Sevilla recibe a Pedro Sánchez entre abucheos: «¡Vete de aquí! ¡Nos estamos desangrando!»

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sido recibido este lunes con una lluvia de abucheos y gritos de indignación a su llegada a Sevilla para participar, junto al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, en la entrega de llaves de una promoción de vivienda pública de alquiler asequible en el Residencial Hacienda El Rosario, en el barrio de Torreblanca. Desde las 10:00 horas, los sevillanos han expresado su descontento con frases como «¡Vete de Sevilla!», «¡Nos estamos desangrando!» o «¡Vete ya chivato!», en un recibimiento que ha quedado registrado en el vídeo que acompaña a estas líneas.

El acto, que cuenta con la presencia de la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la ministra de Vivienda y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez, está financiado conjuntamente por el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana. La promoción incluye 218 viviendas en régimen de alquiler en el Residencial Hacienda El Rosario, ubicado entre las calles Alfonso Braojos Garrido y Parsi. Antes de la entrega, Sánchez ha visitado el complejo y una de las viviendas.

El vídeo, compartido por Adrián Trashorras, portavoz de Vox en Dos Hermanas, ha avivado el debate. Trashorras criticó el despliegue policial que acompaña a Sánchez, afirmando: «Los vecinos abandonados a su suerte frente a okupas y criminales mientras ellos viven protegidos. Su bienestar es a costa tuya. Es hora del cambio». También ha cuestionado el coste del operativo policial y la disponibilidad de agentes para emergencias, sugiriendo un desequilibrio en las prioridades del Gobierno.

El mal recibimiento a Sánchez en Sevilla no es nuevo. Hace casi un año, el 8 de abril de 2024, el presidente acudió a la colocación de la primera piedra de la línea tres del metro de Sevilla, otro evento marcado por tensiones similares. Mientras la Junta de Andalucía destaca el esfuerzo por mejorar el acceso a la vivienda, el recibimiento hostil a Sánchez pone de manifiesto el creciente malestar de algunos ciudadanos, que ven en su presencia en la capital hispalense como prácticamente una provocación. La jornada promete ser un reflejo más de la polarización política que atraviesa la región.