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Los diputados rebeldes de Vox a la espera de un gesto conciliador de Abascal «por el bien de todos»

Intentan buscar un acuerdo de mínimos para reconducir sus expulsiones del partido

El Govern balear del PP reconoce que ha hablado con todos para encauzar una salida a la crisis

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Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor OKDIARIO en Baleares, información local de Palma, social y política en general. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

Los cinco diputados rebeldes de Vox en el Parlament balear a los que el partido ha suspendido cautelarmente de militancia por falta de confianza y de cumplimiento de sus obligaciones están a la espera de un gesto conciliador del presidente de la formación, Santiago Abascal, «por el bien de todos», para reconducir la situación, tal y como reconocía la portavoz del Grupo Parlamentario, Idoia Ribas.

El objetivo que está sobre la mesa es intentar suspender las decisiones acordadas por los diputados rebeldes el pasado lunes, cuando estalló una crisis sin precedentes al expulsar éstos del Grupo Parlamentario a la presidenta presidenta regional y diputada, Patricia de Las Heras y al del Parlament, Gabriel Le Senne. Esas expulsiones las llevaron a cabo sin haber consultado previamente a los órganos de dirección de Vox.

Si el Comité de Garantías aceptara sus alegaciones y frenara sus expulsiones por ahora cautelares, decisión que parece a fecha de hoy irrevocable, los cinco diputados rebeldes también darían marcha atrás a la salida de Le Senne y De Las Heras del Grupo Parlamentario de Vox.

De hecho, la portavoz parlamentaria y líder de los ya considerados tránsfugas por la dirección del partido, deja la pelota en el tejado de la dirección nacional. Y, a diferencia de lo que manifestaba el pasado martes cuando rechazaba de plano esta posibilidad, en estos momentos los rebeldes estarían dispuestos a enterrar el hacha de guerra.

Pero, a fecha de hoy, nadie en la dirección nacional de Vox se ha puesto en contacto con ellos, si bien fuentes de estos diputados suspendidos cautelarmente de militancia aseguran que tienen constancia de que Abascal está trabajando en buscar una solución y acabar de una vez con una crisis que, según ellos, también le puede pasar factura a nivel nacional.

Olvidar lo sucedido esta semana parece en estos momentos una opción muy difícil de digerir en la cúpula balear de Vox, alineada con Abascal y donde confluyen enfrentamientos personales viscerales de los diputados rebeldes con la dirección regional del partido. Pero también es cierto que los cinco tránsfugas son claves para la gobernabilidad del Ejecutivo de Prohens.

Por ello, el PP balear también está intentando buscar una salida a esta crisis que tiene en jaque a la tercera fuerza política de Baleares, y amenaza la estabilidad política de todas las administraciones donde gobierna en coalición con el PP.

De hecho, el propio portavoz, Toni Cuesta, en rueda de prensa reconocía que el Govern «ha hablado con todos», intentando que la crisis se supere y que los cinco rebeldes «no acaben siendo considerados tránsfugas». Pero todo queda a expensas de lo que resuelva el Comité de Garantías de Vox que ha de decidir sobre las alegaciones que han presentado los afectados contra sus expedientes de expulsión.

En las últimas horas ha trascendido el encuentro que la presidenta del Govern, Marga Prohens, mantuvo el pasado jueves con el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, para intentar desactivar la crisis interna de este partido en Baleares, y que no comprometa la estabilidad del Ejecutivo autonómico. Sin embargo, en conversación con este periódico, el vicepresidente de Vox en Baleares, Fulgencio Coll, reconoce que «la papeleta es complicada».

«Por una parte, está toda la trama jurídica de a ver quién tiene razón. Si lo que han hecho se puede o no se puede hacer. Lo que está claro es que a Le Senne y a Patricia de las Heras los echaron del Grupo Parlamentario de forma totalmente ilegal, porque no han dado ni un segundo de oportunidad para que los que han sido expulsados puedan ejercer ante alguien un recurso. Ellos han tomado decisiones sin obedecer a la dirección nacional, o sea, ellos ya no son de Vox. Estos cinco no lo son, aunque vayan por ahí con la seña del Grupo Parlamentario Vox. Son impostores».

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