Guía de supervivencia para usuarios de Apple: cómo sobrevivir a las críticas con estilo


Los que son usuarios de Apple no lo son solo por elección tecnológica. Es, muchas veces, una forma de entender la relación con los dispositivos. Quienes entran en el ecosistema lo hacen buscando fluidez, diseño, fiabilidad… pero a cambio aceptan un peaje, el las críticas constantes. Mencionar que usas un iPhone o trabajas en un MacBook desata, en ocasiones, una serie de reacciones automáticas en la gente. Desde el clásico “eso lo hace mi Android por 300 euros” hasta el ya mítico “Apple vende humo”, pasando por otras joyas como “solo pagas por el diseño” o “estás dentro de una secta”. El repertorio es tan amplio como previsible. Y curiosamente, solo pasa con la gente que menos introducida está con el mundo de la tecnología. El cuñadismo en su esencia pura.
Cómo no caer en la trampa
Quien ha usado Apple durante un tiempo sabe bien qué tipo de comentarios se repiten en reuniones, chats de grupo o sobremesas con cuñados expertos en tecnología. “Apple solo vende humo” es una de las favoritas, aunque suele venir de quienes nunca han probado AirDrop o Handoff. También está la comparación económica: “Eso en Android lo tienes por la mitad”, a lo que podrías responder, con una sonrisa, que también tienes la mitad de actualizaciones y el doble de anuncios.
La supuesta falta de potencia, que algunos achacan al hecho de que los productos de Apple dan más importancia al diseño, suele desmontarse sola cuando ves trabajar a un chip M3 sin despeinarse. Y no falla el que asegura que “me monto un PC por la mitad y con más potencia”, olvidando las horas que pasará buscando drivers, configurando BIOS o reparando algún fallo inesperado.
Quizá la más repetida sea la de “Apple es una secta”, y aquí no queda otra que asumirlo con deportividad. Porque sí, quizá lo sea. Pero hay quienes están dentro encantados y no tienen ningún interés en salir.
Lo que los usuarios de Apple entienden
Más allá de las bromas, hay momentos en los que ser usuario de Apple tiene todo el sentido del mundo. Cuando empiezas un correo en el iPhone y lo terminas en el Mac sin tocar nada. Cuando necesitas pasar un archivo y lo haces con AirDrop en dos segundos. Cuando pierdes el móvil y lo localizas con el reloj, o cuando todos tus dispositivos se actualizan a la vez y sin problemas. Ese tipo de integración no se explica en una tabla de especificaciones, pero cambia por completo la experiencia del día a día. Y es ahí donde el ecosistema Apple brilla de verdad.
No es barato, pero funciona
Es cierto, ser usuario de Apple no es una decisión económica. Un iPhone 16 Pro cuesta más de mil euros, y un Mac siempre es más caro que cualquier portátil con Windows o Linux. Pero también hay que decir que los dispositivos duran más que la media, reciben soporte durante años y, en muchos casos, mantienen un valor de reventa alto al tener una curva de depreciación poco pronunciada.
Además, existen formas de ahorrar. Apple vende productos reacondicionados con garantía, y el mercado de segunda mano está muy vivo. Los modelos de años anteriores sigan rindiendo a gran nivel, especialmente si hablamos de iPads o portátiles con chips propios de Apple. Un iPhone de hace cuatro años sigue funcionando como el primer día y recibe las mismas actualizaciones que uno nuevo.
Los usuarios de Apple, no creo que hayan de caer en trincheras tecnológicas. Personalmente, valoro lo que me ofrece el ecosistema de la manzana, pero no por ello dejo de reconocer todo lo que Android ha aportado al mundo de los móviles. De hecho, muchas de las funciones que hoy disfrutamos en iOS, como los widgets en la pantalla de inicio, el centro de control personalizable o incluso la carga inalámbrica, llegaron antes a los dispositivos Android. Apple tiene la habilidad de adaptar y refinar ciertas ideas hasta integrarlas de forma impecable en su sistema, pero eso no significa que las haya inventado. Al final, se trata de elegir lo que mejor se adapta a cada uno, sin despreciar lo demás.
Ser usuario de Apple no es un crimen
Quienes critican a Apple suelen hacerlo desde fuera, pero cada vez más personas se quedan dentro tras probar cómo funciona. La mayor parte de los usuarios de Apple entienden que serlo no significa despreciar otras opciones. Simplemente, es una manera distinta de relacionarse con la tecnología: una en la que todo encaja, todo fluye y todo, en la mayoría de los casos, simplemente funciona. Así que no hace falta justificarse. Si alguien vuelve con el eterno “yo eso lo hago por la mitad”, responde sin enfadarte: “Lo importante no es hacerlo… es disfrutar mientras lo haces”.