Morante honra a Manolete con una histórica faena en Linares y se lleva dos orejas y rabo

Linares Morante de la Puebla
El matador Morante de la Puebla.

La tarde del 28 de agosto del 2021 se recordará por siempre en Linares (Jaén), y es que Morante de la Puebla honró la memoria de Manuel Rodríguez «Manolete» con una antológica faena al toro «Fardón», de Juan Pedro Domecq, al que cortó las orejas y el rabo ante el delirio de los tendidos linarenses.

Ya con el capote formó un alboroto en las verónicas, realizadas con su sello personal y rematadas de una jaleada media. El quite por delantales fue, asimismo, bellísimo, al igual que la serpentina de remate.

Con la montera puesta inició su labor con toreros ayudados que remató con un cambio de mano que duró una eternidad. Se avecinaba la tormenta perfecta en forma de faena sublime, acompañado por el «Orobroy» del pianista David Dorante que amenizó toda la tarde.

A los sones del mencionado “Orobroy” puso el sevillano al respetable el vello de punta en dos formidables tandas sobre la mano diestra, acompañando con la cintura la noble embestida del toro de Juan Pedro. Con la izquierda y al natural surgieron muletazos de uno en uno, majestuosos, con esa imagen añeja de un torero antiguo en tiempos modernos.

Honró la memoria de «Manolete» en una sublime serie de naturales a pies juntos de frente, improvisando en el remate. Locura en los tendidos, más cuando abrochó la faena por manoletinas, otro guiño al «Monstruo» cordobés en el 74 aniversario de la mortal cornada que cambió la historia del toreo.

La estocada baja que recetó Morante no fue impedimento para que paseara los máximos trofeos.

Con el primero, en cambio, quedó inédito Morante ante la invalidez del toro de Juan Pedro Domecq, con el que optó por la brevedad.

Manzanares desorejó a su primero en una labor elegante, de suavidad, gusto y temple. Es verdad que nunca pudo bajar la mano, el toro no se lo permitía, pero todo lo que hizo estuvo presidido por el buen gusto y la despaciosidad de su muleta. Poco a poco fue armando una faena que fue calando en los tendidos que remató de una buena estocada, cortando dos orejas.

Con el quinto no pudo rematar su tarde por no andar acertado a espadas, pero antes había imprimido de nuevo suavidad y cadencia en un trasteo pulcro ante otro toro justo de todo, que terminó rajándose.

Daniel Crespo se fue de vacío por sus fallos con la espada. Toreó muy bien con capote y muleta en sendas faenas y eso que no tuvo ningún toro de triunfo claro, pero suficientes para dejar muestras de que quiere hacer las cosas con mucha pureza. Fue fuertemente ovacionado al término de sus dos labores.

Al final del festejos, todos los actuantes abandonaron el coso taurino juntos ante una gran ovación del público en una tarde que pasará a la historia por una faena grande de Morante de la Puebla en el día en el que conmemoró el 74 aniversario de la cogida y muerte de «Manolete».

FICHA DEL FESTEJO 

Toros de la ganadería de Juan Pedro Domecq, justos de presentación, noble y blandos en conjunto. Destacó el cuarto, de nombre «Fardón», número 76 y de 509 kilos, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.

Morante de la Puebla, silencio, y dos orejas y rabo.

José María Manzanares, dos orejas y ovación con saludos.

Daniel Crespo, ovación con saludos tras aviso y ovación con saludos tras aviso.

La plaza registró tres cuartos de entrada sobre el aforo permitido en tarde de una gran expectación

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