El ferreret, uno de los fósiles vivientes más importantes de Europa, mantiene su población
El anfibio es una especia exclusiva de Mallorca y vive en los lugares más inaccesibles de la Serra de Tramuntana
La especie está en peligro de extinción pero los planes para su recuperación están dando sus frutos
La población de ferreret, uno de los fósiles vivientes más importantes de Europa, mantiene la estabilidad de los últimos años. El Servicio de Protección de Especies del Govern ha contabilizado un total de 29.581 larvas, un número parecido a los tres años anteriores.
La población mantiene así la tendencia a la alza, puesto que, desde que empezaron los recuentos, en 1991 a raíz de la puesta en marcha del primer plan de conservación, la población se ha doblado (entonces se calcularon 13.914).
El ferreret (Alytes muletensis) es una especie endémica en peligro de extinción que, de manera natural, solo vive en los ‘gorgs’ o piscinas naturales de los torrentes de la Serra de Tramuntana. Fue descrito en 1977 sobre restes fósiles. El Servicio de Protección de Especies ha realizado el seguimiento a las diferentes poblaciones entre los meses de junio y agosto, que es la época cuando hay más larvas. Las tareas se han centrado en el recuento de larvas en las piscinas naturales y aljibes donde viven los ferrerets.
El ferreret es un fósil viviente y este descubrimiento ha sido uno de los más importantes para la ciencia en Europa en los últimos 40 años. El presentador y escritor británico Sir David Attenborough se desplazó a Mallorca con el fin de rodar escenas de este sapo para un documental de la BBC sobre los anfíbios del mundo.
Desde el año 1985 se llevan a cabo medidas de conservación del ferreret que incluyen, entre otros, cría en cautividad y liberación, retirada de predadores introducidos, restauración de hábitats o creación de nuevas poblaciones. Desde el año 1991, y de manera ininterrumpida, se lleva a cabo un censo anual de larvas en todas las localidades conocidas.
Este anfibio mide unos 4 centímetros del hocico a la cola. Tiene coloración muy variable, normalmente marrón claro, ocre hasta verdoso, siempre con manchas irregulares oscuras muy variables en cuanto a forma y distribución. Las extremidades son largas, adaptadas a trepar entre las piedras resbaladizas de su hábitat. Los ojos son grandes, indicando sus costumbres crepusculares y nocturnas. Destaca la casi ausencia de glándulas tóxicas en su piel. Se trata de un animal que ha evolucionado sin la presencia de depredadores.
Pone pocos huevos (de 7 a 20) que son transportados por el macho mediante un cordón en las patas posteriores. El desarrollo de las larvas, los renacuajos, es muy lento. Los adultos, de costumbres nocturnas y trepadores viven en los lugares más recónditos de la Serra de Tramuntana, dentro de surcos de torrentes y fuentes de montaña donde ni el hombre ni los depredadores han conseguido llegar.