Los dos belenes más valiosos de España están en Palma y pocos lo saben

El belén napolitano del Palacio March cuenta con 2.000 figuras realizadas en Nápoles en el siglo XVIII por artistas de renombre

El belén de La Sang, considerado el más antiguo de Europa, está pendiente de restauración

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Miquel Ángel Font

Los dos belenes más valiosos de España están en Palma y pocos lo saben. Es tiempo de Navidad y es cuando los belenes adquieren todo su protagonismo. Mallorca ocupa aquí una situación de privilegio al contar con  dos belenes de carácter excepcional, el napolitano del Palacio March, considerado el más valioso de España, y el de La Sang, el más antiguo. El belén napolitano del Palacio March, en Palma, es una auténtica joya artística que puede visitarse de forma gratuita a partir de este viernes. El de La Sang sigue desde hace años pendiente de restauración y una Navidad más no está expuesto.

Fue a partir de los años 60 de siglo pasado cuando el matrimonio Juan March y Leonor Servera fue adquiriendo piezas hasta conseguir unas 2.000 figuras. Todas ellas ricamente policromadas realizadas por prestigiosos artistas napolitanos como Marco Giuseppe Ferrigno, Francesco Testa o Marco Bottiglieri.

Las figuras del belén reflejan  las  diversas clases sociales y los múltiples aspectos de la vida de Nápoles en el siglo XVIII: clases nobles, artesanos de todo tipo, campesinos con sus diversos animales, vendedores de pescado, de frutas, de utensilios de cocina… y todos ellos vestidos y adornados  como corresponde a la clase social a la que pertenecen.

En el belén napolitano del Palacio March hay muchos aspectos que destacar y el primero de todos el conjunto de ángeles que revolotean alrededor del pesebre realizado por Giuseppe Sanmartino, el grupo de la Virgen, san José y el Niño y los distintos cortejos de los Reyes Magos. En el del rey negro se representan distintas etnias africanas.

Destacar también la castañera realizada por Lorenzo Mosca (1721-1789); el niño ciego, el mendigo y las escenas propiamente evangélicas como la adoración de los pastores.

El belén recrea el ambiente de las calles de Nápoles con sus barrios típicos, sus palacios, el mercado, el carro del vinatero, los borricos con verduras, el ajetreo de la posada, los músicos, los niños que curiosean, las mujeres conversando… y por otra parte los cortejos exóticos de los grandes señores que vienen también a adorar al Niño guiados por la estrella.

Dentro del Belén se escenifica un teatro con actores y escenarios imaginarios. Los pesebres del barroco napolitano no representaban sólo el Nacimiento de Jesús en la cueva de Belén, sino también un mundo
próximo a los artistas que lo realizaban. Es destacable la comitiva de los Reyes Magos, ocasión magnífica para presentar sus grandiosas figuras y animales exóticos.

El origen de los belenes se remonta al S. XIII (1200-1226), cuando se realizó en la pequeña localidad de Torre del Greco (región de Campania, Nápoles) una representación viviente de los acontecimientos que rodearon la fecha de la Natividad. El inspirador del belén, San Francisco de Asís, hizo la primera representación con figuras de barro en Nápoles. Después lo popularizó el rey español Carlos III (1759-1788).

El belén napolitano de Palma está en consonancia con el Palacio que lo alberga y que fue construido por el financiero Juan March Ordinas entre 1939 y 1944. Se aprecia una gran influencia de los palacios barrocos italianos. La fachada principal es de una ornamentación muy refinada, así como su elegante galería porticada que conduce al patio interior a través de un gran arco estilo carpanel adornado de columnas y esculturas de renombrados escultores españoles y franceses.

El palacio está en un enclave privilegiado del centro histórico de Palma, junto a la Catedral y el Palacio de la Almudaina.

Cada una de las figuritas del belén es una verdadera obra de arte en la que intervienen diversos artesanos para crear el aspecto final con el que son mostradas.

La vestimenta que muestran las figuras es exactamente calcada de la moda del siglo XVIII y reproduce las que llevaban los distintos estamentos sociales, pues todos ellos  -de los más altos a lo más bajos- están representados en el belén napolitano que, en realidad, pretender ser una recreación en miniatura de los habitantes de Nápoles  y del reino de las dos Sicilias, así como de sus diversos estilos de vida.

Los paisajes palestinos se transforman en paisajes italianos del siglo XVIII con calles y edificios -panadería, taberna, herrería, mercados, etcétera- que imitan los del Nápoles de esa época. La gente de Judea se convierte en personajes napolitanos.

Hay que resaltar que la perspectiva del conjunto se consigue utilizando figuras de diferentes tamaños

En el Belén del Palacio March abundan  representaciones de utensilios de la vida diaria, sin olvidar hermosas vajillas en miniatura que adornan las bien servidas mesas, ni  las frutas, verduras, pescados, embutidos o perniles realizadas en arcilla o en cera. También preciosísimas miniaturas de utensilios (bandejas, jarros, copas…) hechos en plata o joyas en miniatura.

El belén de La Sang, el más antiguo de España

El belén de La Sang, catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) está considerado como el más antiguo de España y uno de los más importantes de Europa. Actualmente no se puede visitar al encontrarse pendiente de un proceso de restauración. La construcción se atribuye a los hermanos Alamagno en el año 1480 y llegó a Palma en la década de 1530.

Se trata de un belén de extraordinario valor por su historia y calidad artística. A todo ello añadir que en 2018 se descubrió que tiene oro de 24 quilates en parte de la decoración de la cueva, en la que se utilizó pan de oro. Entre sus 23 piezas destaca la Mare de Déu, que lucía en la cabeza una piedra semipreciosa, un rubí, pero fue robado y ahora sólo queda un agujero en su lugar. El buey lleva un cristal de Murano.

El belén de La Sang lleva años años abandonado y tapado con telas pese a que en 2013 se aprobó su restauración. Durante la pasada legislatura el Consell aseguró que estaría completada en Navidad, algo que no ha sucedido.

Recientemente la Asociación para la defensa del patrimonio ARCA lamentaba la «dejadez e inoperancia» del Consell de Mallorca en relación con la recuperación del belén de la Sang en los últimos años. Señalaba que las piezas del belén, «de un valor incalculable por su antigüedad e historia» fueron retiradas y almacenadas por los responsables de la institución insular durante años.

Este hecho, según ARCA, «demuestra dejadez e inoperancia», así como «opacidad» a la hora de trasladar la información. En esta línea, han calificado de «irresponsabilidad» que no se pueda disfrutar de este belén el año del 800 aniversario del primer belén en Greccio.

Asimismo, la asociación ha puesto de manifiesto su «desencanto y protesta» por el hecho de que la ciudadanía «no pueda disfrutar del tesoro que supone el emblemático belén de La Sang». «Una valiosísima pieza del patrimonio religioso de Mallorca pendiente de restauración desde hace años», han añadido.

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