LA BUENA SOCIEDAD

En la casa mallorquina de Álvaro, nieto de Gregorio Marañón

álvaro marañón

Conocí a Álvaro hace ya muchos años, en un cumpleaños organizado por la gran Cristina Macaya en honor de Marina Castaño. En la crónica publicada que siguió a la fiesta bromeé, es un decir, con su título nobiliario y su reacción fue la que debía de ser. Protestó por ello firme y públicamente en el mismo diario y desde entonces mi admiración por él no ha hecho más que crecer puesto que, como decía mi abuelo, el que no defiende su nombre, sus raíces, en realidad es incapaz de defender nada.

Está bien, es respetable, que en la actualidad don Felipe VI no conceda nuevos títulos nobiliarios, pero conserva los otorgados por sus antepasados como parte importante de la historia de España, que mal que pese tiene con su nobleza más luces que sombras. Desde ese arranque de protesta, Álvaro y yo nos convertimos en amigos, en tertulianos habituales y las circunstancias ocurridas muchos años después nos convirtieron casi en familia pues tiene mi lealtad incondicional y sé que cuento con la suya.

Álvaro Marañón, conde de Retamoso, es nieto del célebre historiador y médico Gregorio Marañón, hijo del abogado y embajador Gregorio Marañón Moyá y autor del exitoso libro La madre Maravillas, del Palacio al Convento, publicado por la Esfera de los Libros en 2016. Veranea con los suyos en su casa familiar de Costa de los Pinos, una de las pioneras de esta elegante zona del este de Mallorca.

Álvaro Marañón
Álvaro Marañón en su casa mallorquina de Costa de los Pinos.

Estudió Derecho en la Complutense e ICADE y amplió conocimientos en el extranjero, se especializó en gestión financiera y ha dedicado la mayor parte de su fecunda carrera profesional a responsabilidades como alto ejecutivo en importantes entidades públicas y privadas, tanto españolas como extranjeras. Entre otros relevantes cargos profesionales colaboró en la órbita de Patrimonio del Estado como director general de un banco estatal y fue secretario general y del consejo del Philip Morris España, filial de la multinacional americana. Fue director general de la editora del diario económico Cinco Días y de la revista Mercado. Dirigió en esa etapa seminarios y conferencias económicas en colaboración con prestigiosos medios internacionales como, entre otros, Financial Times y The Wall Street Journal. Es consejero y asesor de varias empresas de diferentes sectores.

Se ha mantenido vinculado a lo largo del tiempo a los patronatos y juntas directivas de instituciones culturales tan destacadas como el Colegio Libre de Eméritos, la Fundación de Amigos del Museo Reina Sofía y la Real Fundación de Toledo, así como varias plataformas de la sociedad civil, actividad que forma parte de su tradición familiar de compromiso con el legado cultural del país. En 1987 fue nombrado académico honoris causa de la Academia Mexicana de Derecho Internacional, una de las más antiguas y prestigiosas de Hispanoamérica. Ha publicado artículos sobre materias económicas, legales y de opinión en diferentes diarios como ABC, El País y Cinco Días, entre otros.

Es, sin duda, una de las personalidades más destacadas de la sociedad mallorquina y española, y en Costa de los Pinos es una institución que dinamiza primaveras y veranos. Sus recepciones junto a Mercedes de Valenzuela son de libro, interesantes y divertidas, sin aspavientos ni salidas de tono. A la mallorquina.

Álvaro Marañón
María Salom, Álvaro Marañón y Ágatha Ruiz de la Prada.

Los Marañón llegaron a la Costa de los Pinos junto a un grupo de amigos de Madrid y del extranjero, integrado por destacados personajes de aquella época que impulsaron en 1960 la urbanización de la Costa de los Pinos. Entre ellos estaban, junto a su padre, el dramaturgo y académico Joaquín Calvo-Sotelo, el director de ABC Torcuato Luca de Tena, el embajador marqués de Santa Cruz, los Príncipes de Ligne y la familia Zobel.

El padre de Álvaro admiraba Mallorca, conserva así desde su más tierna infancia recuerdos de estancias en el Hotel Formentor o en el Hotel Fénix de Palma. Recorrían toda la isla, no quedaba un escondite sin conocer. Les hablo de los años 60, cuando el turismo de masas aún no había irrumpido. Mallorca era un lugar tranquilo, agreste, con un clima benigno. Álvaro ha tenido como tantos otros el privilegio de ver y vivir la evolución de Mallorca desde dentro y desde fuera. Y conocer a personajes que en aquellos años eran de origen muy humilde y que con mucha visión de futuro y mucho trabajo se han convertido en grandes empresarios del sector hotelero.

Ser nieto del doctor Marañón y descender de personalidades muy destacadas de la historia de España impone, pone el listón muy alto, se recibe un legado muy importante de interés por la cultura y por los ámbitos intelectuales y eso marca mucho. Su abuelo, el doctor Marañón, fue uno de los médicos, científicos y humanistas más brillantes del siglo XX, que hizo inseparables esas tres condiciones en su persona y obra.

Álvaro Marañón
Maite Arias, la condesa de España, Álvaro Marañón, Sonia de Valenzuela y Àngels Mercer.

Su ideología liberal fue respetada cuando regresó a España durante el franquismo. En su cigarral toledano, donde se reunía la familia los fines de semana, reunió a personalidades que configuraron la historia de su tiempo y hubo momentos en su vida que le marcaron profundamente. Viajó con Alfonso XIII a las Hurdes, se opuso a la dictadura de Primo de Rivera, fue uno de los fundadores de la Agrupación al Servicio de la República, medió para que el Rey pudiera salir de España al exilio sin riesgo para su vida, se exilió en Francia para evitar su asesinato durante la Guerra Civil a manos de los anarquistas y, finalmente, pudo regresar a España en 1942.

En 1987 don Juan Carlos nombró a su padre primer marqués de Marañón con Grandeza de España en memoria de su abuelo. El título hoy lo ostenta su hermano mayor Gregorio, presidente del Patronato del Teatro Real de Madrid. En 1972 el Ayuntamiento de Palma, para honrar la memoria del doctor, impuso su nombre a una calle, hoy denominada calle de Gregorio Marañón, que representa un orgullo para nosotros. Hay nombres muy interesantes por las distintas ramas de la familia de Álvaro. Da para varios libros. Por ejemplo, la citada madre Maravillas sobre la que escribió el ya mencionado libro. Falleció en 1974 y fue canonizada en 2003 por Juan Pablo II. Batió récords de tiempo en ser canonizada y eso en El Vaticano es muy inusual. Según me ha contado Álvaro, «no fue una monja carmelita al uso. Lo tuvo todo para vivir entre sedas y lo dejó todo para entregarse a los demás. La conocí de cerca y me marcó mucho, tuvo un carisma muy especial y una vida increíble y valiente».

Los títulos nobiliarios sirven hoy, según manifiesta Álvaro con seriedad y algo de humor conveniente, «para llevarlos con responsabilidad y orgullo en respeto a nuestros antepasados. En la familia hemos mantenido siempre una actitud de dedicación a favor de la cultura y de la sociedad civil. Lo mismo que marca vivir en este lugar de la Costa de los Pinos, donde no existe el tiempo. El tiempo que pasa queda aquí diluido entre el azul del cielo y el agua del vinoso mar, como canta La Odisea. Unamuno lo llamaba «mi Mar latino». Aconsejo siempre a mis amigos y visitantes subir al mirador de es Cap des Pinar y que contemplen ese maravilloso mar, una de sus joyas más preciadas. Mallorca es única e incomparable».

Álvaro acaba nuestra conversación con esta afirmación: «Los indicadores económicos, laborales y empresariales de España presentan un panorama moderadamente optimista, aunque con algunos desafíos pendientes. Mantenemos un crecimiento sólido del PIB, con un 3,4% interanual, impulsado por la demanda interna y el comercio exterior. Sin embargo, para sostener este ritmo, es clave mejorar la productividad, fomentar la inversión y abordar los desafíos en el mercado laboral y el sector inmobiliario. La unión hace la fuerza es un lema inmemorial de origen romano, cuya realidad es hoy más necesaria que nunca».

Lo último en OkBaleares

Últimas noticias