naturaleza

El Govern reanuda el proyecto de erradicación del carpobrotus en Formentera

El Cofib Formentara proyecto
Un trabajador tratando de arrancar esta especie invasora en Formentera.

El Consorcio de Recuperación de Fauna de las Islas Baleares (Cofib) ha reanudado esta semana el proyecto de erradicación del Carpobrotus en Formentera. Así lo ha comunicado este domingo la Conselleria de Medio Ambiente y Territorio en una nota de prensa.

En la misma, el Cofib ha notificado la reactivación del proyecto de erradicación de la especie invasora Carpobrotus edulis (2021-2024) que se ejecuta en dicha isla pitiusa. También ha recordado que hasta la fecha se ha contabilizado la retirada de unas 4,9 toneladas de esta especie en una superficie de aproximadamente 2.805 metros cuadrados.

Asimismo, las principales extensiones se han retirado en Penyal d’es Vi -921 metros cuadrados-, La Savina -867 metros cuadrados-, Cala en Baster -567 metros cuadrados-, Platja de Tramuntana -188 metros cuadrados-, Es Carnatge -165 metros cuadrados- y Platja dels Veletes -85 metros cuadrados-.

Por otro lado, el plan de erradicación tiene un presupuesto de 141.500 euros y se financia con fondos propios del Cofib. En 2021 se dedicó a realizar la prospección por toda la isla de las localizaciones de esta especie aunque todavía quedan por prospectar zonas de difícil acceso como acantilados o islotes.

Cabe señalar que la llamada patata frita (Carpobrotus sp.) es originaria de Sudáfrica pero, fruto del comercio, llegó a las Islas donde de forma rápida alcanzó un papel preponderante como planta ornamental. Además, tiene una gran capacidad invasora y, de hecho, está recogida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras (RD 630/2013). Por tanto, existe una necesidad legal de control y, si es posible, también de erradicación.

A menudo, esta especie invasora ocupa ecosistemas muy sensibles y de alto valor paisajístico y ecológico, como el litoral, tanto rocoso como arenoso. A su vez, Carpobrotus edulis cubre por completo el sustrato, ahogando a las especies autóctonas de gran importancia de conservación, creando, en definitiva, un ecosistema monoespecífico. Así, la erradicación no es sencilla, ya que cualquier trozo que queda en el medio rápidamente arraiga constituyendo una nueva planta.

Con todo, las especies invasoras son la principal causa de pérdida de biodiversidad en Baleares, de ahí la importancia de realizar un control, sobre todo en zonas de alto valor ecológico y especialmente sensibles como los humedales.

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