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Este desconocido pueblo de Zaragoza es una joya medieval que tiene de todo: muralla, historia y gastronomía

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Daroca. Imagen: ecelan.
  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

En Zaragoza hay ciudades con imponentes catedrales, rincones naturales sorprendentes y pueblos llenos de encanto que reciben miles de visitantes cada año. Sin embargo, también existen pequeñas localidades que pasan desapercibidas y apenas reciben turistas.

Ese es el caso de un pueblo infravalorado que lo tiene todo. Es probable que su nombre no te suene, pero lo que sí es seguro es que, después de leer este artículo, querrás apuntarlo en tu lista de escapadas.

El pueblo de Zaragoza que lo tiene todo

Este lugar es Daroca, una joya medieval en el corazón del valle del Jiloca. Situada a 83 kilómetros de Zaragoza, esta villa amurallada es una de las localidades más sorprendentes de Aragón. Su importancia histórica se remonta a la época musulmana, cuando formaba parte de la línea defensiva de Al-Ándalus, y tras la reconquista cristiana, mantuvo su relevancia como un punto estratégico en la región.

Uno de los aspectos más impresionantes de Daroca es su muralla, que con más de cuatro kilómetros de longitud, supera incluso a la de Ávila. Así lo ha destacado la revista National Geographic en uno de sus artículos, resaltando su importancia dentro del patrimonio fortificado español.

A lo largo del trazado se pueden ver numerosos torreones y puertas monumentales, como la Puerta Baja, el Portal de Valencia y la Puerta del Arrabal, que en su día protegían la ciudad.

Sin embargo, Daroca no sólo sorprende por su muralla, ya que muchos viajeros la consideran un auténtico museo al aire libre. Su casco histórico, declarado Bien de Interés Cultural, cuenta con una impresionante colección de templos, palacios y casas señoriales que reflejan la fusión de estilos arquitectónicos que han definido su historia.

¿Qué ver en Daroca?

Recorrer Daroca requiere tiempo. Aquí, los siglos de historia se sienten en cada rincón, y un buen punto de partida es la basílica de Santa María de los Sagrados Corporales, un templo de gran importancia que conserva una de las reliquias más valiosas de Aragón: los Sagrados Corporales, unas hostias que, según la tradición, sangraron durante un asedio en el siglo XIII.

También destacan las iglesias de San Miguel, con impresionantes pinturas góticas, y las de San Juan y Santo Domingo de Silos, que combinan el estilo románico con elementos mudéjares.

Cuando vayas caminando podrás ver edificios como el palacio de los Luna, la Casa de los Canónigos o el palacio de Gil Bernabé. Otro de sus rincones más especiales es la antigua judería, situada en el actual Barrio Nuevo, que recuerda el importante papel que tuvo la comunidad sefardí en la villa.

Por otra parte, la gastronomía es un elemento esencial en cualquier visita a Daroca. Uno de sus mayores atractivos es el Museo de la Pastelería Manuel Segura, donde es posible conocer la historia de una de las sagas de reposteros más antiguas de España y disfrutar de dulces tradicionales.

Además, si visitas la localidad en mayo, tendrás mucha suerte, pues podrás asistir a su feria gastronómica, un evento en el que la pasta y los postres artesanales son los protagonistas, atrayendo a visitantes de toda la región.

Todo esto lo deja claro, si aún no conoces Daroca, es hora de apuntarlo en tu lista y preparar la maleta para viajar.

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