Ciudadanos será el partido más votado en Cataluña el 20D según una encuesta secreta de Convergència
Ciudadanos se convertirá en el partido más votado en Cataluña en las elecciones generales del próximo 20D, según una encuesta interna de Convergència. Un resultado que, de confirmarse en las elecciones generales del próximo 20D, deslegitimaría y haría descarrilar por completo el proceso soberanista impulsado por Artur Mas.
El partido de Albert Rivera ya dio la sorpresa en las autonómicas del pasado 27S, al convertirse en el principal partido de la oposición con 25 escaños, frente a los 62 obtenidos por Junts pel Sí. Si una formación política constitucionalista como Ciudadanos se consolida ahora como el partido más votado en Cataluña, Artur Mas se quedaría sin discurso para seguir defendiendo su plan soberanista.
La CUP puede contribuir de forma decisiva a este desenlace, puesto que ha decidido prolongar la agonía de Mas al negarle los dos votos que precisa para ser reelegido presidente de la Generalitat. Todo indica que los diputados antisistema encabezados por Antonio Baños seguirán retrasando la elección del nuevo president hasta después de las elecciones generales, que abrirían un nuevo escenario político en Cataluña.
De este modo, mientras Artur Mas se lo juega todo a la carta de la Presidencia de la Generalitat, el pánico ha comenzado a apoderarse de los cuadros de mando de su partido, ante el previsible descalabro que espera a CDC en las elecciones generales del próximo 20N.
Según la encuesta interna a la que ha podido acceder OkDiario, Ciudadanos obtendría entre 12 y 15 escaños en Cataluña en los comicios del mes de diciembre. Por su parte, ERC se situaría como el segundo partido más votado, con nueve escaños, el triple de los que obtuvo hace cuatro años. De este modo, el partido de Oriol Junqueras lograría capitalizar una parte del voto de la CUP, que no se presenta a las elecciones generales por considerar que las Cortes españolas son por completo ajenas a Cataluña.
Fuga de votos del PP a Ciudadanos
Por su parte, CDC –que esta vez no puede enmascarar su fracaso electoral bajo el paraguas de Junts pel Sí– se desplomaría hasta la tercera posición, con solo ocho escaños, la mitad de los obtenidos en las generales de 2011, cuando logró 16 en el Congreso de los Diputados. Un desastre sin paliativos para Artur Mas, que vería así cómo se desinfla su legitimidad para seguir exigiendo la Presidencia de la Generalitat.
Las cosas aún pueden empeorar, ya que según la encuesta interna de su partido, CDC podría caer incluso hasta la cuarta posición, por detrás del PSC. Por último, el sondeo también augura un hundimiento del PP en Cataluña, cuya candidatura encabezada por el ministro Jorge Fernández Díaz (con Jorge Moragas como número 2 y Alicia Sánchez Camacho de 3) no despierta pasiones.
Con esta lista, el PP podría rondar los cinco escaños, frente a los once que obtuvo en las anteriores elecciones generales. Este fracaso de los populares en Cataluña confirmaría, como ya ocurrió en las autonómicas de 27S, el trasvase de votantes constitucionalistas a favor de Ciudadanos, que se ha erigido en el principal referente de quienes rechazan el proceso soberanista de Artur Mas.
El sondeo interno de CDC también ofrece otro dato revelador: si hoy se celebrasen nuevas elecciones autonómicas en Cataluña, Junts pel Sí perdería un 25% de sus votos respecto a los obtenidos hace un mes y medio. Un dato que demuestra el desencanto de buena parte de los votantes de la lista conjunta de Artur Mas y Oriol Junqueras ante la deriva que ha tomado el proceso soberanista.
Temen más a Montoro que a Rajoy
Ante este panorama, en la dirección de Convergència tienen puestas sus esperanzas en que el Gobierno de Rajoy adopte una posición de fuerza antes de las elecciones generales –como la inhabilitación de Artur Mas o la suspensión de la autonomía– que pueda ser interpretada en Cataluña como una provocación y logre levantar el ánimo de los votantes de CDC.
Hasta ahora, el presidente Mariano Rajoy ha intentado conjurar este riesgo, adoptando una posición de firmeza y anunciando la aplicación de los instrumentos legales que tiene a su disposición el Gobierno, pero evitando gestos que puedan alimentar el discurso del agravio y la provocación en Cataluña. Rajoy ha aprendido de los errores que cometió el PP tras los atentados del 14M y ha decidido convocar a los principales partidos de la oposición para ofrecer una imagen de unidad frente al intento de quebrar la Constitución.
No solo en Convergència, también en el mundo empresarial de Cataluña comienza a cundir la preocupación. Sobre todo porque si el ministro Montoro decide cerrar el grifo de la financiación a Cataluña, la Generalitat se verá en serios problemas para pagar la nómina a sus funcionarios y para atender los pagos a sus proveedores. En consecuencia, miles de empresas empezarían a sufrir las consecuencias del plan soberanista de Junts pel Sí.
Con la CUP enrocada en su negativa a apoyar a Mas, en medios convergentes se da por hecho que casi nada se moverá hasta después de las elecciones generales. Entonces CDC intentará obtener el respaldo de algunos diputados de Iniciativa per Cataluña (integrados en Catalunya Sí que es Pot junto a Podemos) para desbloquear la elección del nuevo president, que deberá gestionar la negociación con el Gobierno central que salga elegido de las urnas.