Marlaska frena un nuevo CATE ya acabado y mantiene a inmigrantes y policías en un centro «tercermundista»
El nuevo CATE de Motril lleva tres años terminado, según el SUP, pero el Gobierno pospone su apertura con nuevas "excusas"
"Están esperando a que la inmigración reviente para ponerlo en funcionamiento", denuncia el sindicato policial
Se triplica la llegada de inmigrantes ilegales a Motril: un 97% hombres, magrebíes y mayores de edad
El Gobierno de Pedro Sánchez continúa con su retahíla de «excusas» para retrasar la apertura del nuevo Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE) de Motril (Granada), que viene a sustituir al actual, un edificio en condiciones «tercermundistas». Las obras arrancaron en julio de 2019, después de que el Defensor del Pueblo Andaluz denunciara que el viejo centro no reúne las condiciones mínimas para alojar a inmigrantes ilegales y policías.
Cuatro años después de iniciarse el proyecto, el Gobierno insiste en que aún faltan algunos detalles para su puesta a punto. «Están esperando una nueva oleada de inmigrantes para ponerlo en funcionamiento», denuncia a OKDIARIO Andalucía el secretario provincial del Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Granada, César Calín.
El edificio está «terminado desde hace casi tres años», recalca, pero el déficit de agentes impide su puesta en marcha. La situación es de «chiste» y el Gobierno «pone una excusa distinta cada dos o tres meses». «Es de una sinvergonzonería impresionante. La infraestructura, el edificio como tal, lleva acabado más de dos años, pero van alegando problemas con el inmobiliario, el inventario, las luces…», explica Calín.
El montaje del nuevo CATE de Motril fue anunciado en agosto de 2018 por el entonces delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. En abril de 2022, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, afirmaba que el centro entraría en «funcionamiento pleno» ese mismo verano. No fue así. Este pasado martes, el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, reconocía que la infraestructura acumula ya «bastante retraso» por una serie de «incidencias» y «modificaciones» durante la ejecución del proyecto. Debería «estar terminada hace tiempo», admitió. «Lo último que falta», dijo, es finalizar las instalaciones del sistema informático. Es el último pretexto, pero desde el SUP no dan crédito.
«Ahora nos encontramos con problemas informáticos en un barrio donde las conexiones a internet están completamente cubiertas. No me lo creo», señala Calín. La obra es simple: levantar unos módulos prefabricados. «Es una estructura sencilla, como construir un Mercadona. El del barrio lo levantaron en ocho meses y ya está funcionando. Es una cosa que no tiene tanta dificultad, que en un año puede estar todo perfectamente ejecutado y en funcionamiento. No es la obra de El Escorial, pero lo parece. Es surrealista. El problema tiene que ser otro. Son achaques tras achaques tras achaques: que si ahora falta una bombilla, que si ahora falta no sé qué… Es increíble. Por más que lo denunciamos no hay voluntad política para que arranque. Mi bloque de vecinos aquí en Granada, que tiene 80 viviendas, cocheras y locales comerciales, se ha construido por completo en dos años», añade el portavoz del SUP.
El sindicato policial desconfía de las razones alegadas por el delegado del Gobierno y apunta en otra dirección: «Hay un elevado déficit de agentes de Policía Nacional, no sólo en Motril, sino en Granada, y la puesta en funcionamiento requeriría una dotación de compañeros para mantener la seguridad y custodiar el CATE. Ésa puede ser la razón por la que no entra en funcionamiento, por lo menos hasta que la inmigración no reviente otra vez».
El actual CATE, cedido por Cruz Roja, tiene un aforo de 96 personas, mientras que el futuro centro tendrá una capacidad aproximada para 170 inmigrantes. El Ministerio del Interior adjudicó la intervención a la empresa Effage Energía por 257.000 euros. Hace dos años, la Subdelegación del Gobierno en Granada alegaba que Andalucía no sufría entonces una «emergencia migratoria» que justificase la apertura de este nuevo CATE. Era mayo de 2021, y la comunidad había recibido ya más de 2.500 inmigrantes ilegales aquel año.
«El problema es que cuando vienen llegan en tropel, y el actual CATE no tiene las condiciones necesarias, como ya manifestó el Defensor del Pueblo, ni para los inmigrantes ni para los compañeros que allí trabajan. Es tercermundista. Hace falta que vengan 3.000 inmigrantes para que abran el nuevo CATE», protestan desde el SUP. «El Gobierno pensará: ‘¿para qué vamos a tener abierta una infraestructura que necesita seguridad si son pocos los que vienen? Tiramos con la que hay, que no necesita seguridad, y conforme vayan viniendo los vamos metiendo ahí. Y que se aguanten los compañeros y los inmigrantes. Es lo que hay, cuando vengan 3.000 y no quepan ahí, pues ya veremos si abrimos el CATE o no’. Es de una sinvergonzonería impresionante», zanja el secretario provincial del sindicato.
Las pateras siguen llegando
Entretanto, los inmigrantes ilegales siguen desembarcando en el puerto de Motril. Este pasado lunes, Salvamento Marítimo trasladó a la dársena granadina a 46 varones de origen magrebí que alcanzaron por sus propios medios la isla de Alborán.
Este jueves, tres días después, el Servicio Marítimo de la Guardia Civil trasladaba al puerto de Motril a otros 80 inmigrantes ilegales magrebíes -70 varones, dos mujeres y ocho menores- localizados a las 14:40 horas en un islote cercano a la isla de Alborán. En total, casi 130 inmigrantes llegados ilegalmente a territorio nacional han sido llevados al puerto de Motril en lo que va de semana.