Cuidados del bebé

Andador para el bebé: ¿Cuáles son sus ventajas y desventajas?

andador para el bebé
Los pros y los contras del uso del andador en el bebé
Blanca Espada

Hasta hace unos años, el andador era un verdadero «must», un objeto presente en todos los hogares donde había un bebé. Y, si lo piensas bien su necesidad era más que obvia: cuando un bebé de 8 a 10 meses comienza a gatear o ponerse de pie, ¿Qué mejor que colocarlo en el andador para que pueda caminar seguro? Sin embargo también existen algunos «contras» que se deben tener en cuenta a la hora de usar este elemento, de modo que os hablamos ahora sobre el andador para el bebé y de cuáles son todas sus ventajas así como desventajas.

Andador para el bebé: ¿Cuáles son sus ventajas y desventajas?

Puede que seas de las personas que creció usando el andador y que no dudó a la hora de comprarlo para sus hijos, pero lo cierto es que en la actualidad el uso del andador para el bebé es un tema que tiene tanto defensores como detractores y estos últimos además, parecen ser mayoría.

De hecho, en los últimos tiempos, el uso del andador ya no está de moda. Y esto es por razones de salud y seguridad. Sí, porque la mayoría de los pediatras y especialistas en desarrollo infantil están de acuerdo en que el andador es un obstáculo para el crecimiento natural de nuestros niños de modo que vamos a ver por qué.

Que es el andador

Como bien sabéis, el andador es una estructura con ruedas a la que se fija un asiento, una especie de braguita en la que meter al niño que empieza a dar sus primeros pasos, pero que aún no es autónomo y no puede caminar. Los más modernos están “equipados” con un estante al frente con juguetes, como muñecos, bolas de colores que el niño puede girar o botones para presionar y poner la música.

Para que sirve el andador

El objetivo del andador debe ser ayudar al bebé a aprender a caminar o al menos a dar los primeros pasos, colocando un pie delante del otro. Los expertos, en cambio, argumentan que el andador no favorece la maduración armónica entre la capacidad de percibir la realidad, el deseo de moverse y la capacidad real de hacerlo.

¿Por qué no usar el andador?

Según los expertos contrarios al uso del andador, al estar sentado dentro y tener la posibilidad de moverse tanto de pie como sentado, el bebé no desarrolla el sentido del equilibrio. A menos que se vuelque (algo que por otro lado puede pasar), el andador evita que el bebé se caiga, algo qu een teoría puede ser visto como algo bueno pero que en realidad es todo lo contrario. Pensemos en que cuando el bebé se cae, aprende una «lección» importante porque le permite entender lo que le puede pasar y cuáles son sus límites, ser un poco más cauteloso y aprender de sus errores. Por supuesto, a todos nos preocupan las caídas de nuestros hijos, pero sobre todo cuando son pequeños son necesarias. Suena a locura, pero lo cierto es que así es.

Otro problema con el andador es que la postura del bebé no es saludable. Además de estar con las piernas entreabiertas (y para las caderas no es lo mejor), el pequeño se pone de puntillas. Y eso tampoco es bueno.

Un rotundo no al andador vino de la Academia Estadounidense de Pediatría y en Canadá incluso están prohibidos. En definitiva, parecería mucho más saludable dejar a los pequeños en el suelo, gateando todo el tiempo que sea necesario y libres para poder levantarse o dar sus primeros pasos, por ejemplo empujando su cochecito o una silla pequeña. Evidentemente, no deben dejarse completamente solos. Y aquí vamos al quid de la cuestión: el andador es cómodo para los padres que no se ven obligados a permanecer inclinados sobre sus hijos o sentados en el suelo.

Consejos para usar el andador

En cualquier caso, si aún decides usarlo, quizás en determinados momentos del día, intenta respetar su buen uso. Lo más importante de todo es que nunca dejes que el bebé se aleje con el andador: los niños pueden ser rápidos como un rayo, especialmente si ven que con el andador no se caen. Un momento de distracción es suficiente y pueden dirigirse rápidamente hacia las escaleras o la chimenea encendida o quitar el mantel de la mesa, acabando con todo encima. Y tampoco abuses del andador. Puede estar bien usarlo para controlar al bebé un momento, pero no debe ser nunca un elemento que usar para que el bebé esté metido dentro y de este modo sepas que no se va muy lejos.

¿Qué andador comprar?

Si analizando «pros» y «contras» te decantas por comprar un andador, será bueno elegir modelos seguros, que estén certificados y homologados según la normativa vigente. No debe haber piezas fácilmente desmontables (incluidas las pinturas) o mecanismos de bloqueo en los que los niños puedan meter los dedos. Hay andadores que tienen un mecanismo de seguridad particular que los bloquea cuando están cerca de un escalón. Fundamental para evitar accidentes.

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