Tiroteo con un muerto en Adra: la música muy alta a las 9 de la mañana enfrentó a 2 clanes de petaqueros
'Los Lateros' y 'los Saules', que arrastran "viejos enfrentamientos", han aprovechado para saldar cuentas
La víctima, de 23 años, recibió un disparo de escopeta


La pelea multitudinaria que ha provocado la muerte a tiros de un joven de 23 años este lunes en Adra (Almería) se desencadenó porque un vecino tenía la música demasiado alta. Todavía no eran las 9:00 horas. La reyerta enfrentó a dos clanes familiares y acabó en homicidio. La víctima pertenecía al clan de los Lateros, una conocida organización criminal vinculada al narcotráfico.
Los hechos han tenido lugar en la calle Marte, una zona de casas bajas de la pedanía de El Puente del Río. Sobre las 8:50 horas, el 112 recibió varias llamadas alertando de que había una pelea vecinal con más de 20 implicados en una plazoleta de la barriada y que se estaban escuchando disparos.
El altercado estalló cuando un hombre de entre 50 y 60 años recriminó a otro que bajara la música, según han apuntado fuentes de la investigación a Europa Press. La discusión acabó en tiroteo y el joven fue alcanzado por un disparo de escopeta. Fue evacuado aún con vida al centro de salud de Adra, pero acabó falleciendo por las graves heridas de bala. El presunto homicida también recibió un disparo durante el enfrentamiento y fue trasladado al Hospital de Poniente. Su estado «no reviste gravedad», según ha indicado este lunes el subdelegado del Gobierno en Almería, José María Martín.
En la pelea se han visto involucrados miembros de los Lateros y los Saules, dos clanes familiares enfrentados. El fallecido pertenecía supuestamente al primero de estos clanes, que suministra combustible a las mafias de la zona dedicadas al tráfico de drogas y de inmigrantes ilegales. Esta actividad es conocida en el argot policial como petaqueo.
En junio de 2024, en el marco de la operación Ovidio, la Guardia Civil y la Agencia Tributaria desmantelaron en Almería –principalmente en los municipios de Adra y Berja– la mayor plataforma logística de abastecimiento de combustible a las narcolanchas y narcopateras del Mediterráneo. La operación se saldó con la detención de 50 presuntos miembros de los Lateros. El clan actuaba liderado por un preso desde la cárcel almeriense de El Acebuche. El reo tenía un móvil oculto en su celda y daba las órdenes mediante aplicaciones encriptadas.
En la operación se incautaron más de 700.000 euros en efectivo, parte de ellos ocultos en el suelo y las paredes de las casas de los cabecillas del clan. También se intervinieron más de 40.000 litros de combustible, cinco escopetas, 25 narcolanchas, seis motos de agua y 33 vehículos (algunos de ellos valorados en más de 200.000 euros), entre ellos tractores para remolcar las narcolanchas o un camión cisterna para transportar el combustible. Además, las autoridades bloquearon y embargaron 52 cuentas bancarias de diferentes entidades financieras donde la red acumulaba más de cinco millones de euros.
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en Almería ha denunciado la «grave» situación de «inseguridad» que se vive en la comarca del Poniente Almeriense, donde «los tiroteos y las muertes por armas de fuego se han vuelto habituales». Sobre este último episodio en Adra, la asociación ha señalado que estos dos clanes familiares venían arrastrando «viejos enfrentamientos» y que, pese a la operación Ovidio, el fenómeno del petaqueo sigue presente en la zona, alimentando un creciente clima de tensión y violencia.
El suceso de este lunes en Adra está bajo investigación de la Guardia Civil. Es el cuarto crimen con armas de fuego en Andalucía en sólo 36 horas: el sábado noche dos escoceses de 43 y 46 años fueron asesinados a tiros en un bar de copas de Fuengirola (Málaga). Tenían antecedentes por narcotráfico y vínculos conocidos con el crimen organizado en su país. Horas antes, un hombre mató a tiros a su vecino, de 57 años, en una vivienda de Zahora, pedanía costera de Barbate (Cádiz). El presunto homicida se suicidó al día siguiente de un disparo. Ambos vivían en casas contiguas y mantenían disputas desde hacía tiempo, al parecer motivadas por los animales domésticos (perros y gallos) de la víctima.