EL CUADERNO DE PEDRO PAN

El Festival de Deià incorpora viñedos a la ruta Mallorca Clásica

Este 2022 el certamen suma como novedad las bodegas de Binissalem Tianna Negre

El festival cumple su 44 edición con un total de 45 conciertos en seis escenarios diferentes

festival deià
Xisca Morey, directora de los viñedos Tianna Negre, y Alfredo Oyágüez, director del Festival de Deià.

Con el pasar del tiempo la desaparición de Serenates d’Estiu en Bellver, a consecuencia de la crisis del 2010, e intermitencias del Festival Chopin de Valldemossa han hecho del Festival de Deià el único referente en música de cámara capaz de medirse con el Festival de Pollença que celebrará este año su 61 edición. El Festival de Deià nació en 1978 (Pollença en 1961) y ha permanecido fiel –los dos- a su cita con el público desde entonces.

Si Philip Newman siempre será el referente de Pollença, Patrick Meadows –el fundador- lo fue durante casi dos décadas, hasta cederle el testigo a su actual director y sucesor, Alfredo Oyágüez. Después de la muerte de Eugen Prokop el año 2005, Pollença comenzó a distanciarse de la idea fundacional hasta que en las últimas siete ediciones (2016 al presente) ha vuelto al redil.

En cambio, la trayectoria del Festival de Deià en apariencia resulta bastante más compleja, en especial durante el último cuarto de siglo. Hasta entonces, las sedes habían permanecido estables localizadas en Son Marroig, Sant Joan Bosco (parroquia de Deià) y el monasterio de Miramar.

Alfredo Oyágüez, en cambio, le ha dado un rumbo nuevo al Festival, que en origen respondía a la febril actividad de los músicos extranjeros residentes en esta joya de la Tramuntana cosmopolita y que solamente ambicionaban darle vida cultural a enclaves propios del municipio. Esta es la razón por la cual un grupo de nostálgicos, ya iniciada la etapa de Oyágüez, decidieron crear un ciclo paralelo que tenía su centro de atención en la iglesia de Sant Joan Bosco.

Es comprensible, pero nada hay que objetar a las iniciativas de ampliar horizontes del Festival de Deià, y no lo hay, atendiendo al hecho de fundarse en 1985 Alma Concerts, una organización sin ánimo de lucro con «el objetivo de organizar festivales de cámara». Eso es precisamente lo que está sucediendo a fecha de hoy, cuando el Festival de Deià cumple este año su 44 edición con un total de 45 conciertos en seis escenarios diferentes.

En la comprensión de lo trascendente que fue la idea de crear la fundación Alma Concerts encontraremos la respuesta a la iniciativa de Oyágüez que solamente persigue «crear sinergias para que los músicos puedan ofrecer su repertorio a públicos distintos y que además resultan complementarios».

De ahí que en la actualidad Son Marroig (Miramar y Joan Bosco empiezan a ser historia) comparta actividades con el agroturismo Sa Bassa Rotja en Porreres, la Fundació Bartomeu March en Palma, el Festival de Sineu, en Deià el Hotel Bermont La residencia y desde este año las bodegas de Binissalem Tianna Negre, con el valor adicional en este caso de tratarse de cuatro recitales benéficos. Así pues, este 2022 el Festival de Música de Deià incorpora como novedad los viñedos, a su particular ruta que me voy a permitir denominar Mallorca Clásica. Por cierto, después del parón que provocó la pandemia regresa el pequeño auditorio de la Fundació Bartomeu March. 15 de las 45 veladas tendrán lugar en Son Marroig.

Alfredo Oyágüez insiste en que «es una pena invertir en traer un artista y que no puedan disfrutarlo diferentes públicos» y en relación al proyecto en conjunto, añade: «El mejor artista que tenemos en el Festival de Deià es la isla, y el corazón del mismo la sala de música de Son Marroig».

Del cuadro de músicos contemplados este año es importante referirse a las presencias del pianista ruso-judío Boris Berman (profesor de Oyágüez en la Universidad de Yale), el violista de gamba Fahmi Alqhai y el violinista francés Gilles Appap, todos ellos reincidentes, lo que viene a demostrar la voluntad de apuntar de manera continuada trayectorias que son apreciadas por el público amante de la música de cámara.

¿Por qué la novedad de este año es la bodega de Binissalem? Muy sencillo: el compromiso de Alfredo Oyágüez con las causas benéficas y que además en esta ocasión está vinculada con la invasión rusa a Ucrania. En efecto, el 4 de junio asistiremos a un recital de especial significación, en primer lugar porque será un intérprete ruso –Berman- quien interprete obras de un autor ucraniano –Valentin Silvestrov-, que además viajará a la isla desde Berlín, para asistir a la velada. Silvestrov, de 84 años, huyó con su hija de Kiev, al inicio de la guerra, mientras Berman tiene previsto grabar su obra en París durante el verano. El encuentro en Mallorca será decisivo, teniendo en el agroturismo de Porreres los ensayos antes de entrar en estudio. ¿Qué más se le puede pedir a un Festival con vocación de crear sinergias?

Ucrania, por otra parte, seguirá estando presente en el recital de la pianista Kenia Silvestrov, acompañada por el flautista Roberto Álvarez el 9 de junio en Son Marroig y al día siguiente en Sa Bassa Rotja.

No hay espacio suficiente para reflejar el conjunto de la programación y sí en cambio para establecer perfiles de intencionalidad artística y en entregas posteriores ser reflejadas debidamente algunos de los recitales en mi blog (fernandomerinoblog.wordpress.com), aunque sin olvidar que Apapp viene para complementarse con la Camerata Deià y que Boris Berman estará de nuevo en Son Marroig el 1 de septiembre, ya con el disco grabado en París.

Atención, por lo tanto, a la programación del 44 Festival de Deià.

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