El Gobierno de Sánchez baraja trasladar el centro de control del aeropuerto de Palma a Barcelona

El Gobierno de Pedro Sánchez, en concreto el Ministerio de Transportes de quien depende la empresa pública ENAIRE, baraja el traslado del centro de control del aeropuerto de Palma a Barcelona. El primer paso en esta dirección fue el desmantelamiento hace año y medio de los servidores informáticos del aeródromo de Palma que están operativos en el aeropuerto catalán Josep Tarradellas-El Prat, en concreto, en el centro de control de Gavà.

Esta medida política, que aún no es firme, supondría la eliminación de la Región de Control Balear y el traslado de sus 340 trabajadores a la Región Este, ubicada en Barcelona, si bien en estos momentos ENAIRE trabaja en el diseño del cambio de ubicación dentro de aeropuerto de Palma del centro de control.

Una iniciativa que el comité de trabajadores rechaza por los inconvenientes que tendría para la plantilla, obligada a desplazarse a pie durante un cuarto de hora al nuevo emplazamiento. Por ello, apuestan por la construcción de una nueva sede para la supervisión de la navegación aérea de ruta y aproximación, en el aeródromo mallorquín de Son Bonet (Marratxí).

Sin embargo, por ahora ENAIRE no contempla esta posibilidad y aboga por el traslado al nuevo emplazamiento en Son Sant Joan y baraja su destino final en el aeropuerto del Prat. Una opción contra la que públicamente han expresado este jueves su rechazo el PP y los independentistas de Més, socios de socialistas y Podemos en el Govern balear, presidido por Francina Armengol.

Los populares han exigido garantías sobre la continuidad del centro de control de Palma ante la «falta de compromiso» del Gobierno de Sánchez en su respuesta a la batería de preguntas formuladas sobre el tema en el Congreso.

En un comunicado, el principal partido de la oposición en las Islas ha precisado que si bien ENAIRE asegura que no figura entre sus planes el traslado del centro de control de Palma a Barcelona, «se echa en falta un compromiso en el largo plazo dada la importancia de esta instalación para Baleares».

Los populares presentaron el pasado mes de marzo una batería de preguntas sobre la cuestión ya que «consideran estratégica la conservación de esta instalación en las Islas, tanto por la importancia de la conectividad con el archipiélago, como por la gestión de los vuelos interislas, así como por la importancia de mantener los actuales puestos de trabajo».

El diputado balear del PP en el Congreso, Miquel Jerez, exigió «mayores garantías» dada «la falta de compromiso a largo plazo».

«No nos podemos fiar de la palabra del Gobierno de Sánchez y no nos gustaría que, en su idilio con el independentismo, la navegación aérea pudiera ser en algún momento moneda de cambio”, criticó Jeréz.

Por su parte, el diputado independentista de Més en el Parlament balear Josep Ferrà y el senador autonómico Vicenç Vidal han expresado su sospecha de que ENAIRE quiera eliminar la Región de Control Balear y trasladar a Barcelona sus 340 puestos de trabajo de calidad.

Para Més, si se materializa el cierre de esta Región de Control Balear se perdería la «capacidad de control de los vuelos interislas, por lo que sería un gran perjuicio para los baleares» y ha censurado que AENA anteponga el «beneficio económico sobre la oferta de un servicio de calidad, la seguridad y unas condiciones de trabajo dignas», en un sector que ha considerado «clave» para la «cohesión» de Baleares.

«Siempre se ha dicho que AENA tenía la llave de acceso a Baleares, que controlaban su capacidad de carga, que decidían el futuro sin los baleares pero ahora se sabe que AENA prioriza el negocio a la seguridad y la conexión entre las islas», ha apostillado el senador Vidal.