Asesinatos de Burgos

Triple crimen de Burgos: la Policía busca restos nuevos en el coche de la víctima 17 años después

El coche de Salvador en la comisaría de Orense.
El coche de Salvador en la comisaría de Orense.
Luis Miguel Montero

El 7 de junio de 2004 un desconocido o varios entraban en una vivienda de la calle Jesús María Ordoño de Burgos. Era de madrugada y un despiadado asesino repartía 99 cuchilladas entre el padre de familia, Salvador Barrio, de 53 años, su esposa, Julia Dos Santos, de 47, y el segundo hijo de ambos, Álvaro, de 11. El caso fue bautizado como «el triple crimen de Burgos». El hijo mayor, Rodrigo de 17 años, se libró porque estaba en un colegio. Ahora la Policía Científica busca nuevas pruebas en el coche de la víctima.

Unos días después del crimen Rodrigo, que estaba interno en el colegio religioso San Gabriel de La Aguilera, en Aranda de Duero, fue detenido como presunto autor del triple crimen. Su supuesto móvil eran los celos que sentía hacia su hermano pequeño. Según la versión de la Unidad contra la Delincuencia Organizada y Violenta (UDEV) de Policía Nacional que se hizo cargo de las investigaciones, aquella noche Rodrigo tomó un coche y condujo 45 minutos de noche, a pesar de ser menor y no tener carnet, asesinó a su hermano y sus padres, y luego regresó al centro.

El juez instructor decretó el internamiento de Rodrigo en el centro de menores Zambrana, en Valladolid, donde permaneció durante tres días hasta que fue puesto en libertad por el mismo juez, ya que no había pruebas que lo incriminasen directamente en el triple crimen de Burgos.

El joven se fue a vivir entonces con sus tíos maternos a Galicia, en concreto a Orense, a casa de uno de los hermanos de su madre Julia. Pero la duda ya estaba sembrada y Benito Dos Santos, hermano de Julia, hizo declaraciones públicas sobre las dudas que la familia tenía acerca de su sobrino. Poco después Rodrigo se fue de casa de sus tíos y comenzó una nueva vida. El crimen quedó cerrado en falso, sin un culpable.

Hasta que en 2014 Ángel Ruiz, Angelillo, vecino de una pedanía burgalesa llamada La Parte de Bureba y que mantenía disputas con Salvador de cuando éste fue alcalde pedáneo de la localidad, fue detenido por la Policía. Ángel tenía ya antecedentes porque poco después de ser enterrado Salvador escribió sobre su tumba pintadas insultantes que decían «cerdo, cabrón, hijo de puta» y por ello fue detenido en marzo de 2005.

El juzgado sólo pudo imputarle las pintadas, aunque en julio de 2016 la Audiencia Provincial de Burgos solicitó al Juzgado de Instrucción número 2 que continuara con la causa contra Ángel Ruiz al encontrarse nuevos indicios que le vinculaban con el triple crimen de Burgos.

Tampoco hubo éxito en esta ocasión a pesar de que sobre Ruiz pesa la acusación de otras dos muertes, la de Rosalía Martínez, de 85 años, atropellada por Ruiz con su coche, y la de Shibil, un sicario rumano de 24 años desaparecido desde febrero de 2013. En este segundo caso al parecer Ángel Ruiz lo habría contratado para asesinar a un familiar suyo y luego heredar. Pero en este caso el llamado «loco de Bureba» no se salió con la suya, fue engañado y se habría tomado cumplida venganza del rumano. De hecho, confesó el crimen y dirigió a los investigadores donde estaba el cadáver, pero a medio camino se arrepintió y negó haber matado a nadie.

Los indicios que hicieron reabrir la causa contra Ángel Ruiz eran una caja de zapatillas deportivas vacías de la misma marca y número de pie que la única huella ensangrentada encontrada en casa de los Barrio y que las puertas de su casa estaban reventadas a la misma altura que las de los dormitorios de Salvador Barrio y su hijo Álvaro. También tenía una llave del despacho de Barrio. Los investigadores recogieron cuatro pelos de la escena del crimen pero no pudieron compararlos entonces con nada.

Ángel Ruiz en un juicio.
Ángel Ruiz en uno de los juicios que se han seguido contra él.

Pedro Torres, abogado de la familia Barrio, asegura a OKDIARIO que «los más interesados en saber qué ocurrió aquella noche es la familia de Salvador y su hijo pero la causa sigue con secreto de sumario desde hace 17 años y hasta primeros de septiembre no creo que haya novedades, si es que levantan el secreto de sumario. De hecho a mí no me han comunicado esta nueva diligencia a fecha de hoy».

El pasado 29 de julio la Policía Científica de la Brigada Central de Policía Judicial de Madrid se llevó el coche de Salvador de la comisaría de Orense. Lo han trasladado a sus dependencias en el madrileño barrio de Moratalaz para examinarlo más en profundidad. Los agentes que trabajan en el caso, en silencio y en la sombra en Madrid, en Burgos o en Orense, siguen necesitando una prueba objetiva, irrefutable y no sólo un indicio, para acorralar definitivamente al asesino del triple crimen de Burgos, aunque sea 17 años después.

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