Caso La Manada

El abogado de ‘La Manada’ a OKDIARIO: «La justicia no se basa en #yosítecreo sino en pruebas»

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PREGUNTA: ¿Tuvo en algún momento dudas de si aceptar o no este caso?

RESPUESTA: Absolutamente no. Mi trabajo como abogado no consiste en prejuzgar a mis clientes sino en defender o acusar en función de lo que ellos me indiquen. Desde el primer minuto en que escuché sus relatos y los comparé con la versión prestada en la denuncia, los vídeos y las pruebas, no tuve ninguna duda de que estábamos hablando de personas inocentes.

P: Si hubiese pensado que fueran culpables, ¿habría aceptado igualmente representarles?

R: Les hubiera representado exactamente igual. Sólo habría evitado la defensa pública y me hubiese limitado a la defensa técnica en sede judicial. Quienes han sugerido que si son condenados yo debería pedir perdón no entienden ni lo que es el Estado de Derecho ni muchísimo menos el derecho de defensa. 

P: ¿Dice usted que como letrado ha entendido que hay determinados casos en los que la defensa debe ser doble?

R: Cuando un procedimiento judicial es tomado por los medios de comunicación como referencia y empiezan a emitirse opiniones sobre los hechos con la intención de falsearlos, el único modo de llegar a una vista que no esté absolutamente contaminada es acudir a los medios. Mantener el silencio en algo así significa asumir una actitud derrotista frente a una sociedad que se deja convencer por el poder mediático. Intervengo en los medios de comunicación, donde se inicia una campaña brutal para destrozar la imagen de estas personas, porque entendí que la mejor forma de iniciar el proceso pasaba, en primer lugar, por solicitar públicamente su presunción de inocencia. 

P: Mucha gente ha salido a protestar por una sentencia que no convence ni  a unos ni a otros…

R: Independientemente de las consignas del #Yositecreo, la Justicia no funciona en base a creencias. Se trata de que se pueda acreditar o no lo que dices. Y que se pueda acreditar en función de pruebas. Una mujer por el hecho de denunciar una agresión sexual, y con sólo su palabra, podría obtener una sentencia condenatoria para su agresor. Y me parece bien. Pero para que la palabra de la mujer pueda generar ese resultado tiene que estar sometida a unos requisitos muy estrictos que no se cumplían en este caso.

P: ¿La gente protesta por lo que no entiende? Porque también ha habido pronunciamientos de la clase política…

R: Es increíble que magistradas que ya no están en ejercicio y ocupan puestos de relevancia afirmen que las sentencias tienen que ajustarse al sentir popular y no a Derecho. Produce miedo. Estamos hablando casi de la vuelta a la aplicación del Código Penal hitleriano. Las sentencias no las dicta la calle. Y todas las formaciones que ahora se rasgan las vestiduras con la decisión y claman contra el voto particular absolutorio no tuvieron ningún problema con aplicar la doctrina Parot, que puso en libertad a asesinos y violadores reincidentes, convictos y con sentencias firmes. Es bochornoso que se permitan desprestigiar a los magistrados.

P: Magistrados que se han visto amenazados y que han tenido que cambiar su aspecto físico e incluso ir acompañados de escolta. ¿Son víctimas colaterales?

R: No le quepa la menor duda. Antes los magistrados en País Vasco y Navarra tenían que ir con protección por las presiones de una parte muy concreta de la sociedad, ahora tienen que hacerlo por las presiones de otra parte de la sociedad y por hacer su trabajo. Produce miedo, pánico y vértigo hasta dónde estamos llevando el límite de la separación de poderes. 

P: Las propuestas políticas tienden a la formación de jueces y magistrados con “perspectiva de género” ¿Ha dejado la Justicia de ser ciega?

R: ¿Han dejado los políticos de usar la Justicia para su propio beneficio? Hablar de perspectiva de género está muy bien como concepto, ¿pero es perspectiva de género o ideología de género?. ¿Alguien va a poner en duda que la magistrada que participa en la sentencia no tiene perspectiva de género? ¿La vamos a tildar de mujer machista porque no dicta la sentencia que algunas pretenden? Es todo tan absurdo que si no fuera así resultaría trágico.

P: ¿Nadie hace pedagogía? ¿Por qué nadie desde los poderes públicos explica, por ejemplo, que en España no existe el Derecho Penal de autor ni la Justicia se basa en la condición personal del presunto criminal?

R: Nadie. No puede ser que quienes opinan en los medios de comunicación día sí y día también desconozcan el principio “in dubio pro reo” -entre dos opciones posibles para la toma de una decisión judicial, se aplica siempre la más favorable al acusado- por ejemplo. Es tremendo cuando alguien pretende obviar estos datos para que su opinión personal no pierda fuerza.

P: Al hilo de este caso, las ministras de Igualdad y Justicia han dicho que «todo lo que no es sí, es no». Parece que para acreditar el consentimiento en las relaciones sexuales va a ser necesario un acta notarial…

R: Cuando escucho a determinadas señoras erigirse como líderes del movimiento #Metoo #Yositecreo o #Noesno me produce una cierto vértigo. El juez le preguntó a la denunciante directamente cómo manifestó que no quería mantener relaciones sexuales y no obtuvo una respuesta categórica. Era sencillísimo, diciendo ‘No’ o intentando impedir mínimamente las mismas. No se trata de exigir reacciones heroicas, sino simplemente hacer entender a la otra parte que no quería. Especialmente cuando ella ya indicó que entró voluntariamente en el portal “a fumarse un porro”. Si alguien entra donde sea pensando que va a algo distinto de lo que finalmente ocurre, genera como mínimo una sorpresa que se manifiesta de una u otra forma, cosa que en este caso no sucedió. ‘No es no’ es una afirmación categórica con la que no puedo estar más de acuerdo y aplica para cualquier momento de la relación o sobre cualquier tipo de práctica no deseada. Pero ‘si no dices sí, es no’ es un silogismo que convierte la prueba judicial en algo diabólico y las relaciones sexuales, hasta de pareja, a tener que exigir un contrato para su realización. 

P: ¿Cree que el impacto mediático ha ayudado a otras denunciantes o por el contrario ha provocado un efecto imitación?

R: En Barcelona o en Galicia otras mujeres que han interpuesto denuncias las han retirado reconociendo que sus acusaciones no eran ciertas. Hay que valorar con mucha más cautela lo que se está haciendo el tema de las denuncias. Cualquier mujer que considere que ha sido agredida o abusada tiene el derecho de denunciarlo y el Estado el deber de protegerla, eso es incuestionable. Pero eso no puede separarse de la presunción de inocencia de la persona o personas sobre las que pesa la denuncia. La misma tutela que tiene la mujer debe tenerla el acusado.

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