Independentismo en Cataluña

Sánchez se plantea traspasar el puerto y el aeropuerto de Barcelona para contentar a Aragonès

Pedro Sánchez Pere Aragonès
Pedro Sánchez y Pere Aragonès en La Moncloa, en una imagen de archivo. (Foto: EFE)
Joan Guirado

Aunque de la primera reunión de la comisión bilateral Estado-Generalitat, prevista para el lunes 2 de agosto en Madrid, no se esperan grandes titulares, como tampoco concesiones ni acuerdos, el Gobierno de Pedro Sánchez trabaja ya en intentar rebajar la tensión con el Govern de Pere Aragonès a cambio de nuevas transferencias. Ceder la gestión del aeropuerto Josep Tarradellas-Barcelona El Prat y del Puerto de Barcelona son dos de las carpetas que la nueva ministra de Transportes, Agenda Urbana y Movilidad, Raquel Sánchez Jiménez, tiene sobre la mesa para estudiar.

El traspaso de las dos grandes infraestructuras a la Generalitat, que generan importantes beneficios por su elevado número de operaciones, es una de las principales reivindicaciones de los diferentes gobiernos autonómicos catalanes. El Ejecutivo de Pere Aragonès también reclama la transferencia de la Zona Franca de Barcelona, algo por lo que el Gobierno no parece estar por la labor. De momento Moncloa se ha abierto a estudiar las peticiones, como hace unos meses lo hizo con la del Gobierno del País Vasco con el sistema de prisiones, ya transferido. Pero eso «en ningún caso quiere decir que ya esté decidido».

La cesión de la gestión de dos de las principales infraestructuras de Cataluña, y por ende la recaudación de todo lo que generan, podría ser una buena fórmula para compensar económicamente a la Generalitat sin recurrir a beneficios fiscales, algo que provocaría las quejas de otras autonomías. El Gobierno de Pedro Sánchez, tras la concesión de los indultos a los políticos catalanes condenados por el procés, está dispuesto prácticamente a todo a cambio de mantener el apoyo imprescindible de los grupos separatistas en el Congreso y de garantizarse cierta paz social en Cataluña tras lo vivido durante los últimos años. Por eso «dar aire» a Pere Aragonès, aseguran en Moncloa, «es clave». Todo mientras el separatismo amenaza a Moncloa con volver a repetir el golpe.

Pactar el referéndum

Los representantes de la Generalitat que se sentarán en la mesa bilateral con el Estado volverán a poner sobre la mesa «la necesidad» de acordar un referéndum de secesión para dar voz a los catalanes. Es la premisa con la que viajará la delegación catalana a Madrid. Desde Moncloa descartan por ahora incluir ese punto en el orden del día, pese a que Sánchez trabaja discretamente para satisfacer los intereses de ERC y JxCAT. Hace unos días, el estratega de cabecera de los socialistas catalanes, Gabriel Colomé, reveló que el presidente planeaba la celebración de un referéndum tras los comicios de 2024. El ministro Miquel Iceta, como líder de la federación catalana del PSOE, ya se ha pronunciado en distintas ocasiones a favor votar la relación con el Estado.

Por su parte, la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, cree que «hay que superar etapas y hablar de las cosas buenas que tiene también Cataluña». En este sentido, la portavoz del Gobierno, exige a sus interlocutores independentistas que abandonen el mantra de los últimos años y la unilateralidad, para centrarse exclusivamente en la solución de los problemas reales del día a día. Por eso el Ejecutivo lanza una lluvia de millones en esta comunidad, acompañada de un despliegue de mensajes en positivo.

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