Pregúntale a ChatGPT sobre el emoji de caballito de mar y mira qué ocurre tras hacerlo
El emoji del caballito de mar se ha vuelto viral en redes por hacer que ChatGPT entre en un bucle infinito de respuestas absurdas.
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Las redes sociales se han llenado de capturas como la que acompaña este artículo: una conversación aparentemente normal que termina en un bucle infinito de respuestas. Todo comienza cuando un usuario pregunta inocentemente si existe un emoji de caballito de mar. A partir de ahí, el asistente empieza a responder con peces, dragones, corales y una buena dosis de confusión.
En lugar de mostrar el emoji correcto, que sí existe y es 🐠, ChatGPT entra en una especie de espiral de intentos fallidos, corrigiéndose una y otra vez, mezclando animales marinos y riéndose de su propio error. Lo curioso es que la conversación no termina nunca. Cada intento lleva a otro y otro, generando un hilo casi interminable que ha despertado la risa de miles de usuarios.
Un experimento que agota tus créditos
Aunque la situación es divertida, hay un detalle que conviene tener en cuenta: si usas la versión gratuita de ChatGPT, este experimento puede salirte caro en tiempo y créditos. Los usuarios del plan gratuito tienen un número limitado de mensajes o de tiempo activo con el asistente. Si dejas que el chat siga respondiendo sin pausa durante minutos, como ocurre con este bug del “emoji del caballito de mar”, podrías agotar tus créditos de sesión y quedarte temporalmente sin acceso hasta que se reinicien.
El origen del error
El fallo parece deberse a la confusión del modelo entre varios emojis marinos parecidos. El emoji oficial del caballito de mar existe desde 2018, pero su representación varía según el sistema operativo o teclado. Algunos modelos antiguos lo asocian a un pez tropical o incluso a un dragón marino, lo que habría provocado el divertido malentendido.
El resultado es que ChatGPT no consigue reconocer el símbolo correcto y entra en una especie de ciclo autocrítico: “no, espera… ese no…”, “tampoco”, “ahora sí”, “no…” y así sin parar. Una mezcla de comedia involuntaria y glitch lingüístico que muchos ya comparan con el mítico “blue screen” de Windows, pero con emojis.
Humor y límites de la IA
Más allá de la broma, el caso del “emoji del caballito de mar” muestra algo interesante sobre cómo funcionan los modelos de lenguaje: pueden improvisar con coherencia, pero no siempre saben cuándo detenerse. Al no reconocer un final lógico, repiten patrones, se corrigen y entran en bucles que parecen humanos, aunque no lo sean.
Este pequeño fallo también sirve para recordar que, aunque la inteligencia artificial parece cada vez más natural, sigue dependiendo de contextos bien definidos. Cuando una pregunta ambigua o un error de interpretación se cuelan, el resultado puede ser tan imprevisible como hilarante.
¿Probarlo o no probarlo?
Si tienes una cuenta de pago, puedes intentarlo por curiosidad sin miedo a quedarte sin uso, aunque probablemente acabes dándole al botón de “Detener generación” entre risas. Pero si estás en la versión gratuita, mejor ver los ejemplos en redes antes que arriesgarte a perder tus minutos diarios de chat.
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