Page se niega a levantarse ante Sánchez y a aplaudirle en el ‘akelarre’ del Comité Federal del PSOE
El presidente de Castilla-La Mancha planta cara al líder socialista con un desplante público que evidencia la crisis interna del partido


Tensión máxima en el PSOE. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha protagonizado este sábado un desplante sin precedentes a Pedro Sánchez durante el Comité Federal del partido socialista. El dirigente manchego se negó rotundamente a levantarse cuando terminó el discurso del secretario general y tampoco le dedicó ni un solo aplauso, en una imagen que refleja la fractura interna que atraviesa el PSOE tras el escándalo de corrupción que ha salpicado a la cúpula del partido.
El gesto de García-Page no ha sido una casualidad. El líder castellanomanchego ya había avisado a su llegada al cónclave que esperaba «salidas del partido», una postura que reafirmó directamente ante Sánchez con un ultimátum demoledor: «O se recupera la confianza sin el chantaje de los independentistas o elecciones».
Page no se ha andado con rodeos. En el marco de un Comité Ejecutivo marcado por el escándalo de Paco Salazar y la entrada en prisión de Santos Cerdán, el presidente manchego trasladó dos únicas opciones al inquilino de La Moncloa: cuestión de confianza o convocatoria electoral.
«Sé que no lo sabía», le dijo Page a Sánchez en referencia a la trama de corrupción que ha sacudido al PSOE, «pero el desconocimiento no quita que sea responsabilidad del presidente del Gobierno liderar la solución». Una solución que, según el dirigente territorial, pasa inexorablemente por las «salidas» de diferentes socialistas del partido.
Page no se ha limitado a exigir responsabilidades por el caso de corrupción. El presidente manchego ha aprovechado la ocasión para censurar duramente los pactos alcanzados por el Ejecutivo con «la extrema derecha de Junts», en referencia a las concesiones otorgadas a Carles Puigdemont que mantienen a Sánchez en el poder.
Según García-Page, estos acuerdos con los independentistas catalanes «desdibujan el proyecto colectivo» de los socialistas, una crítica que va al corazón de la estrategia política del presidente del Gobierno para mantenerse en La Moncloa.