Ley de Memoria Histórica

El PSOE ve «una pérdida de tiempo» buscar a la familia del general Cascajo antes de retirar su lápida

Los socialistas piden al Ayuntamiento "que no se entretenga" en buscar familiares y cumpla la Ley de Memoria Democrática

El PSOE ve «una pérdida de tiempo» buscar a la familia del general Cascajo antes de retirar su lápida
Los concejales socialistas Dobladez y Hurtado junto a la lápida del general Cascajo en el cementerio de Córdoba.
David García de Lomana

El portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Córdoba, Antonio Hurtado, considera «una pérdida de tiempo» que el Consistorio «se entretenga en buscar a los familiares» del general Ciriaco Cascajo Ruiz para comunicarles la retirada del simbolismo franquista de su lápida situada en el cementerio de La Salud y de la distinción de Hijo Predilecto de Córdoba, porque «no los va a encontrar por ninguna vía», según la información recabada por la Asociación Memorialista Aremehisa, que interpuso una queja y ha solicitado personarse en el expediente iniciado por el alcalde a través de un reciente decreto.

En una nota, Hurtado ha argumentado que cuando murió en 1953, «el general Cascajo sólo tenía como familia más cercana a sus dos hermanas, Trinidad y Soledad, y a un sobrino llamado José Porras Cascajo». «Los demás eran familiares de tercer y cuarto grado, sobrinos políticos, primos, etcétera, que no tendrían, caso de existir, derecho funerario sobre esa propiedad», ha apuntado el socialista, recalcando que «las hermanas están ya fallecidas».

La inscripción objeto de revisión reza así: «Yace aquí el cuerpo del Excmo. Sr. D. Ciriaco Cascajo y Ruiz. General de división, patriota ejemplar, hijo preclaro y predilecto de Córdoba y su más enérgico y decidido defensor en el alzamiento nacional de 1936. El Ayuntamiento de la ciudad le concedió este sepulcro en señal de perenne gratitud».

Lápida de la tumba del general Ciriaco Cascajo. (Foto: Aremehisa)

El pasado mes de septiembre, a través de un decreto del alcalde, José María Bellido (PP), se inició un expediente para la retirada de la inscripción contenida en la lápida al considerar que la definición que la misma recoge puede considerarse «una manifestación de exaltación de los sublevados, prohibida por la Ley de Memoria Democrática».

El inicio de este expediente se formuló tras una consulta realizada por el Defensor del Pueblo Andaluz y tras la preceptiva consulta a la asesoría jurídica municipal que, si bien recomendó iniciar el expediente para la retirada de la inscripción, también recordó que el enterramiento de Ciriaco Cascajo «cumple con lo exigido en el artículo 38 de la Ley de Memoria Democrática y apartado 6 del artículo 35, pues no está localizado en ningún lugar preeminente, sino en un cementerio público y, al tratarse de un enterramiento, se pudiera entender que la inscripción tiene estricto recuerdo privado». Meses después, el PSOE mete prisa al denunciar que «la lápida sigue intacta en su lugar».

La ley, recordemos, define como «elementos contrarios a la memoria democrática las edificaciones, construcciones, escudos, insignias, placas y cualesquiera otros elementos u objetos adosados a edificios públicos o situados en la vía pública en los que se realicen menciones conmemorativas en exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar y de la dictadura, de sus dirigentes, participantes en el sistema represivo o de las organizaciones que sustentaron la dictadura, y las unidades civiles o militares de colaboración entre el régimen franquista y las potencias del eje durante la Segunda Guerra Mundial». También se incluyen «las referencias realizadas en topónimos, en el callejero o en las denominaciones de centros públicos».

Ciriaco Cascajo Ruiz (Luque, 1878 / Córdoba, 1953), militar español, fue protagonista en Córdoba por su participación y apoyo a la sublevación en julio de 1936 y por la posterior represión en la provincia. Cuando se produjo el golpe de Estado, Cascajo era coronel, comandante militar de Córdoba y estaba al mando del Regimiento de Artillería Pesada número 1. Durante los años de guerra fue la máxima autoridad militar en Córdoba y bajo su mando fueron fusilados miles de republicanos.

El PSOE urge su retirada

Según ha expuesto el portavoz socialista, la sepultura del general Cascajo fue «construida y cedida por el Ayuntamiento de Córdoba a través de un acuerdo a comienzos de mayo de 1953 y ratificada el día 9 de ese mismo mes y año», y «en el documento de cesión de la sepultura se debería de haber especificado las condiciones en las que se realizó». «Ese expediente ha de estar en Cecosam -entidad encargada de la búsqueda de fallecidos- e indicar aspectos relacionados con la cesión, propiedad, tiempo, etcétera», ha apuntado.

Ante ello, el portavoz socialista ha pedido que «no se dilate más en el tiempo la retirada de la exaltación del franquismo que aparece en la lápida del general Cascajo y que se elimine por ir contra la Ley de Memoria Democrática» y que «se le retire la distinción de Hijo Predilecto de Córdoba a este militar franquista, que proclamó el estado de guerra en Córdoba tras el Golpe de Estado del 18 de julio de 1936».

Hurtado teme que «todo sean justificaciones para dilatar cumplir con el requerimiento del Defensor del Pueblo» y espera que «el plazo de tres meses de la instrucción del expediente, hasta finales de agosto, sea suficiente para culminar las medidas exigidas y cumplir» con la Ley de Memoria Democrática.

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