El 25% de los menas marroquíes de entre 12 y 16 años escolarizados en Ceuta han dejado de ir a clase

Menas en las naves del Tarajal, en Ceuta.
Menas en las naves del Tarajal, en Ceuta (EUROPA PRESS).
David García de Lomana

El 25% de los 140 menores inmigrantes no acompañados (menas) de entre 12 y 16 años que el Ministerio de Educación escolarizó en horario de tarde en cinco institutos de Ceuta a mediados de septiembre han dejado de acudir a clase con el paso de las semanas, según fuentes consultadas por Europa Press. El pasado mes de octubre el ratio de no asistencia era del 5%.

Además, otros 20 niños con menos de 12 años se integraron en grupos ordinarios de distintos colegios públicos locales. Este miércoles, alrededor de 200 menores marroquíes de entre 16 y 17 años -edad de escolarización no obligatoria- llegados a Ceuta durante la invasión de mayo han comenzado a recibir atención socioeducativa en «aulas de inmersión lingüística y formación básica».

Para ello, el Ministerio de Educación ha contratado a once maestros de Educación Primaria que atenderán a otros tantos grupos en los que se han repartido a estos dos centenares de menas del país vecino, que recibirán competencias lingüísticas básicas en lengua castellana.

El Consejo de Ministros validó a finales de noviembre la declaración de emergencia de las obras necesarias presupuestadas en casi un millón de euros para la adquisición e instalación de módulos prefabricados para la puesta en funcionamiento de 12 aulas modulares educativas en el campamento provisional de Piniers, donde actualmente permanecen acogidos alrededor de 200 menas marroquíes.

Repatriación bloqueada

Las Fuerzas de Seguridad filiaron durante las semanas posteriores a la crisis fronteriza de mayo a algo más de 1.100 menas marroquíes, pero actualmente la cifra de acogidos por la administración autonómica ha caído drásticamente hasta menos de 340 tras las reagrupaciones familiares consumadas en la península, la devolución exprés de 55 en agosto (en un procedimiento paralizado por la Justicia) y el cumplimiento de la mayoría de edad o el cruce irregular del Estrecho de un número indeterminado.

Estas aulas constituyen «una medida temporal y de carácter excepcional cuyo funcionamiento se prevé a lo largo del curso 2021-2022» mientras las autoridades tramitan la repatriación de esos jóvenes, bloqueada por la falta de respuesta de las autoridades marroquíes a la petición de informes individualizados sobre su situación sociofamiliar en su país de origen.

Las aulas, que han comenzado a funcionar este miércoles, dependen orgánicamente del Centro de Educación de Personas Adultas (CEPA) Miguel Hernández y tienen como propósito «proporcionar una primera medida de acogida en el sistema educativo» a sus beneficiarios y dotarlos de «la competencia lingüística básica en lengua castellana, oral y escrita, que permita un mínimo de interacción social con la comunidad educativa».

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