Negligencia

El IML de Cádiz admite que incineró a un hombre que quería ser enterrado y dio sus restos a otra familia

El instituto forense asume que se hizo un reconocimiento visual de los cuerpos, sin comprobar sus datos

La familia del hombre no quería incinerarlo "bajo ningún concepto"

El IML de Cádiz admite que incineró a un hombre que quería ser enterrado y dio sus restos a otra familia
Instituto de Medicina Legal de Cádiz. (Junta)
David García de Lomana

El Instituto de Medicina Legal (IML) de Cádiz ha reconocido que confundió dos cadáveres, acabó incinerando el de un hombre que quería ser enterrado y entregó sus restos a la familia equivocada. El error parte de un «incumplimiento» en el protocolo de identidad de entrega de los cuerpos, tal como admite el órgano forense, que incineró a un hombre de Málaga en lugar de a una mujer de Cádiz.

Tras la confusión, que saltó a los medios en octubre de 2024, la Junta de Andalucía abrió un expediente para esclarecer lo ocurrido. Lo que se sabía entonces era que el cadáver de un malagueño que murió en El Puerto de Santa María se llevó al IML de Cádiz para practicarle la autopsia en el Servicio de Patología Forense antes de entregar el cuerpo a su familia. Ese mismo día, a distinta hora, llegó al IML el cadáver de una anciana gaditana. La familia de la mujer quería incinerarla, como era su deseo. La familia del hombre quería trasladar el cuerpo a Málaga para velarlo y enterrarlo. Pero, tras las autopsias, el cadáver que acabó incinerado fue el del hombre. El error se destapó cuando, al día siguiente, la funeraria que iba a trasladarlo a Málaga se dio cuenta de que se estaban llevando el cuerpo de una mujer.

Ahora, medio año después, el informe del IML –al que ha tenido acceso Europa Press– concluye que se realizó un «simple reconocimiento visual» de los cadáveres, sin comprobar la leyenda del sudario, los datos de la cremallera o la pulsera identificativa del cuerpo. Nada de eso se hizo, a pesar de que hay un documento donde figura la firma del técnico de anatomía patológica que entrega el cadáver y la del trabajador de la funeraria que lo recoge para llevarlo al tanatorio de Barbate y proceder a su incineración.

El informe señala que ambos firmaron el documento de salida del cadáver como si hubieran verificado su identidad, pero en realidad «no lo hicieron, entregando el cuerpo de un hombre en vez del cuerpo de una mujer».  El IML indica que el error se dio «tanto en la actuación del técnico en anatomía patológica como en el operario de la funeraria». La negligencia se evidenció «un día después», apuntan.

Según la denuncia presentada por la familia del fallecido, el pasado 21 de octubre la hija menor recibió una llamada del director del IML de Cádiz, que le comunicó que «lamentablemente» se había producido «un doble error»: el cuerpo de su padre se entregó a una funeraria distinta, que a su vez lo dejó en manos de la familia equivocada, que lo incineró. El informe recalca que tanto el malagueño como sus hijas dejaron claro que no querían que fuera incinerado «bajo ningún concepto». El entierro ya estaba organizado.

Las hijas del fallecido presentaron una reclamación por responsabilidad patrimonial contra la Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía, solicitando una indemnización por daños y perjuicios.

«Este lamentable suceso evidencia una negligencia inexcusable por parte de las entidades responsables de la custodia e identificación de los fallecidos», ha manifestado en una nota el abogado que representa a las hijas, que remarca además que el propio informe del IML de Cádiz «corrobora la cadena de fallos en los protocolos», lo que ha sumido a la familia «en un profundo dolor».

Por ello, el letrado exige que «se asuman las responsabilidades pertinentes y se compense adecuadamente a las hijas por el terrible daño infligido», puesto que se les privó de «su derecho a un duelo digno y a respetar la última voluntad de su padre».

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