Las ‘pateras del aire’: cuando forzar un aterrizaje resulta menos arriesgado que un cayuco
El incidente del Airbus 320 de la compañía Air Arabia Maroc, que se dirigía de Casablanca a Estambul y que provocó la fuga de una veintena de pasajeros marroquíes en pleno aeropuerto de Palma, vuelve a poner sobre la mesa el grave problema del drama migratorio.
Fuentes aeroportuarias consultadas por este diario explican que al declararse una situación de enfermedad durante un vuelo, se fuerza la escala en otro aeropuerto distinto al de destino. Por este motivo, los investigadores barajan la hipótesis de que todo lo ocurrido ayer en Son Sant Joan estuviera planeado de antemano para entrar de forma irregular en España.
Los inmigrantes que buscan desesperadamente salir de sus países y llegar a España son en su mayoría víctimas de mafias que les obligan a pagar cantidades indecentes, cercanas a los 700 euros, por hacinarse en embarcaciones que navegan por el Mediterráneo en condiciones inhumanas y donde muchos han perdido la vida.
Si comparamos los 700 euros y el elevado riesgo de llegar en patera con los 200-300 euros que cuesta por ejemplo un billete de avión de Casablanca a Estambul, podríamos estar ante un nuevo modus operandi para los migrantes que quieren huir de sus países y entrar de forma irregular en España, sirviéndose de tretas como la supuesta indisposición del joven pasajero que ayer obligó al avión de Air Arabia Maroc a hacer un aterrizaje de emergencia en Palma.
Compañías aéreas como Pegasus Airlines, Air France o la propia Air Arabia Maroc ofrecen vuelos de Marruecos a Turquía desde 200 euros hasta llegar a los 300 euros.
Fuentes aeroportuarias apuntan que el incidente de ayer obligará a cambiar los protocolos de seguridad. «Al tratarse de una urgencia médica, a pie de avión sólo se desplaza la ambulancia y no la Policía. Por eso los pasajeros pudieron escapar y burlar los controles de seguridad».
De hecho, la presidenta balear, la socialista Francina Armengol, ha expresado este sábado en su cuenta oficial de Twitter que este incidente «no se puede volver a repetir» y emplaza a las autoridades competentes a que «revisen sus protocolos para garantizar la seguridad de todos y la movilidad de residentes y visitantes».
No obstante, esperan que este incidente, que provocó el caos durante horas en el aeródromo de Palma y obligó a cerrar las instalaciones y retrasar los vuelos previstos, no se convierta en una nueva modalidad para entrar ilegalmente en España, es decir, fingir enfermedad, forzar un aterrizaje de emergencia y escapar en masa cuando se abran las puertas para desembarcar al falso enfermo.