Los talibanes vuelven a Afganistán

Los GEO buscan en Kabul a traductores atrapados a los que los talibanes no dejan llegar al aeropuerto

Uno de los colaboradores afganos relata cómo los talibanes les han dicho que si quieren abandonar el país tienen que ser recogidos por el país para el que hayan colaborado

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Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

El aeropuerto de Kabul es el lugar más seguro de Afganistán, pero al mismo tiempo es el más inaccesible. Desde allí Estados Unidos coordina los slots para que los países de la coalición militar que han pasado 20 años en el país aterricen sus aeronaves y permanezcan en tierra el tiempo mínimo imprescindible para embarcar a las personas que tengan que evacuar y volver a volar. En Kabul las cosas no están para perder el tiempo. Así se explica que el primer avión español que ha aterrizado proveniente de Afganistán lo haya hecho con poco más de medio centenar de refugiados, muy por debajo de la capacidad de carga del Airbus A-400M de la Fuerza Aérea Española. Son los que son porque el resto de los colaboradores afganos a los que España espera no pueden acceder al aeropuerto. Ante esta situación los 17 policías de la Embajada, 10 miembros del Grupo Especial de Operaciones y 7 de las Unidades de Intervención Policial han comenzado a hacer incursiones en Kabul para llevar escoltados a los afganos colaboradores con nuestro país hasta el aeropuerto.

Estas incursiones son extremadamente complejas y arriesgadas, por eso se han pospuesto hasta que no ha habido más remedio. La fuerza policial destinada en la Embajada fue trasladada hasta el aeropuerto de Kabul a bordo de un helicóptero de los marines americanos así que ni siquiera disponían de los vehículos necesarios para este tipo de operación de rescate. Al final la colaboración del resto de ejércitos apiñados en el aeródromo ha hecho posible que los GEO y UIP hayan podido disponer de lo necesario para salir a buscar a los que no pueden entrar.

Pese a sus palabras y gestos de buena voluntad, lo cierto es que los talibanes están volviendo a sembrar el terror en el país, pero donde esta realidad es permanentemente visible es al otro lado de los muros del aeropuerto de Kabul. Desde diferentes puntos del país llegan a cada minuto personas que aseguran tener algún tipo de relación con las fuerzas militares de la coalición occidental para que los talibanes les permitan entrar al aeródromo. Allí se encuentran siempre a los talibanes, quienes no sólo les impiden el paso, sino que tiran de sus armas de fuego y lanzan ráfagas de disparos disuasorias para que la gente cese en su afán de entrar en el aeropuerto.

Traductores amenazados

Esta situación queda perfectamente reflejada en las palabras de uno de los traductores que ha servido para el Ejército español que explica así lo que está sucediendo: “Fuimos al aeropuerto a las 9 de la mañana y no regresamos hasta las siete de la tarde. Nos pasamos el día allí y no podemos pasar al aeropuerto. Los talibanes nos dicen que si nosotros hemos trabajado para militares españoles y queremos salir de Afganistán tienen que venir a recogernos militares españoles”. El intérprete en cuestión asegura haber sido testigo de cómo los soldados americanos, ingleses y turcos iban caminando entre los talibanes y las personas apiñadas en el aeropuerto buscando por su nombre y apellidos a sus propios colaboradores para llevarlos consigo. De hecho, OKDIARIO reproduce en este artículo un vídeo en el que puede verse como el RAID, el grupo de élite de la Policía francesa, regresa de una de esas incursiones en Kabul con sus colaboradores a bordo de coches y furgonetas.

La cuenta atrás es angustiosa y eso lo saben tanto los militares como los afganos que quieren salir de Kabul. Todos sospechan que la pose pacífica de los talibanes no es más que un amaneramiento forzado de cara a la comunidad internacional, pero este mismo traductor deja muy a las claras cuál es el verdadero sentir de los talibanes hacia quienes desean abandonar su país: “Recibimos llamadas desde otras provincias del país a nuestros teléfonos. Nos dicen que somos unos traidores por colaborar con países como España y por querer marcharnos. Nos advierten que ojalá podamos coger un avión porque de lo contrario se nos tratará como a traidores a nosotros y a nuestras familias”.

La delegación española en Afganistán, con su embajador Gabriel Ferrán coordinando todas las operaciones, quiere alejarse y mucho de lo protagonizado por otras delegaciones diplomáticas como la holandesa. Según fuentes locales, los holandeses fueron advertidos del regreso del régimen talibán en medio de la noche así que el personal holandés de la embajada salió con lo puesto de sus instalaciones para tomar el primer avión de vuelta a su país. A la mañana siguiente el personal afgano colaborador con Holanda se encontró el edificio de la embajada vacío. Los habían dejado atrás.

Si todo va bien en cuestión de horas los colaboradores afganos serán puestos a salvo y trasladados a España en el avión que partió esta pasada madrugada desde Dubái con destino a Kabul. El plan es que los policías y el embajador sean los últimos en salir de Afganistán cuando todos los demás estén ya a salvo.

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