El alcalde Martínez presenta un plan de limpieza para que Palma deje de ser la ciudad más sucia de España
Actuaciones estratégicas en barrios y 50 barrenderos más para una iniciativa que arrancará en septiembre
El Ayuntamiento instalará cámaras de seguridad y usará drones para 'cazar' a los incívicos
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Menos de dos meses ha tardado el nuevo alcalde de Palma, Jaime Martínez, (PP), en presentar un plan de choque de limpieza para que Palma, tal y como reflejan las encuestas de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), deje de ser la ciudad más sucia de España.
En rueda de prensa, Martínez dio a conocer el denominado Plan Estratégico de Limpieza, que era uno de los cuatro que formaban parte del programa electoral del PP y que en este caso supondrá un incremento de los recursos materiales y humanos.
En concreto, de medio centenar de nuevos empleados que vendrán a engrosar la plantilla de Emaya, la mayor empresa municipal con 1.400 efectivos entre el servicio de agua, alcantarillado y limpieza, y casi 130 millones de euros de presupuesto.
Esta iniciativa, que se pondrá en marcha a mediados de septiembre, irá acompañada de una mayor intensidad y frecuencia en la recogida de basuras o actuaciones barrio a barrio, entre otras cuestiones, para «cambiar la inercia de los últimos ocho años de una ciudad sucia», precisó Martínez.
Aunque habrá que ver en la práctica cómo se materializa lo que el papel recoge y si el plan obtiene los frutos esperados, Martínez lamentó en su comparecencia ante los medios el impresentable legado que el anterior equipo de gobierno que presidía el ex alcalde socialista Hila ha dejado logrando que «Palma apareciera en los rankings de las ciudades más sucias».
Por ello, ha considerado que el trabajo realizado hasta ahora en materia de limpieza es «insuficiente y no ha funcionado».
El alcalde ha detallado que el plan se basará en cinco ejes: un plan de choque, el incremento de medios y acciones, la transversalidad entre los distintos departamentos municipales implicados, una actuación ordinaria en los servicios básicos y un plan de actuación barrio a barrio como el llevado a cabo esta semana en el degradado barrio de Corea en la zona de Camp Redó.
El plan contará con el refuerzo de los 13 controladores medioambientales para informar a los ciudadanos y evitar conductas incívicas, además de con campañas de concienciación para erradicar las actitudes incívicas.
Para garantizar la eficacia del proyecto, y la limpieza de las calles, está previsto instalar cámaras de seguridad y la utilización de drones que ejerzan una labor disuasoria sobre este tipo de conductas.
La actuación se basará en cinco servicios básicos que son la eliminación de pintadas, el aumento de los trabajos de baldeo en las calles con agua a presión, el desbroce de hierbas en la vía pública, retirada de coches abandonados de las calles en colaboración con la Policía Local y de trastos o residuos voluminosos, implantando un sistema que complemente y mejore el actual sistema.
El plan estratégico prestará especial atención a las pintadas y actos vandálicos contra el patrimonio, estando previsto una modificación de las ordenanzas con objeto de endurecer las sanciones y para, en caso de que la pintada sea en un edificio protegido o catalogado, derivar el expediente por la vía penal.
En el caso de los grafitis en edificios e inmuebles de propiedad privada está previsto, al contrario que hasta ahora, que sea la propia Emaya la que acuda a los propietarios con objeto de pedirles permiso para limpiar su fachada.
Con el plan cada barrio tendrá su propia estrategia de limpieza. Este refuerzo especial comenzará a mediados de septiembre en la zona de Pere Garau para, posteriormente, ir rotando por los nueve sectores de limpieza en los que divide Emaya la ciudad.
Desde la empresa municipal ya se ha elaborado un calendario de actuaciones y, en principio, aunque puede variar según las necesidades, está previsto que la limpieza especial se realice, como mínimo, dos veces al año en cada sector. Para ello se contará con un equipo entre 25 y 30 operarios repartidos en turnos de mañana y tarde y las actuaciones tendrán una duración entre los tres días y dos semanas,