calidad de vida, mejore su capacidad e concentración, aumente su autoestima y tenga la oportunidad de liberar la energía que necesite sin causar molestias a nadie.